Desde el 26 de julio, el Gobierno de Chile autoriza a chilenos y extranjeros residentes completamente vacunados en el país a viajar hacia y desde el extranjero utilizado el “Pase de Movilidad”. Sin embargo, impone más condiciones y restricciones, además de una serie de medidas abiertamente discriminatorias contra su propia población que incluyen cuarentenas obligatorias por 10 días a quienes regresen al país, generando múltiples y transversales críticas.
“El Gobierno perdió la oportunidad de empezar a instalar el sentido de normalidad”, dice Roberto Alvo, CEO de LATAM Airlines Group, en conversación con DFMas (01/08/2020). Con el 80% de la población totalmente vacunada en el país, el directivo de la mayor línea aérea de Latinoamérica no entiende el accionar en el Palacio de la Moneda, sumando más críticas a las polémicas medidas que impone la administración de Sebastián Piñera en lo que respecta a devolución de derechos y libertades a las personas.
Al igual que para la industria de la aviación, las numerosas reglas y condiciones para viajar al extranjero no representan un mecanismo de reactivación. Por el contrario, imponen más restricciones y castigos a las personas que independiente de su necesidad tienen que viajar. La situación no coincide con la convivencia en un país democrático y, que a fecha de hoy, no sólo siguen comprometiendo el futuro de la aviación en Chile, sino que también a los derechos y libertades de las personas.
Hay dos formas para salir de Chile. Las personas completamente vacunadas tienen que mostrar su “Pase de Movilidad” más los documentos tradicionales de viaje (más los que serán solicitados en el país de destino). Sin embargo, los menores edad que no dispongan de su vacunación completa, no pueden viajar. Por ende, las familias con infantes que no pueden vacunarse contra el COVID-19 están obligadas a separarse o a posponer su viaje. Quienes no dispongan de sus dos dosis y “Pase de Movilidad” no pueden salir del país, excepto si lo hacen por las cuatro causales definidas por el Estado: viaje por trabajo esencial para el país (determinado por el Estado), viaje por salud, viaje por razones humanitaria o salida sin retorno a Chile. En estos casos, deben tramitar un salvoconducto con anticipación en Comisaria Virtual.
Para el ingreso las restricciones son mayores y más discriminatorias. Las personas con “Pase de Movilidad” deben presentar pruebas PCR con 72 horas previas a su llegada a Chile tomadas en el último punto de embarque, independiente si es el punto de origen o un lugar de tránsito como un aeropuerto para realizar una conexión, además de la declaración jurada C19. A su llegada al aeropuerto de Santiago pueden ser sometidos a pruebas aleatorias. Una vez en el país, deben trasladarse sólo en transporte privado del aeropuerto (individual o colectivo sólo con personas del mismo vuelo) o automóvil particular hasta el domicilio declarado en formulario C19 para iniciar una estricta cuarentena de 10 días, sujeto a seguimiento por el Ministerio de Salud o la Policía de Investigaciones. La cuarentena también considera al resto de los habitantes del hogar independiente si han viajado o no. Si la persona vive a más de cinco horas de traslado terrestre del aeropuerto o no declara domicilio debe confinarse en un hotel sanitario de tránsito en Santiago asumiendo todos los costos que parten en alrededor de US$800 para luego continuar su viaje.
Si el pasajero que ingresa a Chile no posee su “Pase de Movilidad” debe confinarse obligatoriamente en hoteles sanitarios de tránsito. Al igual que el resto de los viajeros, en este caso también debe costear su alojamiento y si habita en regiones, sólo puede continuar su viaje finalizada su cuarentena.
El Gobierno de Chile no señala hasta cuándo regirán estas medidas. Dado que no entregan un aporte para la reactivación por las numerosas restricciones para chilenos y extranjeros residentes, además de continuar impidiendo la llegada de extranjeros, salvo por motivos excepcionales, la incertidumbre continúa y coloca en riesgo otra temporada, además de la democratización de la aviación que el país logra con años de trabajo. Cabe recordar que de acuerdo con las tendencias de la industria, los viajeros programan con al menos 60 días su viaje internacional. Mientras más lejano es el destino, mayor es la planificación.
Además de la aviación, la industria de los viajes y el turismo tampoco está contenta con las medidas. Por impedir la llegada de extranjeros, se impide la reactivación y es una invitación para que el viajero chileno visite otro país, especialmente aquellos que tienen la disposición o capacidad financiera para asumir los costos de cuarentenas al regreso. En ese sentido, se califican las medidas gubernamentales como un beneficio para una “elite económica”.
De continuar las restricciones dificultan la viabilidad de recuperar los empleos. Por ejemplo, LATAM ya está retomando las contrataciones en Brasil y si bien en Chile vuelve a llamar a algunos de sus trabajadores, la situación dista mucho de la realidad. La Asociación Chilena de Líneas Aéreas (ACHILA) dice que los empleos en el sector no se han podido reactivar por las numerosas restricciones que impone la administración Piñera.
“El Gobierno podría ser un poco más claro y darnos más indicaciones para poder planificar, sobre cómo va a ser esta apertura, con criterios que sean concretos y medibles, para poder volver a conducir nuestra actividad. Y además poder volver a recuperar las fuentes de trabajo de cientos de miles de personas que trabajan en industrias relacionadas con el movimiento internacional de mercancías y personas que están siendo profundamente afectados por esta crisis”, dice el CEO de LATAM al diario.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los que los Gobiernos no debieran exigir algún comprobante de vacunación como una condición obligatoria para salir o ingresar a un país. También recomiendan eliminar medidas como pruebas y/o requisitos de cuarentenas para los viajeros que estén completamente vacunados o que hayan tenido una infección previa de COVID-19 en los últimos seis meses a su salida o llegada; y tienen que ofrecer alternativas de ingreso para las personas no vacunadas a través de pruebas de diagnóstico de COVID-19. En el caso de las cuarentenas deben implementarlas sólo cuando exista un enfoque basado en el riesgo con respaldo en la evidencia científica.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) califica las medidas de las autoridades chilenas como discriminatorias y pide seguir las recomendaciones del organismo de Naciones Unidas. La Asociación Latinoamericana y el Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) considera que las decisiones del Gobierno de Chile no son efectivas y vulneran los derechos de las personas. Ambas piden cooperación y diálogo para generar condiciones una apertura favorable.
“La aviación hoy es segura para volar; y necesitamos protocolos que nos permitan estar lo más seguros posibles de otra ola, de otra variante. Al mismo tiempo, necesitamos retomar nuestras vidas. Ya hay países, como Singapur, donde decidieron que esto no es una pandemia, es endémico; los ingleses dijeron el 19 de julio abrimos, y abrieron”, puntualiza Alvo.
Fotografía portada – LATAM