Ante la imposibilidad de alcanzar cero casos de COVID-19, Singapur anuncia un cambio en su política sanitaria para esta enfermedad. A medida que avanza la vacunación, el país abandonará las cuarentenas, el aislamiento de los “contactos estrechos” y el anuncio de casos diarios. También dejará pedir cuarentenas a los viajeros que llegan a la ciudad-estado. Todo en su conjunto apunta a retomar la normalidad asumiendo que el SARS-CoV-2 nunca se va a ir.
Singapur establece que el COVID-19 será tratado como una enfermedad endémica, es decir, aquella que se mantiene para siempre en la sociedad como muchas otras como la influenza, el cólera, el hanta, la malaria, la lepra o la tuberculosis. Para las autoridades sanitarias, la nueva normalidad será convivir con el COVID-19, pero no lo ven como algo negativo ya que los datos científicos muestran que es posible retomar el diario vivir previo a la pandemia dado el bajo nivel de contagio de la enfermedad y el porcentaje de la población que se mantiene sana.
“Es posible que COVID-19 nunca desaparezca. La buena noticia es que es posible vivir normalmente con el (virus) entre nosotros”, señalan el ministro de Comercio, Gan Kim Yong, el ministro de Finanzas, Lawrence Wong y el ministro de Salud, Ong Ye Kung, en una editorial en el diario Straits Times.
Mientras algunas autoridades continúan con un estado de alarma ante las nuevas variantes y adoptando políticas que demuestran su escasa efectividad, en el gobierno de Singapur asumen que como todos los virus, el SARS-CoV-2 seguirá cambiando con nuevas variantes que podrán ser más o menos contagiosas. “El virus seguirá mutando y por lo tanto sobrevivirá en nuestra comunidad”, explican.
Pese a las políticas implementadas, a la baja de casos después de un máximo de 600 casos en abril de 2020 para toda la ciudad, Singapur señala que es imposible lograr que existan cero contagios. De hecho, reconoce que aún las personas vacunadas es posible que puedan contraer el COVID-19 en algún momento, pero no llegarán a tener síntomas graves.
Actualmente, Singapur posee un control de fronteras para los viajeros dependiendo de su lugar de procedencia. Quienes pueden ingresar deben presentar pruebas PCR previo al arribo y al llegar deben realizar cuarentenas obligatorias en lugares designados. Para cambiar la política, las autoridades apuntan a avanzar con la vacunación masiva y lograr tener dos tercios de la población vacunada con sus dos dosis para fines de agosto.
La vacunación es la clave. Al estar inoculados, las personas reducen significativamente la posibilidad de contraer la enfermedad, ingresar a un hospital o estar en cuidados intensivos, además de evitar la muerte. Si una persona tiene síntomas serán leves y podrá estar recuperándose en su casa. De esta manera, los casos serán un problema menor, al igual que la trazabilidad y la posibilidad de colocar cuarentenas será muy reducida. Las autoridades no descartan que en el futuro próximo se necesite continuar con un nuevo programa de vacunación.
“Cada año, muchas personas contraen la gripe. La inmensa mayoría se recupera sin necesidad de ser hospitalizada y con poca o ninguna medicación. Pero una minoría, especialmente los ancianos y las personas con comorbilidades, pueden enfermarse gravemente y algunos sucumbir (morir)”, dicen los ministros.
En los aeropuertos, puertos y puntos de ingresos por tierra, Singapur planea reemplazar las pruebas PCR con pruebas rápidas, las que también podrían utilizarse para volver a trabajar en los colegios, hospitales, etc. Desde las perspectivas de las autoridades, las pruebas para COVID-19 deben ser fáciles y rápidas, una propuesta que la industria aérea viene indicando desde hace meses a muchos Gobiernos en todo el mundo, pero que aún tiene poco eco entre las autoridades.
“No podemos erradicar el virus, pero podemos convertir la pandemia en algo mucho menos amenazante como la influenza o la varicela y seguir con nuestras vidas”, dicen los ministros Yong, Wong y Kung.
Los cambios que espera Singapur se debieran implementar en las próximas semanas a medida que avance la vacunación. En ese sentido, se infiere que a medida que las personas son vacunadas se deben ir devolviendo las libertades a las personas. La propuesta del trío de ministros forma parte de la hoja de ruta para recuperar la normalidad.
Fotografía portada - Changi Airport