Brasil es el segundo país más bloqueado en el mundo y anticipa cambios en la demanda

Pese a que el país no tiene cerradas sus fronteras ni sus cielos, Brasil es en la actualidad el segundo país más bloqueado del mundo, después de Sudáfrica. Una consecuencia directa de las decisiones tomadas por distintos Gobiernos en el mundo que comprometen la imagen país, la recuperación y desarrollo de su conectividad.

La situación brasilera no sólo afecta al país. Por el rol que desempeña en la región en cuanto a conectividad aérea, la situación político-sanitaria también tiene un impacto fuera de sus fronteras, principalmente en el cono sur americano. Sao Paulo (GRU) es el principal centro de conexiones de la región, ya que es hub o base operacional de importantes líneas aéreas sudamericanas y a donde llegan otras compañías aéreas distintas partes del mundo. Brasil también tiene ciudades que aportan una importante conectividad doméstica e internacional como Río de Janeiro, Porto Alegre, Brasilia, Belo Horizonte, Salvador, Fortaleza, entre otras.

En conversación con José Ricardo Botelho, director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana y el Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), Eduardo Sanovicz, presidente de la Asociación Brasileña de Líneas Aéreas (ABEAR), las restricciones están afectando mucho al país ya que es el país con el segundo mayor volumen de restricciones al ingreso de sus pasajeros. Actualmente, 116 países imponen algún tipo de restricción a viajeros procedentes de Sudáfrica y 114 países lo tienen con Brasil.

“La forma en que los diferentes países del mundo reaccionan a la información que llega de Brasil nos afecta como consecuencia”, puntualiza Sanovicz. “Por eso tendremos el desafío de reconstruir la imagen del país. Esto es algo que no se puede resolver con un bolígrafo. Uno de los desafíos que enfrentaremos será la construcción de un programa para la reanudación del turismo nacional y también internacional, emisor y receptivo”.

Desde su perspectiva, Brasil demorará entre dos a tres años en superar la crisis. El presidente de ABEAR ve impactos inmediatos como los viajes de negocios por el día para ir a reuniones lo que tendrá efectos en la demanda de las líneas aéreas y también en sectores turísticos. A corto plazo, este sector se podría reactivar con los viajes corporativos ligados a eventos.

“Ya existen algunos impactos en la cadena turística. Esos viajes exclusivamente por negocios, como salir de São Paulo para una reunión de 2 a 3 horas en otra ciudad y luego regresar, ya que gran parte de este segmento será virtual. La gente preferirá las reuniones en línea. Esto representa una parte importante de la facturación y la demanda de la aviación”, explica.

Respecto a los viajes de placer, Sanovicz explica que van a continuar hacia destinos más cercanos de hasta 2 horas de vuelo. Anticipa que se puede dar un nuevo perfil de viajeros: personas que trabajan con normalidad descubren que pueden pasar casi una semana fuera de casa y funcionar de manera remota. De esta manera, combinan las actividades laborales con las de ocio.

“Será un nuevo perfil y tendremos que prepararnos ofreciendo productos y servicios competitivos, con precios adecuados a los destinos que se demandan. Creo que esto tendrá un fuerte peso interno y, en un segundo momento, una dimensión latinoamericana y luego internacional”, comenta.

Durante la pandemia, Brasil es uno de los pocos países del mundo que no cierra sus cielos ni sus fronteras. Desde la perspectiva de ABEAR, la decisión política permite dar credibilidad a la aviación brasilera y posicionar al sector como una herramienta de reactivación y recuperación del país. La decisión de no paralizar la aviación tiene aspectos positivos como mantener conectado al país en el peor momento de la crisis, aunque sea con un 8% de la red operando, contribuir a repatriar personas, implementar transporte gratuito para profesionales de salud, además de insumos médicos y las vacunas.

Brasil es la novena economía del mundo y en 2019 califica como el sexto país con mayor tráfico doméstico del mundo. Por consiguiente, es uno de los mercados que debiera tener una rápida capacidad de reactivación, siguiendo las perspectivas de distintas organizaciones de transporte aéreo. En 2020, las líneas aéreas transportan 44 millones de pasajeros en 284.000 vuelos durante el año.

En conversación con ALTA, el presidente de ABEAR, señala que la acción conjunta es fundamental para superar la crisis, además de resaltar que la aviación tiene un papel fundamental en la generación de oportunidades y en la creación de empleos. “El trabajo articulado entre la aviación y el turismo es ahora más importante que nunca para lograr que toda la cadena de valor se comunique efectivamente con la población, romper los miedos y barreras existentes y ofrecer experiencias seguras y memorables”, sentencia.

Fotografía portada – Ricardo Delpiano

Destacados

Noticias Relacionadas