Con el objetivo de cumplir los compromisos autoimpuestos en su estrategia de sostenibilidad para los próximos 30 años, LATAM Airlines Group señala que continuará incorporando aviones más modernos y eficientes, con el fin de tener operaciones aéreas más sustentables. Para tal propósito, la estrategia considera terminar con la renovación de la actual flota en corto y largo alcance, para luego continuar explorando la incorporación de nuevas tecnologías. En paralelo, la compañía también se abre a la utilización de combustibles sostenibles de aviación (SAF).
La crisis el COVID-19 más las severas restricciones impuestas por los Gobiernos generan una drástica caída de la demanda en niveles que la aviación nunca ha conocido en su historia. Como consecuencia, muchas compañías aéreas en el mundo se ven en la obligación de reestructurar su capacidad lo que incluye la salida de aeronaves y el retraso en las entregas de nuevos equipos.
En el caso de LATAM, en particular, lo anterior se manifiesta en la postergación de entregas y en la salida de aviones, incluyendo equipos nuevos y más eficientes. Así, en los años más inmediatos, la mayor línea aérea latinoamericana continuará operando mayoritariamente una flota de los últimos 15 años, lo que genera desafíos importantes tomando en cuenta que por su tecnología los aviones más nuevos son fundamentales para transitar a operaciones aéreas más amigables con el medioambiente.
Pese al impacto que esto genera, en LATAM destacan que el plan de sostenibilidad presentado está construido con una base realista, es decir, tomando en cuenta el entorno de la pandemia y en las capacidades más inmediatas que la compañía tiene para salir fortalecida de la crisis. Con otras medidas anunciadas como la compensación de emisiones, reciclaje o la gestión ambiental, entre otras, que también se circunscriben como parte del funcionamiento natural de una línea aéreas, la cuestión flota puede ser postergada para ser completada en la próxima década.
“Nosotros tenemos dos tercios de nuestra flota de largo alcance equipada con nuevas tecnologías, principalmente Boeing 787”, señala Roberto Alvo, CEO de LATAM Airlines Group, al ser consultado por Aero-Naves. “En los próximos años vamos a ir cambiando nuestros Airbus A320ceo (familia) por A320neo o también otros tipos de aviones”.
En la presentación de la estrategia de sostenibilidad, Alvo deja en claro que la industria de la aviación todavía tiene un largo camino para desarrollar nuevas tecnologías. Por lo mismo, el enfoque medioambiental de LATAM considera múltiples acciones. Se trata de una opinión y posición que también es compartida en la industria aérea, tomando en cuenta que muchos proyectos respecto a nuevas aeronaves necesiten pasar por fases de investigación y aprobaciones, y en ese proceso, es altamente probable que muchas propuestas en curso queden en el camino.
A fecha de hoy, LATAM tiene un camino avanzado en su estrategia de flota como resultado de una hoja de ruta ya definida y también las ventajas que ofrecen los fabricantes en cuanto homogeneidad lo que permite asegurar transiciones rápidas a medida que aparecen nuevas tecnologías. Si bien la posibilidad de incorporar nuevos modelos nunca se descarta en una línea aérea, la compañía mantiene su horizonte operacional con la familia A320neo seleccionada para rutas medias y los B787 para vuelos de larga distancia. En esa línea y tras la salida de los A350, el plan de flota no varía respecto a lo que viene haciendo en los últimos 20 años: aviones Airbus para fuselaje angosto y Boeing para fuselaje ancho.
“En los próximos 10 años, esperamos renovar gran parte de la flota de corto alcance y el remante de largo alcance por aviones de nuevas tecnologías”, puntualiza Alvo. “Como se sabe, las nuevas aeronaves consumen en promedio entre un 15% y 20% menos de combustible en comparación que los equipos actuales”.
Los porcentajes de ahorros en combustibles indicados por el CEO de LATAM corresponden a los de la familia A320neo y B787. Por consiguiente, hay una confirmación en que la compañía debiera mantener ese enfoque, especialmente cuando el proceso de renovación está pausado por la crisis actual. “Cuando uno mira las inversiones de la compañía, hoy nos encontramos entre un 25%-30% en camino. Uno de los pilares que tenemos es reemplazar gran parte de nuestra flota”, dice el directivo.
De acuerdo con el último reporte de la compañía, LATAM posee 12 A320neo, 10 B787-8 y 12 B787-9 que son las aeronaves en operación consideradas como de última generación. A estas se deben agregar, los últimos A321 que pese ser versión ceo, los equipos más recientes son más eficientes en comparación con las primeras unidades recibidas de este modelo. Adicionalmente, es posible considerar a los B777-300ER que con sus prestaciones todavía se lo puede calificar como una aeronave altamente eficiente para las necesidades de la compañía.
Ante la coyuntura actual, el 29 de abril de 2021, LATAM y Boeing acuerdan dar por terminados pedidos de cuatro B787-9 y un B777F. Sin embargo, como resultado de las enmiendas, la línea aérea mantendrá sus órdenes de compra respecto a dos B787-9 con fechas de entrega en diciembre 2021. En los últimos estados financieros, se indica que la compañía no tendrá más responsabilidad con respecto a órdenes de aeronaves canceladas en dicho acuerdo, mismo que debe ser visado por la Corte a cargo del proceso de Capítulo 11.
Si bien el factor combustible es un aspecto importante en la transición hacia una operación más amigable con el medioambiente, la construcción de un negocio sustentable y sostenible en el tiempo necesita considerar una multiplicidad de factores. Por lo mismo, la estrategia de sostenibilidad de LATAM no se centra sólo en el tema de aviones.
“La prioridad de hoy es cómo reducir las emisiones de CO2 lo más rápido posible”, dice Alvo. Sabiendo que la incorporación de nuevos aviones y tecnologías es un proceso largo en el tiempo, indica que LATAM está trabajando en otros frentes como la búsqueda de combustibles alternativos. Para ello, la compañía está inmersa en proyectos con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en un horizonte hacia 2025, además de conversar con el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil para el uso de SAF tomando la experiencia en el uso del etanol, por ejemplo, así como con equipos en Chile en lo que respecta al hidrógeno verde.
Fotografía portada - Simón Blaise