Delta incorpora 36 aeronaves de segunda mano para recuperar capacidad a corto plazo

Con el objetivo de recuperar parte de la capacidad perdida durante 2020, Delta sumará en los próximos meses 36 aeronaves de segunda mano correspondientes a 29 Boeing 737-900ER ex Lion Air y siete Airbus A350-900 ex LATAM. La adquisición se realiza a través de acuerdos de compra y arriendo siguiendo una estrategia basada en principios de simplificación, escala, tamaño y sostenibilidad.

“Estos aviones son una inversión en el futuro de Delta”, dice Ed Bastian, CEO de la línea aérea con sede en Atlanta. “Mientras miramos el pasado de la pandemia, el enfoque innovador y disciplinado de Delta nos permite tomar posición para renovar la flota para crecer mientras la demanda regresa, mientras incrementamos la experiencia de servicio al cliente y apoyamos nuestros compromisos de sostenibilidad”.

La estrategia de recurrir aviones de segunda mano no es nueva en Delta ni en el mercado aéreo estadounidense como de otros países. La fórmula ya se utiliza en la compañía cuando se introducen los B717 ex AirTran y también en otras líneas aéreas como United en el caso de varias aeronaves de la familia A320 y B767-300ER. Básicamente, se trata de aprovechar oportunidades para crecer de manera inmediata en capacidad, tomando como antecedente la rápida reactivación de la demanda en los Estados Unidos.

Delta reconoce que la reactivación de la demanda la obliga a recuperar una capacidad afectada por la salida de todos los Mc Donnell Douglas MD-88 y MD-90, en rutas de corto y medio alcance y también por los 18 B777-200ER/-200LR. Si bien no se arrepiente de la decisión tomada en 2020, la adquisición de las aeronaves a incorporar se interpreta como una solución inmediata que está alineada con modernización y estandarización de la flota.

Los siete A350-900 ex LATAM se introducirán mediante régimen de arriendo a través de AerCap, mientras los 27 B737-900ER se realizará mediante compra con recursos administrados por el fondo de inversiones Castlelake L.P., al igual que los restantes dos aviones de este modelo cuya compra también se realiza con otros fondos administrados por el mismo grupo.

Las entregas de las 36 aeronaves están previstas para el primer trimestre de 2022 durante la temporada de invierno del hemisferio Norte, periodo en el cual serán sometidas a trabajos de mantenimiento y retrofit para adaptarlas a la configuración de Delta. De esta manera, se espera que la capacidad que aportan estos equipos esté lista para la próxima temporada alta de mediados de 2022.

Los siete A350-900 ex LATAM complementarán a los 15 A350-900 que Delta opera y a los 20 aviones pendientes de entrega. Su rol estará en reemplazar la capacidad de los B777-200LR que no puede ser asumida por el resto de los aviones de fuselaje ancho. Prácticamente, la compañía está obligada a sumar equipos de fuselaje ancho por la salida gradual de los B767-300ER. Estos equipos que no tienen un reemplazo inmediato, pese a que su segmento será asumido por la flota A330.

Actualmente, los A330-200/-300 y B767-400ER asumen parte de las operaciones de los B767-300ER en muchas rutas domésticas e internacionales (Atlanta – Santiago es un ejemplo), lo que es posible porque muchos servicios internacionales continúan suspendidos. Sin embargo, se espera que ese escenario no se de en 2022 por lo que se debe recurrir a un incremento de capacidad. Cabe recordar que Delta todavía falta reactivar las rutas hacia Asia y Oceanía lo que obliga a disponer de una capacidad adicional.

Los 29 B737-900ER ex Lion Air, por su parte, incrementará esta flota a las 159 unidades. Los equipos permiten disponer de una capacidad complementaria y altamente versátil en muchas rutas domésticas e internacionales de segmento medio. Además de reforzar la flota actual, brinda herramientas para contar con un intermedio de capacidad entre los B737-800 y los A321 actualmente en servicio, así como en los futuros 25 A321neo que se comenzarán a entregar en 2022 después de Delta decide ejercer opciones de compra.

Para los próximos años, Delta todavía tiene el desafío de encontrar reemplazos a los B717, B737-800 más antiguos y B767-300ER/-400 lo que puede impulsar a otras futuras adquisiciones ya sea mediante compra, arriendo de equipos de segunda mano o pedidos directos a las fábricas. Por el momento, la línea aérea continúa apostando por equipos de última generación pero con tecnologías probadas lo que le permite sortear algunos inconvenientes que sus competidores presentan como con los B737 MAX, por ejemplo.

Fotografía portada – Delta

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