La aprobación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la vacuna CoronaVac del laboratorio chino Sinovac para su uso de emergencia contra el COVID-19 abre una nueva esperanza para el retorno seguro de los viajes internacionales. Se trata de la sexta vacuna que entra en la lista de uso de emergencia después de Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Janssen Johnson & Johnson y Sinopharm.
Su inclusión en la lista de vacunas aprobadas por la OMS es una buena noticia porque suma un respaldo internacional a su aplicación y a los estudios clínicos que demuestran su efectividad para combatir la enfermedad producida por el virus SARS-CoV-2. Para la industria aérea y los viajes, la validación de esta vacuna es también bienvenida porque favorece a un mayor retorno seguro de los viajes internacionales, al menos para aquellas personas inoculadas con sus dos dosis y su respectivo periodo para alcanzar la inmunidad.
Hasta ahora, los Gobiernos que levantan restricciones de confinamiento aplicando un criterio de vacunación, es decir, devolver un tránsito más libre a las personas completamente inoculadas, sólo consideraban las dosis aprobadas por la OMS o la que determinen las autoridades sanitarias correspondientes. Europa es el caso más ejemplificador. Todas aquellas personas que no cuenten con su vacunación o lo hagan con dosis de otros laboratorios no validados siguen sujetas a las restricciones que imponen los países o a las pruebas de salud (pruebas PCR o antígeno, según corresponda).
Casi una veintena de países utilizan la vacuna CoronaVac, principalmente en América Latina, Asia y África, entre los que están Azerbaiyán, Albania, Brasil, Colombia, China, Chile, Ecuador, El Salvador, Filipinas, Indonesia, Malasia, México, Turquía, Túnez y Uruguay, entre otros. Por consiguiente, un número significativo de personas en el mundo se encuentra todavía marginada de la posibilidad de viajar libremente.
Si bien la noticia de la probación de la vacuna Sinovac es positiva, la recuperación de las libertades no es inmediata. Los Gobiernos deben homologar los certificados de vacunación para que sean reconocidos internacionalmente y, de esta manera, facilitar los ingresos por razones sanitarias. Como se indica, mientras la homologación no se materialice las personas deben continuar sometiéndose a los requisitos que colocan los países.
El caso que revista más importancia es el de la Unión Europea por utilizar el polémico Certificado Digital. A partir del 1º de julio 2021, comienza su implementación en los países comunitarios devolviendo el libre tránsito a las personas inoculadas y permitiendo el ingreso a quienes porten el documento digital.
El Certificado Digital proporciona información de que una persona cuenta con su vacunación completa contra el COVID-19 (tipo y fabricante de vacunas, número de dosis y fechas de inoculación) o si tiene una prueba contra COVID-19 válida a la fecha de ingreso (si corresponde) o si tiene un certificado de recuperación. Cuando las personas viajen, los portadores del Certificado Digital de la Unión Europea tendrán los mismos derechos de los ciudadanos de un Estado miembro que hayan sido vacunados, probados o recuperados.
El funcionamiento del certificado europeo considera la emisión de un certificado automático o con previa solicitud del usuario que puede ser digital o físico, ambos con un código QR que incorpora la firma electrónica. Las personas deben guardar el certificado en su teléfono o en sus documentos de viaje y deben presentarlo en los puntos de control para el escaneo del código que verifica la autenticidad del documento y si cumple con los requisitos.
Junto con la apertura de las fronteras, la homologación de la documentación es uno de los desafíos más inmediatos para propiciar el retorno de los viajes. Algunos países ya emiten documentos o pases de movilidad, pero tienen una aplicación local y limitada. El Pase de Movilidad de Chile es un ejemplo y la propia autoridad sanitaria indica que no es válido para viajar internacionalmente.
Si bien el libre tránsito e ingreso de los países todavía está pendiente, la aprobación de la vacuna CoronaVac puede ser un catalizador de las reservas aéreas y de los viajes en general creando una antesala para la reactivación. La experiencia en la industria de la aviación muestra que cuando existen anuncios de desconfinamiento y noticias que favorezcan a ello (como la vacunación) se produce un aumento de la disposición a viajar y de las compras. Dicho comportamiento se manifiesta en los Estados Unidos, Europa, el Reino Unido y también en otros países.
A nivel global, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) se muestra optimista por el término gradual de las restricciones en los Estados Unidos y la reapertura de las fronteras en el Reino Unido y la Unión Europea, así como de todos los países que devuelven el libre tránsito a las personas vacunadas y ya no exigen pruebas de salud.
La eliminación de las cuarentenas y los cierres de fronteras son determinantes para determinar el progreso y retroceso de los países en los próximos meses. IATA dice que es una decisión estrictamente política porque dependen de los Gobiernos y su impacto va más allá de la aviación a niveles económicos y sociales.
De acuerdo con las estimaciones a nivel global, para 2021 se espera que el número mundial de pasajeros se recupere al 52% respecto a 2019. Para 2022, la cifra de reactivación de la demanda podría alcanzar al 88% y para 2023, alcanzaría una recuperación total. Los países con mayor mercado doméstico se recuperarían más tempranamente, siempre y cuando, las autoridades lo permitan.
Fotografía portada - Ministerio de Salud Chile