Tras el retiro de las Fuerzas de los Estados Unidos, los talibanes que controla ahora Afganistán se encuentran negociando con Qatar y Turquía para gestionar el aeropuerto Hamid Karzai de Kabul. Actualmente, el principal recinto aeronáutico del país asiático no cuenta con los servicios básicos de tránsito aéreo lo que representa un riesgo a la seguridad de las operaciones aéreas.
El objetivo no sólo responde a la intención del talibán de buscar un reconocimiento internacional, sino que también pretende asegurar que existan las condiciones mínimas para la operación del aeropuerto. De esta manera, se debiera poder continuar con las misiones de evacuación, además de permitir a las personas salir de Afganistán en vuelos civiles sean regulares o no regulares si así lo desean.
Pero más allá de la falta de los servicios básicos de tránsito aéreo, lo que preocupa son las condiciones de seguridad que existen para viabilizar las operaciones. Desde la “toma de Kabul” el 15 de agosto, las líneas aéreas no operan en Afganistán por las amenazas a la seguridad que existen no sólo en tierra sino que también en el aire, pese a que días atrás se levanta el cierre del aeropuerto decretado a mediados de agosto.
Por las faltas de garantías mínimas, no sólo los aterrizajes siguen suspendidos sino que también la mayoría de las compañías aéreas -por no decir todas- continúan evitando el espacio aéreo afgano. Cabe recordar que Afganistán se encuentra en una zona estratégica por donde cruzan muchas rutas aéreas que atienden los corredores entre Europa-India / Sudeste Asiático o Medio Oriente – China, por mencionar algunas.
Con la escalada armada y el regreso del régimen talibán, Afganistán sufre un retroceso significativo en materia de conectividad. Probablemente, desde la década de 1970 (previo a la invasión de la ex Unión Soviética) que el país no tuvo una mejor conectividad aérea con el resto del mundo por el retorno de varios operadores y los intentos de reconstruir la aviación comercial afgana.
Antes de la “toma de Kabul”, operan en Afganistán las firmas locales como Ariana Afghan Airlines, Kam Air y Safi Airways, más otras 11 compañías extranjeras. Las más importantes son Air India, Emirates, flydubai y Turkish Airlines por la oferta de conexiones a través de sus respectivos centros de conexiones en Nueva Delhi, Dubái y Estambul (IST), respectivamente. El resto corresponde a Air Arabia, Air India, Iran Air, Mahan Air, Kuwait Airways, PIA Pakistan Internacional y SpiceJet.
La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) tiene prohibido que las aeronaves civiles con registro en ese país operen en Afganistán, salvo si se les otorga una autorización previa. “Debido a la falta de servicios de tráfico aéreo y una autoridad de aviación civil funcional en Afganistán, así como a preocupaciones de seguridad en curso, los operadores civiles, pilotos y aeronaves civiles registradas en los Estados Unidos tienen prohibido operar en cualquier altitud sobre gran parte de Afganistán”, señala la autoridad aeronáutica estadounidense.
La única excepción para operar en Afganistán la entrega para que seis líneas aéreas puedan participar de las misiones de evacuación de personas. Sin embargo, por motivos de seguridad ninguna de las líneas aéreas estadounidenses participantes de la Flota Aérea de Reserva Civil (CRAF, por sus siglas en inglés) llega a operar en Kabul. En su lugar, cooperan con la evacuación desde bases aéreas en Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Alemania y otros países.
Buscando garantizar condiciones mínimas de seguridad, países como Alemania, Francia y el Reino Unido sugieren a las Naciones Unidas que se debe establecer una especie de “zona verde” (“Green zone”) en Kabul para permitir que las personas puedan salir sin problemas del país. Dicho mecanismo -aplicado antes por los Estados Unidos en Iraq-, es para Francia una alternativa de solución inmediata a la situación actual.
Fotografía portada – USAF