Después de cuatro meses de un severo cierre de fronteras que incluso impide a los chilenos salir libremente de su país, la administración de Sebastián Piñera optaría por no renovar más la restricción. Se trata de una eventual decisión que se da en medio de las fuertes críticas al gobierno por tener a Chile en la paradoja de ser uno de los países líderes en tasa de vacunación, pero uno de los líderes en restricciones a su población.
Sin embargo, la medida no será para todos y tampoco será total, es decir, no implicaría un retorno a la normalidad previo a 2019 como gradualmente ocurre en otras partes del mundo. El beneficio estaría dirigido principalmente a los chilenos y extranjeros residentes en el país que posean su esquema de vacunación completa (es decir dos dosis, más su respectivo periodo de inmunidad de 14 días, excepto aquellos inoculados con la vacuna de Cansino que requiere una dosis), según indica La Tercera (14/07/2021).
Según menciona el diario, las personas completamente vacunadas podrían acceder a viajes sin solicitar permisos gubernamentales en la Comisaría Virtual y a su regreso no tendrían que realizar estadía en los cuestionados hoteles sanitarios de tránsito cuyas reservas pasan a través de dos agencias de viajes: Turismo Cocha y Travel Security y cuyos costos desde US$400 por persona están a cargo del viajero. A cambio, deberán realizar una cuarentena en el domicilio y el Estado confinará también a los residentes de ese lugar, lo que se traduce en un nuevo castigo a las personas por ejercer su libertad de desplazamiento y viajes.
El medio de prensa asegura que Ministerio de Salud dispondrá de una “fuerte fiscalización”. En los últimos días, el propio titular de la cartera, Enrique Paris, señala que las personas que no cumplan con lo dispuesto por la autoridad sanitaria se le podría quitar el Pase de Movilidad, condicionando su libertad, además de cumplir con los castigos en multas que establece la normativa. Algo similar menciona la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, quien confirma que trabajan en un “protocolo” para abrir las fronteras hacia fin de mes y que sería dado a conocer dentro de esta semana.
Una de las posibles exigencias sería mantener el requisito de prueba negativa PCR obligatorio para ingresar a Chile, independiente si las personas están o no vacunadas. Sin embargo, quitaría el testeo que se realiza en el aeropuerto de Santiago a los pocos viajeros calificables para ingresar a Chile, esto con el fin de eliminar los cuellos de botella que generan los trámites y se traducen en tiempos de espera en fila de entre tres a seis horas. Es decir, un pasajero puede pasar más tiempo en una fila en el aeropuerto de Santiago a la espera de ser atendidos para los trámites político-sanitarios que en el viaje en avión.
Quienes no estén vacunados continuarían sometidos al confinamiento en el país. No podrán salir a excepción de que se acojan a las cuatro casuales que el gobierno de Piñera permite para viajar: motivos de trabajo esencial para el país (sujeto a la arbitrariedad del Estado), razones humanitarias, viajes por motivos de salud y viajes de no retorno a Chile.
Respecto a ingresos de los extranjeros, no está definido lo que genera más incertidumbre y menores expectativas para propiciar un retorno de la demanda. La industria turística es la más afectada por su gran dependencia de los visitantes desde el extranjero. De continuar prohibido el ingreso de extranjeros, podría contradecir las iniciativas de promoción que Chile buscaría realizar para aprovechar la demanda de viajeros que buscan lugares al aire libre para vacacionar.
Los anuncios representan un primer paso para la restauración de los viajes internacionales, pero todavía no es suficiente para asegurar una verdadera reactivación. La imposición de cuarentenas obligatorias es un desincentivo a viajar, mientras que el confinamiento de los residentes impone un “castigo directo al viajero” sólo por el hecho de ejercer su libertad de desplazarse. De aplicarse una medida de esas características, por ejemplo, impediría a los residentes de un hogar trabajar o realizar trámites sólo por el hecho que otro miembro del entorno realice un viaje al extranjero. La mantención de la prohibición a la llegada de los extranjeros, así como la discriminación hacia las personas no vacunadas tampoco es un retorno a la normalidad y limita las oportunidades de reactivación.
Las opciones que se exploran en el Gobierno de Chile tampoco están en línea con los nuevos lineamientos que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el retorno de los viajes internacionales. El organismo dependiente de Naciones Unidas establece que los países deben eliminar medidas como pruebas y/o requisitos de cuarentenas para los viajeros que estén completamente vacunados o no exigir de manera obligatoria un comprobante de vacunación para salir o entrar del país, por mencionar algunos.
