¿Quién está dispuesto a gastar al menos cinco días de su tiempo y de sus recursos en confinarse en otro país por gusto de las autoridades? Es una de las preguntas que los viajeros se tienen que hacer si quieren viajar a Chile. Pese al levantamiento de la prohibición de ingresos para extranjeros a partir de octubre, el Gobierno de Chile mantiene una serie de medidas restrictivas que impiden la reactivación de la demanda de viajes.
Si bien las restricciones disminuyen en comparación con meses anteriores, Chile sigue destacando como uno de los países más restrictivos en el mundo incluso para personas completamente vacunadas. Para la industria aérea y del turismo local, las políticas hacen que en la práctica el país continúe cerrado lo que resta competencia en la materia respecto a sus vecinos en la región.
Son cinco los factores que continúan limitando la reactivación de la demanda. El más importante es el confinamiento obligatorio de las personas, independiente si están o no completamente vacunadas contra el COVID-19. Esto también incluye las cuarentenas de todos los residentes en el caso de que la persona llegue a un domicilio, impidiendo a todo el entorno realizar su vida diaria porque no podrán trabajar, pasear a sus mascotas, salir al supermercado, estar al aire libre y menos recibir visitas, además de quedar a merced de los agentes del Ministerio de Salud que estarán frecuentemente de visita.
El segundo aspecto es la demora de hasta un mes en el proceso de convalidación de las vacunas en el extranjero. A pesar de que es un procedimiento que se puede realizar de manera virtual en un sitio web, las autoridades chilenas indican que la validación es lenta por lo que se aconseja a los viajeros planificar con mucha antelación su viaje.
Otro factor que limita la reactivación es la prohibición de realizar conexiones inmediatas en avión u otro medio de transporte. La medida es discriminatoria especialmente para las personas que se dirigen a regiones ya que de manera obligada deben realizar su cuarentena en Santiago, sea en un alojamiento familiar (confinando a todo el entorno), hotel, segunda vivienda o residencia sanitaria. Si bien los hoteles sanitarios de tránsito desaparecen, esta disposición obliga a los pasajeros de regiones a disponer de más recursos al llegar a Chile.
Si bien es el asunto que menos complicaciones genera, el valor de las pruebas PCR obligatorias para Chile y testeos adicionales en el país, independiente de que los viajeros tengan o no su esquema de vacunación completa también representa una limitación para reactivar la demanda. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) dice en sus recomendaciones para reanudar los viajes seguros que se deben eximir de pruebas y cuarentenas a las personas completamente vacunadas o que se hayan recuperado en los últimos seis meses.
Finalmente, otra limitante es la temporalidad de las medidas. Si bien Chile es uno de los países que más tarde abre sus fronteras a los extranjeros, restando desde un principio competencia frente a otros países de la región, las políticas colocan al país en una situación más desfavorable por amenazar directamente la temporada alta de viajes de verano. Las personas suelen programar con anticipación sus viajes, mientras más lejos el destino mayor anticipación. Por consiguiente, la vigencia de las nuevas medidas de frontera afecta directamente la percepción de Chile como destino turístico. Si la situación continúa favorable como viene ocurriendo en los últimos meses, la lógica indica que las autoridades podrían revisar las restricciones en el transcurso del cuarto trimestre del año, pero aún cuando ocurra eso seguiría siendo una acción tardía.
Pese a todo el potencial turístico que dispone, las altas barreras de entrada hacen que Chile no sea un destino atractivo para los viajeros. Países como Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, disponen de requisitos simples como ingreso sin restricciones con certificado de vacunación completo y/o una prueba PCR o antígeno previa a la llegada. En América Latina, Colombia y México disponen de sus fronteras abiertas y son los que están liderando la reactivación.
Las disposiciones de las autoridades chilenas eliminan la posibilidad de impulsar la demanda a través del turismo. En todo el mundo, la reactivación se está dando por los viajes del tipo V.F.R. (Visit Friends & Relatives) y de placer, proceso del cual Chile queda en parte marginado. Sólo quienes estén dispuestos a asumir los costos de las cuarentenas y confinamiento de su entorno podrían beneficiarse de alguna manera. La situación continúa atentando contra la democratización de los viajes, afectando a quienes tienen menos recursos y quitando potencial de desarrollar nuevos mercados. Por las cuarentenas, el turismo corporativo, de ferias y congresos continuará siendo inexistente.
Para la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (ACHILA), Chile continúa siendo uno de los países con las medidas de ingreso y salida más restrictivos del mundo. “Ad portas del inicio de la temporada alta para el turismo, considerábamos este anuncio como la última oportunidad de implementar medidas que apunten a reactivar la economía local de las regiones, a través de la llegada de turistas que cuenten con todas las medidas de precaución necesarias, como el ingreso con un PCR negativo y esquema de vacunación completo”, declaran.
Actualmente, se demuestra que la mayoría los países que tienen un porcentaje de vacunados sobre el 70% de su población total como los Emiratos Árabes Unidos, Portugal, Qatar, Singapur, Uruguay y Chile, entre otros, tienen una tasa de casos activos por cada un millón de habitantes menor a 600. Es decir, por cada 1 millón de personas hay menos de 600 contagios activos. En relación con los casos diarios, los países que tienen sobre un 70% o más de su población vacunada tienen menos de 50 casos activos cada 1 millón de habitantes. Chile es uno de los países con menores tasas del mundo con 291 casos activos por cada 1 millón de habitantes y 15 casos nuevos diarios por cada 1millón de habitantes, pero sigue obligando a los viajeros a realizar cuarentenas lo que hace inviable el turismo o viajes corporativos.
Ricardo Margulis, presidente de la Federación de Empresas de Turismo (FEDETUR) dice “que el Gobierno decida abrir las fronteras a turistas extranjeros con la obligación de estar cinco días en cuarentena, pese a que tengan el esquema de vacunación completa, es igual a que hayan optado por mantenerlas cerradas”. Agrega que las medidas no tienen sentido y la decisión es “otro portazo” que el Gobierno le da a la industria del turismo. “Con esto están impidiendo que la industria se ponga de pie y se pueda reactivar. Aquí el Ejecutivo prefiere dejar morir a una parte de la industria del turismo y ahorrarse un costo político”.
Por su parte, Tomás Sahli, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara Nacional de Comercio, las medidas si bien son un avance siguen siendo insuficientes. “Sostenemos que no contribuye a la recuperación del sector, sobre todo cuando ya estamos entrando en los meses de temporada alta, por lo que esta apertura de fronteras no va a aportar al turismo absolutamente nada”.
Fotografía portada – Ricardo Delpiano