En febrero de este año, Kam Air realiza con éxito el primer vuelo en la historia de Afganistán con una tripulación conformada únicamente por mujeres. A pesar de que se trata de una acción casi habitual en Occidente, especialmente durante las conmemoraciones del Día Internacional de la Mujer, en el país asiático representa un punto de inflexión por la represión que la población femenina sufre por interpretación del islam que realizan los talibanes.
El histórico hito se realiza el 24 de febrero en la ruta Kabul – Herat con un Boeing 737-300. Al mando están la capitán Veronica Borysova y la primera oficial, Mohadese Mirzaee, que corresponden a las primeras mujeres en unirse a una línea aérea de Afganistán. La tripulación también la conforman otras cuatro tripulantes de cabina.
Por la presencia permanente de conflicto y la amenaza a reacciones por parte de los radicales islámicos, la histórica operación se mantiene en reserva hasta último momento, a fin de evitar cualquier amenaza al vuelo como a su tripulación por el contexto político-social y religioso. Pese a que ciertos sectores de la población están dispuestos a aceptar una interpretación moderada del islam, los años de fundamentalismo aplicado bajo una amenaza de terror permanente dificultan que acontecimientos -o logros- como estos puedan ser difundidos y aceptados.
En su momento, el derrocado gobierno afgano señala que ese vuelo especial forma parte de los compromisos asumidos con los derechos de las mujeres. Sin embargo, reconoce que sólo los puede hacer valer para un segmento muy reducido de la población femenina afgana, especialmente para aquellas mujeres cuyas familias son más educadas y proclives a propiciar el trabajo femenino.
Con el deterioro actual de la situación país y la toma del poder por parte del talibán, la situación de las mujeres se vuelve compleja y de permanente amenaza por la pérdida inmediata de los derechos civiles y las mínimas libertades conseguidas en los últimos años. De acuerdo con la Asociación Revolucionaria de Mujeres en Afganistán (RAWA, por sus siglas en inglés), el cambio de gobierno inmediato y la instauración de un régimen fundamentalista extremo implica la adopción de 29 puntos de abuso y humillación a las mujeres en el país.
Entre las imposiciones que la interpretación talibán establece están la completa prohibición del trabajo femenino por lo que la situación actual representa para las mujeres y extranjeras la pérdida inmediata de sus empleos. En la aviación, sin duda, el golpe lo sufren las primeras mujeres afganas pilotos y tripulantes de cabina que gradualmente en los últimos años logran a ocupar puestos en el sector.
En el Afganistán talibán, las pocas mujeres que pueden son las enfermeras para atender a otras mujeres en ciertos hospitales habilitados para ellas. Otras prohibiciones guardan relación con el impedimento de realizar cualquier actividad fuera de casa, salvo que estén acompañadas de su padre, hermano mayo o marido, de estudiar, de ser tratadas por doctores masculinos, de cerrar tratos comerciales, de hacer cualquier actividad pública, de asomarse públicamente desde sus casas, entre otras. Cualquier trasgresión a las normas implica severos castigos como azotes o lapidaciones en público.
Fotografía portada - Fuerza Aérea Afgana