Tres claves para entender el Plan de Prevención y Combate de Incendios Forestales 2021-2022 de Chile

Durante septiembre, el Gobierno de Chile, en conjunto con la Corporación Nacional Forestal (CONAF) presentan el Plan Nacional contra Incendios Forestales para la Temporada 2021-2022. Dicho plan considera un aumento en el presupuesto disponible en comparación a la temporada anterior, alcanzando la suma de CLP137.602 millones. En su estructura, se puede entender bajo tres ámbitos: un aumento del presupuesto, la descentralización de los recursos disponibles y la implementación de nuevas tecnologías.

Para atender la razón del aumento del presupuesto, es necesario considerar otras variables índole mediático, social, medioambiental y también político. Desde hace algunos años, los incendios forestales toman una atención especial por parte de los medios y también de la ciudadanía, especialmente esta última porque es generalmente son los sectores menos favorecidos los que sufren los mayores daños. Con el tema del cambio climático en agenda permanente y la demanda un mayor bienestar habitacional, el impacto de estos siniestros obligan a disponer de planes sólidos y de largo plazo para enfrentarlos

Desde 2014, el aumento de los incendios forestales en Chile obliga al Estado a entregar una mayor inyección de recursos económicos a las instituciones de protección forestal. Principalmente, en lo que respecta a bomberos, brigadistas y, especialmente, una mayor capacidad aérea. Los mega incendios forestales de la temporada de verano 2016-2017 marcan un punto de inflexión en este sentido, no sólo por el uso de aeronaves de gran capacidad sino por el rol político que significa para un gobierno atender -y sobre todo anticiparse- ante estas catástrofes. En ese contexto, los dos últimos gobiernos aprovechan la temporada para mostrarse a la población como un “actor en terreno”, asumiendo que de no hacerlo pierde una visualización política.

De esta manera, se entiende los aumentos año a año del presupuesto para el combate de incendios forestales. En la temporada anterior, el Gobierno de Chile destina CLP60.000 millones y este año, la cifra llega a los CLP68.000 millones, que representa un aumento del 13,3% en comparación al periodo anterior. En lo que respecta al aporte privado, cifra alcanza a los CLP 69.602 millones, totalizando CLP137.602 millones.

Un segundo tópico del actual Plan Nacional de Prevención y Combate de Incendios Forestales se vincula con la sostenida descentralización de los insumos y recursos disponibles. El periodo anterior cuenta con la utilización de más de 50 aeronaves con la posibilidad de ampliarse a 62 y casi 3.000 brigadistas. También considera la disposición de aeronaves de las Fuerzas Armadas como apoyo. En total, se financian 118 aeronaves entre aviones y helicópteros de distintas capacidades.

Para este periodo, el aporte público-privado se destinará en total para disponer de 62 aeronaves y más de 3.500 brigadistas, los que estarán distribuidos desde el Norte hasta la Zona Austral. De acuerdo con los datos conocidos serán 270 brigadas colocados a lo largo de casi 3.900 kilómetros, que entrega una cobertura de un 88,6% en Chile continental. En lo que respecta a las aeronaves, destaca el aumento de aviones de tipo Dromader y Air Tractor, además de helicópteros disponibles.

El tercer elemento se vincula con la implementación de nuevas tecnologías aéreas. A diferencia de otras oportunidades, en este periodo está previsto la utilización de aeronaves piloteadas a distancia (RPAS, por sus siglas en inglés), popularmente conocidos como drones.

La misión de las RPAS será similar a la de los helicópteros de coordinación y complementarán su trabajo. Serían utilizadas en incendios de menor envergadura, pero con una acción particular especial en el chequeo de focos, procesos de verificación de siniestros e incluso para investigar sus causas. Se trata de un paso importante en incorporación tecnológica que busca propiciar un uso más eficiente de los recursos y dar una aplicación más civil de los equipos de la Fuerza Aérea (FACh), en el caso de ser utilizados.

Cabe recordar que el término “helicópteros de coordinación”, hace referencia a aquellas aeronave que sobrevuela a una mayor altura la superficie afectada por el incendio forestal. Con una cámara termoeléctrica observa las características y expansión de los siniestros para proporcionar información y guía a las aeronaves y brigadistas que lo combaten.

En definitiva, el Plan Nacional contra Incendios Forestales para la Temporada 2021-2022 posee un aumento de recursos y financiamiento, que se puede entender bajo el concepto de “golpe único”, es decir, aumentar los componentes humanos y aéreos desde un comienzo para disminuir el gasto en el transcurso de la temporada. Por las condiciones climáticas y la sequía, se prevé que la temporada de verano sea mucho más agresiva que periodos anteriores. Las proyecciones indican que el número de incendios forestales no aumentará, pero sí lo hará la cantidad de superficies de hectáreas afectadas.

Fotografía portada - Gabriel Marchant

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