Pese a que valora el anuncio del Gobierno de Chile de reducir las restricciones para el ingreso al país a partir del 01 de octubre, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) insiste en que las medidas que las autoridades proponen no contribuyen a impulsar una reactivación. Coincidiendo con la opinión de viajeros y otros gremios, la mantención de restricciones como las cuarentenas obligatorias no ayudan a recuperar la confianza de los viajeros y siguen impidiendo la recuperación del turismo y la sostenibilidad del transporte aéreo, industrias vitales para el bienestar social y económico de todos los chilenos.
“No se puede hablar de apertura cuando Chile sigue siendo uno de los países con las medidas más restrictivas del mundo”, sentencia Peter Cerdá, vicepresidente Regional de IATA para las Américas. “El actual contexto sanitario, un número cada vez mayor de viajeros vacunados y la prevalencia de las pruebas de diagnóstico, permiten restaurar la conectividad internacional para que las personas puedan volver a hacer uso libremente de un servicio esencial de transporte aéreo, sin trabas que excedan lo realmente necesario para preservar la seguridad de todos”.
Para IATA existen seis trabas que deben eliminarse para propiciar un camino a la reactivación. En ese sentido, guardan ciertas diferencias con la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (ACHILA) que sólo indica que hay tres puntos en conflicto.
La primera traba -y la más importante- son las cuarentenas obligatorias para personas completamente vacunadas. Pese a que se reducen en días, el problema radica en que prácticamente ninguna persona está dispuesta a gastar sus propios recursos y tiempo en confinarse estando sana o con medidas de protección. Las cuarentenas impiden la libertad de circulación, desalientan los viajes internacionales y destruyen el empleo, especialmente en el sector de los viajes y el turismo.
El segundo punto en conflicto es la exigencia de pruebas PCR como requisito de entrada para personas completamente vacunadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que no se deben colocar este tipo de requisitos para personas que tienen sus dosis contra el COVID-19 y por lo mismo la propia IATA insta a la administración de Sebastián Piñera a confiar en las vacunas.
Como tercer punto, está la prohibición de realizar conexiones entre vuelos internacionales y nacionales de manera inmediata. Bajo las normativas del Gobierno de Chile, un pasajero que llega en un vuelo internacional no puede tomar un vuelo doméstico de manera inmediata como ocurre en cualquier parte del mundo. Lo debe realizar de manera terrestre directa desde el aeropuerto o bien gastar en alojamiento para confinarse en Santiago o bien hacer cuarentena en casa de familiares o amigos, pero encerrando también a sus residentes, aunque todos estén vacunados. Las medidas son únicas en el mundo.
El cuarto aspecto pendiente de solución es la situación del pase de movilidad. La medida también única en el mundo obliga a separar familias, posponer viajes o cambiar de destino. Por más que quisieran acceder a él, todavía los menores no están totalmente contemplados en el proceso de vacunación.
Un quinto factor es la validación de certificación de la vacunación en el extranjero. A pesar de que el trámite se realiza por vía digital toma aproximadamente un mes en ser aprobado por las autoridades chilenas lo que refleja una excesiva burocracia que no aporta a dar soluciones a las personas. El propio Ministerio de Salud confirma que el proceso podría demorar más de 20 días para ser aceptados.
Finalmente, está todo lo relacionado con lentitud del control sanitario en los aeropuertos. Si bien los tiempos de espera se han reducido de un promedio de seis horas, siguen siendo excesivamente extensos para una verificación que debe ser sencilla. Por su similitud con un control migratorio en lo que respecta a revisión de documentos, el control no debe demorar más allá de 15 minutos. Los controles sanitarios deben ser estandarizados, rápidos y eficaces para evitar aglomeraciones innecesarias en los aeropuertos.
“No se pueden seguir aplicando restricciones y condiciones a un sector que tiene la imperiosa necesidad de reactivarse y no se puede perder otra temporada alta”, puntualiza Cerdá.
Las autoridades chilenas celebran y califican como un “gran paso” los anuncios realizados por el gobierno. Sin embargo, son los únicos que lo hacen dado que gremios del turismo y las propias personas califican de manera negativa las medidas, además de llegar tarde en comparación con otros países.
“Los países que han adoptado un enfoque coordinado basado en riesgos para la gestión del control fronterizo han podido avanzar hacia una nueva normalidad. Con la convicción de que es posible restaurar los viajes, el turismo, las fuentes de trabajo y la libertad de viajar de forma segura, urgimos una vez más al gobierno para que presente un plan de reapertura, que sea claro y definido, con plazos específicos, que permitan a los usuarios y operadores programarse lo antes posible”, concluye el directivo de IATA para la región.
Fotografía portada - Simón Blaise