Finalmente, el día esperado por miles de personas llega. Después seis meses de un estricto cierre, Chile vuelve a abrir sus fronteras a nacionales y extranjeros. Sin embargo, las múltiples medidas que persisten y la limitación de aceptar a sólo a personas vacunadas, colocan al país como uno de los más restrictivos de la región, especialmente si se considera la reciente apertura de Argentina que para noviembre anuncia el término a las restricciones de ingreso.
A partir de hoy, pueden ingresar chilenos y extranjeros no residentes con su proceso de vacunación completo y previamente homologado en el sitio web mevacuno.gob.cl y que obtengan su “Pase de Movilidad”. Además, deben contar con una prueba PCR negativa con 72 horas previas a tomar el último vuelo a Chile, la declaración jurada c19 donde declaran su lugar de estadía y un seguro de salud con una cobertura por US$30.000.
Pese a contar con su respectiva vacunación completa y resultados PCR negativos antes de embarcar, tanto chilenos como extranjeros deben someterse a una cuarentena obligatoria de cinco días si cuentan con “Pase de Movilidad” o de siete días en el caso de que no lo posean e ingresen de manera especial, es decir por Decreto 102. La cuarentena puede realizarse en domicilio u hotel a donde llegan, pero incluyen el confinamiento de los residentes del hogar, impidiendo cualquier tipo de salida, inclusive para comprar víveres, trámites esenciales o trabajar.
Otras de las medidas que se mantienen es la prohibición de realizar conexiones inmediatas en avión. Dicha medida afecta y discrimina abiertamente a las personas que viven en regiones quienes deberán pernoctar en alguna residencia familiar u hotel a su costo en las ciudades de ingreso durante los días de su confinamiento para luego seguir su viaje hasta su destino final.
En ese sentido, si bien los cuestionados hoteles sanitarios de tránsito se eliminan, las personas deben gastar de sus propios recursos en alojamiento obligatorio si no desean confinar a sus pares como familias, parejas o amigos con quienes conviven. Se trata de un “castigo adicional” a los viajes impuesto por las autoridades chilenas.
Para la industria aérea, Chile necesita revisar seis trabas que deben ser eliminadas para comenzar a reactivar. Las más importantes son la eliminación de cuarentenas, la exigencia de PCR para personas vacunadas y la prohibición de realizar conexiones aéreas inmediatas a regiones. También se deben solucionar los inconvenientes del “Pase de Movilidad” para aquellos no vacunados porque separa a las familias y seres queridos o fuerza a posponer los viajes, los tiempos de validación de certificados de vacunación extranjeros y los tiempos del control sanitario que si bien se reducen siguen siendo excesivos superior a cualquier estándar.
La mantención de medidas y restricciones redundantes dejan a Chile como el país más restrictivo de la región. La mayoría de los países de Sudamérica cuentan ya con sus fronteras abiertas y los requisitos sanitarios son sencillos limitados en su mayoría a una prueba negativa PCR, el certificado de vacunación, una declaración jurada o una combinación de estos requisitos. Las cuarentenas ya no se exigen.
Por consiguiente, las disposiciones colocadas por administración de Sebastián Piñera hacen que Chile pierda competencia turística clave necesaria para reactivar. Con la obligatoriedad de las cuarentenas, ningún viajero está dispuesto a gastar sus propios recursos y tiempo para confinarse estando en sanas condiciones para satisfacer gustos e intereses políticos de las autoridades. Con las restricciones afectan al turismo y, especialmente, al tráfico corporativo, limitando la reactivación. Los que pueden asumir el costo son aquellas personas que por razones imperiosas deben viajar a Chile o el tráfico V.F.R. (Visit Friends & Relatives).
De acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), antes de esta crisis más de 191.000 empleos estaban sustentados por la aviación. El aporte al Producto Interno Bruto (PIB) de Chile era de US$7.200 millones generando un tremendo aporte al bienestar social y económico del país.
La Asociación Chilena de Líneas Aéreas (ACHILA) declara que “el anuncio realizado por el gobierno continúa, en la práctica, con las actuales restricciones de ingreso al país, dada la existencia de una cuarentena de cinco días para los viajeros, la imposibilidad de ingresar con niños menores a 6 años y la espera de alrededor de 20 días para la validación del esquema de vacunación, entre otras restricciones”. Tomando en cuenta la realidad epidemiológica y la tasa de vacunación enfatizan que Chile sigue siendo uno de los países con las medidas de ingreso y salida más restrictivas del mundo. A fecha de hoy, más del 91% de la población que vive en Chile está vacunada contra el COVID-19.
Según el presidente de Federación de Empresas de Turismo (FEDETUR), agrega que “no tiene ningún sentido la medida con esta restricción, y la decisión es otro portazo que el gobierno le da a la industria del turismo. Con esto están impidiendo que la industria se ponga de pie y se pueda reactivar”.
Para Hernán Passalacqua, ingeniero comercial y MBA, además de empresario turístico, y Roberto Darrigrandi, economista y MBA, el plan de “fronteras protegidas” del Gobierno de Chile con cuarentenas con cinco días impactará negativamente para la temporada 2021-2022, la probable pérdida de 20% o 30% de pequeñas y medianas empresas (PYMES) y la pérdida para siempre de alrededor 200.000 empleos.
Pero el daño pareciera no importar a las autoridades. Por el contrario, continúan mencionado que sus acciones están en una “dirección correcta”, pese a los masivos cuestionamientos de parte de la industria aérea y de los viajes.
“La apertura de las fronteras para extranjeros que cuenten con su esquema de vacunación completo es un tremendo avance en el camino hacia la recuperación del turismo. Sabemos que aún falta, pero poco a poco hemos visto una mejora. Prueba de ello, es el incremento en los ocupados del sector, los que superaron los 515 mil en el último trimestre móvil. Por ello, confiamos en que el turismo se pondrá de pie, pero para eso el control de la pandemia es fundamental”, dice el Subsecretario de Turismo, José Luis Uriarte.
En Nuevo Pudahuel, sociedad concesionaria del aeropuerto de Arturo Merino Benítez de Santiago, no esperan un impacto significativo de las medidas. Indirectamente, echan por tierra las proyecciones de las autoridades gubernamentales. Para octubre, se esperan cerca de un millón de viajes por avión en vuelos internacionales y nacionales, es decir, apenas 50.000 personas adicionales en comparación con septiembre.
Fotografía portada – Simón Blaise