Pese a que el flujo de pasajeros aumenta en las últimas semanas, las severas restricciones impuestas por la administración de Sebastián Piñera impiden que la semana de Fiestas Patrias sean una oportunidad para reactivar. Pese a alcanzar una de las tasas más altas de vacunación en el mundo, Chile sigue siendo un país altamente restrictivo, especialmente por la situación de fronteras.
Según estimaciones del aeropuerto de Santiago con información provista por las líneas aéreas, durante la semana comprendida entre el 13 y 19 de septiembre estarán viajando 180 mil personas en vuelos domésticos y 40 mil personas en la reducida red internacional que posee actualmente el país. Aún con el incremento progresivo de los pasajeros domésticos, se trata de un 50% menos de los pasajeros que viajan en 2019.
Las estimaciones demuestran el largo camino que tiene el país para reactivar y que todavía no puede superar por la mantención de políticas restrictivas y uno de los cierres de fronteras más extensos del mundo. Si bien ciudadanos chilenos y extranjeros residentes pueden salir con su “Pase de Movilidad” que acredita su vacunación completa deben someterse a cuarentenas al regreso y quienes no acrediten domicilio o vivan a más de cinco horas de traslados del aeropuerto de Santiago deben seguir haciendo uso de los polémicos hoteles sanitarios de tránsito.
En los últimos años, la presencia de factores como las políticas de estímulo a la demanda por parte de las líneas aéreas -y también de los tours operadores-, el crecimiento de la oferta aérea y de destinos, una mejor situación/percepción económica, el uso del crédito u otras herramientas para facilitar el pago, la semana de Fiestas Patrias se traduce en una época de alta demanda. La idea de unas “vacaciones reducidas” cobra fuerza en aquellos años en que los feriados patrios permiten sumar más días de descanso dependiendo de la semana. Este año, pese a la mejora significativa de la situación epidemiológica, la reducción significativa de la capacidad tanto en frecuencias, rutas y destinos, más los costos extras de viaje determinados por pruebas de salud de salida e ingreso y la ausencia completa de un turismo receptivo, este es el segundo año en que Chile pierde esta oportunidad para aprovechar el periodo para reactivar.
Con severas restricciones de frontera, el transporte aéreo en Chile continúa determinado por los vuelos domésticos, impulsados por las políticas de estímulo de la demanda a través de los bajos precios, el término de las cuarentenas en las comunas y el “Pase de Movilidad”. Sin embargo, la oferta continúa reducida en comparación con 2019.
Según el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones se estima un movimiento de 33 mil pasajeros por día. Como consecuencia, la cantidad de pasajeros prevista para todo septiembre podría llegar al 85% en rutas domésticas respecto a 2019.
Lo anterior, se refiere únicamente a número de pasajeros transportados, pero no necesariamente se traduce en una recuperación efectiva dado que la relación cantidad de pasajeros no es sinónimo de ingresos o beneficios. Cabe recordar que en la industria aérea el escenario de reactivación va a estar marcado por una reducción de precios para estimular la demanda y más gasto lo que no ayuda a mejorar las finanzas del sector, aunque si es una mejora respecto a 2020 pese a no constituir una base comparable.
Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano