En una nueva actualización, el Gobierno de Chile a través del Ministerio de Salud informa una reducción de 10 a 7 días de cuarentena obligatoria para todas las personas que lleguen al país, independiente si están o no vacunados contra el COVID-19. La medida sigue sin favorecer la reactivación por las múltiples restricciones que Chile posee.
Según indica el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, el cambio entra en vigor a contar del 01 de septiembre dado que el actual de decreto de fronteras tiene vigencia hasta el 31 de agosto. La autoridad ratifica que mantiene todas las medidas que la administración Piñera coloca para ingresar al país, mismas que son calificadas por distintos sectores como abiertamente discriminatorias y que vulneran los derechos de las personas.
“Se deben mantener todas las otras medidas que se requieran para ingresar a Chile, es decir, PCR negativa con 72 horas previas, testeo en el aeropuerto y cuarentena en su domicilio o en una residencia sanitaria, dependiendo de la existencia o no de un “Pase de Movilidad” aceptado”, dice el subsecretario.
En la conferencia habitual del lunes 23 de agosto, una de las dos ocasiones semanales en la que se detallan las actualizaciones de las medidas sanitarias vigentes en el país, la autoridad justifica la medida reconociendo las condiciones de vacunación, el testeo previo obligatorio antes de llegar a Chile y el testeo adicional en el aeropuerto de Santiago. Sin embargo, pese a reconocer que el riesgo de contagio es realmente mínimo, el Ministerio de Salud no hace mayores cambios manteniendo un estricto control de fronteras, políticas discriminatorias que separan a las familias cuyos menores de edad no reciben aún o no pueden recibir vacunas o a las personas que viven a más de cinco horas del único punto de ingreso oficial al país (aeropuerto de Santiago).
El cambio inesperado y arbitrario en el número de días de cuarentena confirma que la medida es más una decisión política que sanitaria, más todavía cuando la situación de la pandemia del COVID-19 en el país mantiene una evolución favorable con una baja significativa de los contagios. En ese sentido, Chile continúa siendo un país líder en tasa de vacunación con más del 84% de la población completamente inoculada, pero líder en mantener restricciones.
Pese a la proximidad del vencimiento del decreto de fronteras, el Gobierno de Chile no se pronuncia sobre la situación de las otras medidas vigentes, especialmente aquellas que están limitando las oportunidades de reactivación de la demanda y, con ello, de industrias como las de la aviación o el turismo y otras derivadas, que son catalizadoras de empleo. Los únicos cambios informados son la eliminación de las aduanas y cordones sanitarios para los días 17, 18 y 19 de septiembre por motivo de las Fiestas Patrias.
Para la industria aérea y del turismo, si bien la reducción en el número de días es algo ligeramente favorable, sigue sin representar un paso para reactivar. El inconveniente no está en el número de días sino en el confinamiento innecesario, especialmente para personas totalmente vacunadas. En ese contexto, se infiere que los miembros de la administración de Sebastián Piñera parecen desconfiar del aporte que realizan vacunas, ya que Chile es uno de los pocos países que sigue imponiendo disposiciones a las personas como si estuviesen enfermas, además de colocar “castigos en confinamientos” por sólo el hecho de ejercer la libertad de viajar.
Tampoco hay referencias a la discriminación de la población que vive a más de cinco horas del aeropuerto de Santiago lo que obliga a los viajeros de regiones a usar de manera obligada los cuestionados hoteles sanitarios, así como a la excesiva burocracia e ineficiencias del control sanitario en el aeropuerto de Santiago. Otros de los puntos pendientes no mencionado por el gobierno guarda relación con el ingreso de los extranjeros al país. Por su capacidad de gasto, la llegada de extranjeros es fundamental para reactivar servicios en rubros de la hotelería, gastronomía, cruceros y expediciones, lo que aporta a la generación de empleo. Si bien puede haber una demanda interna, es muy reducida que no impulsa a una reactivación.
Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta ejecutiva de la Federación de Empresas del Turismo de Chile (FEDETUR) dice que “una noticia mucho más importante y necesaria es saber qué va a pasar con la posibilidad de recibir turistas extranjeros vacunados al país y empezar a reactivar el turismo receptivo, que es clave para muchas zonas del turismo nacional”, según consigna Emol (23/08/2021). Como ejemplos menciona los aportes que representa el turismo de extranjeros para regiones como Magallanes o Aysén y señala que los tours operadores como las líneas aéreas están a la espera de una definición. Resalta la oportunidad de estar en línea con lo que están haciendo otros países que ya están avanzados en sus procesos de reactivación.
De acuerdo con datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), un 84% de los viajeros no está dispuesto a visitar a un país, independiente del motivo, si tiene que hacer una cuarentena en el destino. Por lo mismo, la industria aérea insta a los Gobiernos a revisar sus medidas y adoptar un enfoque realista en función de la reactivación y no de los confinamientos. Considerando los avances de los procesos de vacunación contra el COVID-19 en todo el mundo, IATA como otros organismos de aviación piden avanzar en el reconocimiento y homologación de las vacunas.
Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Gobiernos no debieran exigir algún comprobante de vacunación como una condición obligatoria para salir o ingresar a un país y deben eliminar medidas como pruebas y/o requisitos de cuarentenas para los viajeros que estén completamente vacunados o que hayan tenido una infección previa de COVID-19 en los últimos seis meses a su salida o llegada. También establece que tienen que ofrecer alternativas de ingreso para las personas no vacunadas a través de pruebas de diagnóstico de COVID-19; e implementar medidas de prueba y/o cuarentena para viajeros internacionales sólo cuando exista un enfoque basado en el riesgo con respaldo en la evidencia científica. Ninguna de estos lineamientos son seguidos por las autoridades chilenas.
Fotografía portada - Simón Blaise