Desde la industria aérea, llaman a los Gobiernos a cumplir con estas recomendaciones para propiciar el retorno de los viajes internacionales y la reactivación de las industrias de la aviación y el turismo, así como de los empleos. “Las recomendaciones de la OMS están basadas en el riesgo y son de sentido común. Si son seguidas por los Estados, permitirán que se reanuden los viajes aéreos internacionales mientras se minimiza la posibilidad de importar COVID-19”, dice Willie Walsh, director general y CEO de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Agrega que los pasajeros internacionales no son un grupo “de alto riesgo” como quieren hacer ver algunas autoridades.
Factor político el principal condicionante
Pese a tener más del 75% de su población totalmente vacunada contra el COVID-19, Chile aparece en los rankings con mayores restricciones. Según Bloomberg con datos de Oxford Economics, el país está en el puesto número 85 de 100 en temas de afecciones a las libertades de las personas.
Según Oracio Márquez, director de Asuntos Externos de IATA para Latinoamérica y El Caribe, “un país que tiene una alta tasa de vacunación como Chile, debiera ser un ejemplo para la región, sin embargo, es uno de los que tiene las mayores restricciones para viajar, incluso para las personas que ya están vacunadas”. A nivel regional Chile junto con Trinidad y Tobago están con sus fronteras totalmente cerradas. Un muy reducido grupo que también podría incluir Argentina por las restricciones a los viajes que posee, aunque permite cuotas diarias de ingreso de personas aunque sin un criterio debidamente justificado.
El tema de la apertura de las fronteras pasa más por decisiones políticas que sanitarias, considerando la baja significativa de los contagios, la alta tasa de vacunación, disponibilidad de camas, la propia evolución de la pandemia y el comportamiento natural del SARS-CoV-2 y sus variante como cualquier virus. Sin el respaldo de la ciudadanía, con múltiples flancos abiertos, sin convicción ni fuerza en sus decisiones y altamente permeable, que generan críticas desde la extrema izquierda a la extrema derecha, incluyendo a la oposición y al propio oficialismo, a las autoridades del actuar gobierno les cuesta tomar decisiones porque temen enfrentar las críticas.
“Nosotros hemos trabajado en el desarrollo e implementación de protocolos en restaurantes, hoteles, líneas aéreas, buses. La verdad todos los actores estamos preparados. En el fondo esto es un tema político y escapa de lo meramente técnico”, expresa Ricardo Margulis, presidente de la Federación de Turismo (FEDETUR) en el webinar “Las claves para la reactivación del turismo en Chile”, organizado por la Cámara Nacional de Comercio. Por ser el problema de carácter político, espera que se pueda revertir prontamente.
Distintas fuentes -algunas cercanas al gobierno-, señalan que hay disposición para levantar las restricciones sanitarias como el extenso cierre de fronteras porque entienden del daño que provocan, pero dentro de la propia administración parecieran haber diferencias lo que condiciona la decisión, punto que también cita La Tercera en su reportaje del 14 de julio. Sin embargo, la evolución de la pandemia en el país y el mundo están haciendo insostenible mantener las estrictas medidas y el cierre del país, más cuando la presión multisectorial crece.
A nivel de industria, si bien la opción de abrir fronteras sólo para personas vacunadas es limitada, constituye al menos un primer paso para avanzar y no continuar estancados como ocurre en la actualidad mientras el resto de los países abren sus fronteras para propiciar la reactivación. La intención es abrir espacio para la reactivación antes de septiembre para no hacer de 2021 otro año completamente perdido donde muchas empresas, especialmente pequeñas y medianas (PYMES) no tienen las espaldas para continuar.
“Necesitamos una apertura de fronteras ya”, dice José Ignacio Dougnac, CEO de SKY y presidente de ACHILA. “Si llegamos al 80% de la población vacunada, por qué no abrir ahí que siempre fue el “target” que se puso, aunque sea para las personas vacunadas”. El directivo agrega que los protocolos colocados por la industria son bastante altos y entregan un nivel de certeza suficiente para abrir de manera segura las fronteras. Sin embargo, es claro en señalar que nunca se podrá evitar el ingreso del virus o una variante porque eso naturalmente es inviable. Las medidas de bioseguridad son para contener de manera general la pandemia no atender un caso.
Fotografía portada - Simón Blaise