Pese a que a partir del 17 de mayo, el Reino Unido vuelve a permitir los viajes por distintos motivos (denominados “no esenciales”), el escenario continúa siendo frustrante para muchas personas y también para la industria aérea. El establecimiento de un “semáforo de países” que parecía ser una especie de solución no aporta a la urgente reactivación. La razón es sencilla: las personas procedentes de la mayoría de los países deberán continuar con severas restricciones que, con altos costos, son un impedimento para viajar.
El 07 de mayo, el gobierno de Boris Johnson presenta el su semáforo que clasifica a los países según la evolución de los contagios y casos con luces verde, amarillo y rojo. De acuerdo con cada luz, los viajeros que lleguen al país se deben someter a una serie de restricciones como testeos o cuarentenas obligatorias. Como se prevé, la mayoría de los países están con luz amarilla o roja lo que implica que los pasajeros que arriben al Reino Unido deberán continuar sometido a muchas medidas de control con los costos que esto implica.
“La regulación “Stay in the UK” se levantará el 17 de mayo, lo que significa que los viajes de placer desde Inglaterra ya no serán ilegales”, dice el gobierno británico. El secretario de Transporte del Reino Unido señala que pese al levantamiento se mantendrán las estrictas medidas de control fronterizo comenzando por la mantención de testeo contra COVID-19 antes de la llegada a territorio británico y un formulario de localización.
Países con luz verde: Los pasajeros que arriben al Reino Unido de estos países deben realizar un testeo previo antes del embarque, completar un formulario de localización, reservar y pagar un segundo test que se debe aplicar a partir del segundo día. Las personas quedan eximidas de cuarentenas, salvo si es detectado positivo y sólo se recomienda una auto-cuarentena si algún pasajero que arriba en el mismo momento que la persona da positivo. A fecha de hoy, sólo hay 12 países y territorios en el mundo incluidos en la lista verde como Australia, Brunei, Islandia, Israel, Portugal, Singapur y otros territorios como las islas Falklands/Malvinas. Sin embargo, aún en estos casos la medida es poco efectiva, Australia y Nueva Zelandia siguen con sus fronteras cerradas, por ejemplo.
Países con luz amarilla: Las personas de estos países deben realizar un test previo antes del embarque, completar el formulario de localización, reservar y pagar un segundo test a partir del segundo día posterior al arribo, realizar cuarentena obligatoria en el lugar de alojamiento por 10 días, además de otro examen para salir de la cuarentena. Están incluidos la mayoría de los países del mundo en esta categoría, incluyendo los Estados Unidos y la Unión Europea.
Países con luz roja: Los viajeros procedentes de estos países calificados como de “alto riesgo” deben completar antes del embarque el formulario de localización, realizar una prueba de COVID-19 antes del embarque, reservar un alojamiento en un hotel sanitario por 10 días, además de nuevos testeos a partir del segundo día y otro al día 8 posterior al arribo. Al igual como ocurre con la luz amarrilla, otra gran parte de los países están incluidos en esta categoría incluyendo a toda Sudamérica, parte de África, Turquía o los Emiratos Árabes Unidos.
La lista de países se revisará cada tres semanales para recopilar los datos más recientes. El gobierno de Boris Johnson defiende su “semáforo de viajes” argumentando que el virus todavía tiene una alta circulación en el mundo y la revisión de las medidas permiten evaluar permanente el riesgo para los diferentes países. El Reino Unido también publicará “una lista de vigilancia de países” para identificar cuando un país reúna las condiciones para cambiar de categoría. De esta manera, el gobierno resalta que se trata de “ayuda a las personas” para que puedan programar sus viajes. También declara que todas las medidas se mantendrán bajo revisión y no descarta que se tomen otras nuevas restricciones siempre bajo el argumento de proteger la salud pública.
El “semáforo de países” decepciona a muchas personas así como a líneas aéreas, los aeropuertos y tour operadores. Toda la industria de los viajes y el turismo del Reino Unido no ve señales de reactivación segura dado que en la práctica significa una continuación de las severas restricciones colocadas y que hoy.
“Es muy decepcionante y francamente no vale la pena comentar sobre ello”, sentencia el británico Willie Walsh, ex consejero delegado de IAG y actual director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) tras conocerse la decisión.
El “semáforo de países” está comenzando a generar impactos en el mercado, además de continuar con la incertidumbre. Aquellos destinos en países incluidos dentro de la luz verde están viendo un alza significativa de precios en comparación con otros destinos por el aumento de la demanda. Líneas aéreas como British Airways, easyJet, Virgin Atlantic, entre otras, así como tour operadores, piden una ampliación de la lista de países con luz verde a medida que se acerca el verano en el hemisferio Norte.
Fotografía portada – Heathrow Airport