Destacando su aporte en proporcionar detalles nunca antes vistos de la superficie de la Tierra y la colocación de las bases para un radar espacial moderno, Airbus celebra las tres décadas de lanzamiento del ERS-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). El 17 de julio de 1991, Europa marca un hito al colocar su primer satélite que es el antecesor de todos los satélites modernos de observación de la Tierra.
Con un peso de 2,4 toneladas, el ERS-1 fue desarrollado y construido bajo la dirección de la actual Airbus Defence and Space por un consorcio industrial de más de 50 empresas de 14 países. En su momento, es el satélite más avanzado y complejo de su época y el primero de Europa que cuenta con un sistema de radar e instrumentos en base a microondas que sirven para realizar mediciones e imágenes del planeta.
“Esto permitió observar por primera vez zonas de la Tierra que a menudo escapan a la vista de los satélites debido a la nubosidad o la niebla frecuentes”, comentan desde la fábrica.
El ERS-1 se coloca a una altitud de 785 kilómetros en una órbita polar con una longitud de onda de 5,7 centímetros con una frecuencia de 5,3 GHz en la llamada banda C. Desde esa órbita, el haz escanea una franja de 4.000 kilómetros de largo y 100 kilómetros de ancho de la superficie de la Tierra.
La vida útil del primer satélite europeo finaliza el 10 de marzo de 2000. Desde su lanzamiento en 1991, completa 45.000 órbitas y transmite más de 1,5 millones de imágenes de la Tierra. Por los logros conseguidos, Airbus considera al satélite como un gran paso en la investigación medioambiental desde el espacio.
“ERS-1 fue la chispa inicial de un desarrollo único en Europa. La observación de la Tierra es probablemente el único sector espacial en el que Europa es líder mundial y en el que los Estados también han invertido de forma comparable a los Estados Unidos”, comenta Volker Liebig, director de Observación de la Tierra en la ESA para el periodo 2004-2016.
Al ERS-1 se une el ERS-2 en abril de 1995 lo que permite ampliar las posibilidades de observación que se destina para vigilar regularmente el contenido de ozono en la estratosfera y, en particular, los cambios en la capa de ozono sobre el polo sur. Ambos satélites se utilizan por años en los cuales se prueba la tecnología de interferometría radar. Los interferogramas se utilizan para crear modelos digitales del terreno con una resolución de altura de unos pocos metros. De esta manera, es posible registrar los cambios ocurridos en la superficie entre las imágenes con una precisión milimétrica.
Con la experiencia de los ERS, se desarrollan otros programas satelitales como los MetOp de segunda generación, los “Earth Explorers” que incluyen a los satélites de investigación de hielo CryoSat (2010) y de la misión de tres satélites Swarm (2013) para estudiar el campo magnético de la Tierra y Aeolus (2018) para crear perfiles globales del viento. Con EarthCARE y Biomass, Airbus está desarrollando otros dos satélites de exploración para la ESA.
El radar bandar C del ERS-1 permite iniciar el programa europeo Copernicus para el medio ambiente orientado a proporcionar información relevante en áreas como vigilancia terrestre, vigilancia marina, gestión de desastres y crisis, vigilancia atmosférica, vigilancia del cambio climático y seguridad. Los datos recibidos son necesarios para la vigilancia medioambiental global la que no sería posible sin los sistemas de satélites.
“Hoy, el mundo entero nos felicita por este sistema, que proporciona datos medioambientales tan importantes sobre nuestra Tierra. Copernicus fue el paso crucial para pasar de la exploración científica de procesos importantes de nuestro entorno, como hacemos con las misiones Explorer de la ESA, a la observación operativa”, agrega Liebig. “Desde el ERS-1, disponemos de series de datos, por ejemplo, sobre la cubierta de hielo polar, el aumento del nivel del mar, las tendencias de la temperatura de la superficie del océano y muchas otras variables climáticas”.
Con una carrera espacial en curso con varios proveedores de la industria, Airbus resalta las tres décadas desde el lanzamiento del primer satélite europeo para potenciar sus capacidades en la industria aeroespacial y su conocimiento en el diseño, fabricación, pruebas y operación de satélites de observación de la Tierra, fabricación de instrumentos y otros componentes. El fabricante europeo señala que los logros y progresos obtenidos en las últimas décadas le permiten posicionarse entre las principales empresas dedicadas al espacio en todo el mundo.
Fotografía portada - Airbus Space