Ante la dificultad que existe para posicionar sus productos en los mercados internacionales después de la fallida experiencia del Sukhoi SuperJet 100, la industria aeroespacial rusa apela al mercado interno para lanzar los nuevos modelos. Lo anterior, queda demostrado con los compromisos de venta del SSJ100 y anuncios de producción del MC-21.
En MAKS 2021, celebrado el pasado mes, Sukhoi gana 58 nuevos pedidos y compromisos. La línea aérea estatal Rossiya, filial de Aeroflot, encarga 15 aviones para ser entregados antes de que termine el presente año. Red Wings también pide otros 25 aviones para ser entregados de manera inmediata hasta fines de 2022, mientras que Azimuth Airlines acuerda un incremento de SSJ100 de 15 a 25 unidades hacia 2026. Aeroflot también suma otros ocho aviones de este modelo entre 2022 y 2024 destinados a su filial Aurora.
Estos pedidos representan un nuevo impulso para Sukhoi después de que prácticamente ve una paralización por los problemas en la producción lo que condiciona las entregas y también por los inconvenientes de mantenimiento reportados por Interjet y otras compañías como Brussels Airlines o CityJet. Ante la falta de pedidos significativos, Aeroflot se convierte prácticamente en la línea aérea sostenedora del programa que ahora se refuerza con el resto de las compañías aéreas rusas. Actualmente, Aeroflot posee 61 SSJ100 en su flota.
En MAKS, la filial Aurora también adquiere una nueva versión del turbohélice regional Ilyushin Il-114-300. Esta aeronave surge a fines de la Unión Soviética como un reemplazo de los antiguos turbohélices Antonov, especialmente el An-24. Sin embargo, la caída del régimen soviético impide sostener el proyecto, más todavía cuando Ucrania decide lanzar el An-140 y otros modelos. En 2014, el Gobierno de Rusia reactiva el proyecto asignándolo a UAC Group con componentes y sistemas más modernos. La aeronave cuenta con planta de motriz rusa Klimov TV7-117SM.
El nuevo Il-114-300 espera ver la luz en 2022. Los pedidos de Aurora consideran 19 aviones a los que se agregan una orden menor por parte de Volgodskyoye Air Enterprise por otras tres aeronaves en 2023. Todos los pedidos están organizados desde la Compañía Estatal de Arrendamiento para el Transporte lo que confirma el impulso directo del Gobierno de Rusia ante la falta de clientes comerciales.
Un proyecto que Rusia busca potenciar, pero que todavía no ve una viabilidad económica es el MC-21. Siguiendo acciones similares con otros proyectos aeronáuticos, las autoridades rusas aseguran que la administración de Vladimir Putin seguirá respaldando el desarrollo de esta aeronave como una alternativa directa a la oferta de Airbus y Boeing cuya presencia es fuerte en las líneas aéreas rusas y de Asia Central. El MC-21 cuenta con una capacidad para transportar entre 150 a 200 pasajeros, pero la falta de datos no permite establecer si se trata de una competencia directa para los equipos de fabricación occidental.
El Kremlin considera al MC-21-300 puede ser un catalizador de las rutas medias dentro de Rusia y también en otros países de su zona de influencia que por sanciones económicas desde occidente ven dificultada la adquisición de material aéreo moderno. UAC, empresa que construye la aeronave, señala que ve una producción de 36 MC-21 para 2025 y de hasta 70 o 72 equipos para 2027. Sin embargo a nivel de industria, se consideran altamente optimistas por las sanciones económicas colocadas por Estados Unidos sobre Rusia que obligan a distintos proveedores a retirarse del proyecto y ser reemplazados por empresas locales por injerencia directa del Estado ruso.
Los problemas técnicos-operativos y las fallas en los servicios de post-venta son algunos de los inconvenientes que presenta la industria aeronáutica rusa para posicionarse en los mercados internacionales cumpliendo las altas exigencias de confiabilidad, menores costos y eficiencias que buscan los distintos operadores. Al igual que la experiencia de China, la evidencia muestra que los proyectos aeronáuticos de Rusia tienen en su mercado local su mayor y único apoyo.
Fotografía portada – MAKS