Manteniendo su comportamiento respecto a solicitudes anteriores, la autoridad de Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) aprueba sin restricciones el acuerdo de negocio conjunto entre Delta y LATAM Airlines Group. La decisión representa un nuevo e importante paso en la construcción del acuerdo bilateral transamericano -como lo denominan- que permitirá a ambas compañías combinar las redes de rutas y frecuencias entre Norteamérica y Sudamérica.
En su aprobación, Aerocivil concluye que el JBA entre Delta y LATAM no genera preocupaciones ni afecciones en rutas estratégicas como Atlanta – Bogotá, Atlanta – Cartagena, Bogotá – Miami, Nueva York (JFK) – Bogotá. En ese contexto, la autoridad aeronáutica señala que la alianza entre Delta y LATAM no implica inconvenientes en las rutas actuales y futuras, además de reconocer de que el resto de los actores del mercado pueden crear mecanismos de autorregulación suficientes en algunas rutas como Nueva York (JFK) – Bogotá operada por Delta.
Tácitamente, Aerocivil no sólo acepta las condiciones del mercado y su capacidad para autorregularse al existir una oferta variada de operadores que permiten evitar cualquier concentración de mercado. Además, también infiere un nuevo escenario competitivo en el mercado aéreo internacional de Colombia tomando en cuenta que el JBA que Avianca, Copa Airlines y United Airlines pretenden establecer. Cuando se implemente, dicha alianza competirá directamente con el JBA de Delta y LATAM.
A nivel de industria, los JBA se ubican en un nivel inferior y precio a las fusiones. El término es propio del mundo de los negocios para referirse a la acción de unión entre dos o más empresas con el fin de realizar operaciones complementarias, crear un nuevo negocio o realizar distintas acciones comunes.
En derecho, los JBA están calificados como contratos atípicos ya que están al margen de las fusiones o las adquisiciones. Por consiguiente, es incorrecto hablar de compras o fusión cuando se producen este tipo de asociaciones. En este proceso, las empresas o actores participantes no comparten propiedad ya que cada una mantiene su independencia.
Una de las diferencias con las fusiones, los JBA son flexibles, modificables y temporales, incluso puede ser focalizados según el mercado, tal como ocurre con acuerdos de estas características en las líneas aéreas. Además, las empresas pueden disponer de uno o más JBA, según sean sus necesidades.
Distintos actores de la industria califican a los JBA como “el futuro del transporte aéreo”. Por medio de este mecanismo, las líneas aéreas buscan fortalecer sus negocios y ofrecer más servicios a los pasajeros a través de una cooperación más estrecha entre todas las partes participantes. La idea de compartir ganancias se interpreta como un incentivo directo para que las partes trabajen de manera más coordinada para ofrecer más y mejores productos al usuario, por lo que el consumidor se ve beneficiado.
Previo a la crisis del COVID-19, los JBA son utilizados por las líneas aéreas principalmente como fórmula para continuar su crecimiento ante un incremento de la competencia. Si bien en algunos casos la situación que enfrenta el transporte aéreo atrasa su implementación, como ocurre con los casos de Avianca, Copa Airlines y United o el de Air France – KLM y Kenya Airways, por mencionar algunos, estas alianzas siguen vigentes en el tiempo. La industria valora a los JBA por ser un instrumento fortalecer la situación de las compañías aéreas, generar sinergias y modelos de negocios más sostenibles en el tiempo.
Actualmente, casi el 80% de las compañías aéreas de todo el mundo tienen algún tipo de JBA ya sea de carácter bilateral como multilateral. De estos, el 30% de los vuelos de larga distancia funcionan con este esquema.
El JBA de Delta y LATAM es un movimiento estratégico que marca un punto de inflexión en el mercado aéreo latinoamericano. Para reforzar la integración de ambas compañías, Delta compra el 20,0% de LATAM. En su momento, la operación se valora en US$1,9 mil millones invertidos por la línea aérea estadounidense, además de otros US$350 millones con los que se compensan los costos de la salida de la firma chilena de oneworld.
La alianza marca un quiebre drástico entre todos los actores de la región y a nivel global. El gran ganador es sin duda Delta al continuar con un posicionamiento global basado en relaciones bilaterales e inversiones estratégicas con el cual construye un nuevo esquema de crecimiento. Para LATAM, representa una nueva oportunidad para conseguir asociaciones que le fueron impedidas por factores externos (principalmente en Chile) y recibir ingresos adicionales que favorecen la disminución de la deuda.
Desde que se anuncia un acuerdo marco inicial en septiembre de 2019, Delta y LATAM llevan encaminadas distintas sinergias que desembocan en beneficios para los clientes entre los que se destacan la acumulación y canje mutuo de millas en los programas de lealtad, acuerdo de códigos compartidos en rutas seleccionadas, operaciones en los mismos terminales de los hubs, así como acceso bilateral a los salones VIP.
El JBA de Delta y LATAM está aprobado en Brasil, Uruguay y ahora Colombia. En Chile, se espera que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) entregue su veredicto en las próximas semanas.
Fotografía portada – Maurice Becker