Con gran parte del mundo avanzando hacia el periodo post pandemia, la industria aérea ingresa a un periodo sumamente complejo que puede ser aún más que los meses anteriores. Dos variables son claves para entender el futuro más inmediato: la capacidad para reactivar y la generación de ingresos para completar la transformación o fortalecer el negocio para propiciar el anhelado retorno a un crecimiento sostenible.
En ese contexto, Luis Gallego, consejero delegado de IAG, señala que al igual que en otras crisis que afectan a la aviación, el proceso de salida del COVID-19 estará acompañado de una nueva consolidación en los distintos mercados. De ese resultado, saldrán compañías aéreas más grandes, más fortalecidas, pero menores en número por región. En su opinión, el futuro del transporte aéreo debiera avanzar hasta dejar dos o tres grandes empresas por continente.
Si bien en una primera instancia el reducido número puede sorprender, la opinión del máximo directivo de la matriz de Aer Lingus, British Airways, Iberia, Level y Vueling, se debe entender principalmente en lo que respecta a sólo las grandes compañías aéreas o mejor dicho a grupos aeronáuticos que controlan a varias compañías. Se trata de una tendencia que no es nueva, ya que continúa con la evolución natural que la propia industria muestra a lo largo de la historia y que, al mismo tiempo, crea oportunidades para el surgimiento de nuevos actores.
Como se indica, los meses más inmediatos están marcados por el desafío de reactivar. Las líneas aéreas deben destinar más gasto para colocar la capacidad perdida durante la pandemia y al mismo tiempo convencer a las personas de volver a viajar, aún cuando los Gobiernos mantienen inciertos los escenarios ante nuevas amenazas de restricciones y cambiantes o poco homologados requisitos de ingresos a los países. Si bien la utilización de los bajos precios es el principal mecanismo de incentivo, estos no se traducen en ingresos significativos para compensar los costos y las pérdidas que esta crisis sigue dejando.
Además de paralizar los viajes, los cierres de fronteras y restricciones impuestas por los Gobiernos obligan a las compañías aéreas a adquirir obligaciones para enfrentar el escenario de la pandemia, cumplir con sus obligaciones con clientes (atendiendo el problema de la falta de liquidez), empleados y proveedores. En paralelo, deben dejar dinero en caja para atender meses de alta incertidumbre previstos para este año donde hay avances y retrocesos. En consecuencia, hay nuevas obligaciones y más endeudamiento que se deben cumplir.
“Todos tendremos una enorme cantidad de deuda después de esta crisis por lo que todos seremos más pequeños durante algún tiempo”, dice Gallego. “Algunos no sobrevivirán: habrá oportunidades de consolidación en las que participaremos”.
En el escenario futuro más inmediato, las líneas aéreas deben avanzar hacia una mayor flexibilidad permitiendo combinar redes de vuelos y la generación de sinergias. Sus palabras se interpretan como una aceleración de distintos procesos de consolidación ya observados en años anteriores. En ese sentido, más que mencionar específicamente una fusión, la referencia puede estar orientada a otras acciones que también crean fortalezas o incluso pueden generar mayores beneficios.
Los acuerdos de negocios conjuntos (JBA, por sus siglas en inglés) son uno de los mecanismos que están siendo más utilizados. Por sus características de flexibles, modificables y temporales, casi el 80% de las compañías aéreas de todo el mundo tienen algún tipo de estos acuerdos, especialmente en las rutas de larga distancia que están participadas en torno a un 30% por estas alianzas.
Distintos actores de la industria califican a los JBA como “el futuro del transporte aéreo”. Por medio de este mecanismo, las líneas aéreas pueden fortalecer sus negocios y ofrecer más servicios a los pasajeros a través de una cooperación más estrecha entre todos los participantes. La idea de compartir ganancias se interpreta como un incentivo directo para que las partes trabajen de manera más coordinada para ofrecer más y mejores productos al usuario, por lo que el consumidor se ve beneficiado.
Previo a la crisis del COVID-19, los JBA son utilizados por las líneas aéreas principalmente como fórmula para continuar su crecimiento ante un incremento de la competencia. Ahora están llamados a ser un instrumento fortalecer los negocios ante el escenario actual, generar sinergias y modelos más sostenibles en el tiempo.
En ese contexto, el consejero delegado de IAG describe que los JBA en los que IAG participa en rutas a través del Atlántico Norte y el Medio Oriente son motores para propiciar la recuperación y posterior expansión. Menciona en especial la asociación con Qatar Airways.
Si bien las nuevas proyecciones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) señalan que la aviación podría reactivarse antes de 2024, al menos en aquellos mercados cuyos Gobiernos deciden apostar por la apertura y dejar atrás los confinamientos, en IAG consideran que los viajes de negocios seguirán un 15% por debajo de los niveles de 2019. Dicha situación obliga a continuar adaptando los productos que se ofrecen al comportamiento de la demanda.
Ante la posibilidad de que los Gobiernos introduzcan impuestos verdes a los viajes en avión, Gallego señala que eso no genera una solución al problema medioambiental. A cambio, sugiere que las autoridades inviertan o generen medidas para producir combustibles de aviación sostenibles (SAF) para que las empresas aéreas puedan cumplir con los objetivos que se imponen como la reducción de CO2.
Fotografía portada - British Airways