Reflejando el duro impacto que generan las nuevas restricciones de viaje impuestas por los Gobiernos, especialmente en el cono sur a partir de marzo, LATAM Airlines Group termina el primer trimestre 2021 (1Q2021) con una pérdida neta por US$430,8 millones. Sin embargo, la compañía reporta una reducción importante en sus costos y con US$2.600 millones de liquidez disponible (US$1.300 millones en la caja disponible y US$1.300 millones en líneas de financiamiento comprometida DIP (Debtor in Possesion).
“La tendencia de recuperación que veíamos se quebró”, dice Ramiro Alfonsín, CFO de LATAM Airlines. Sus comentarios muestran las consecuencias que generan las decisiones gubernamentales en lo que respecta a la segunda ola en los países. Así, después de alcanzar cerca del 40% en enero 2021, la mayor línea aérea de América Latina opera en abril apenas al 25% en todo el continente, ambos respecto a los niveles de 2019.
“A un año de la pandemia y con un proceso de vacunación en marcha, la profundidad de la crisis se mantiene”, sentencia Roberto Alvo, CEO de LATAM Airlines Group. “Creemos que se han tomado las decisiones correctas para darle continuidad al grupo y ya lo estamos notando. Se cerró un primer trimestre muy difícil con niveles de liquidez saludables y una reducción de costos importante”.
En efecto, LATAM llega con pérdidas mucho menores que el mismo periodo del año anterior. Mientras en el 1Q2020 las pérdidas ascienden a US$2.120 millones, en el 1Q2021 alcanzan a US$430,8 millones como resultado de la menor actividad y por las eficiencias conseguidas, incluyendo las negociaciones y ajustes de capacidad. La compañía destaca que está en una posición más ágil y eficiente que les permite enfrentar un escenario inmediato altamente volátil.
“Sabíamos que esta recuperación iba a ser volátil que requiere flexibilidad. La verdad es que la compañía ha logrado renegociar contratos, variabilizar contratos de costos para ser una compañía que se amolda a esta adaptación que se requiere el mercado”, explica Alfonsín.
Como resultado de los esfuerzos por buscar eficiencias y reducir sus costos, LATAM logra bajar sus gastos en un 43,8% durante el primer periodo del año. Los ingresos totales ascienden a US$913,2 millones con una disminución del 61,2% respecto al mismo periodo de 2020. La reducción es compensada por un incremento del 36,8% de los ingresos por carga como resultado de la mayor actividad de esta unidad de negocio, pese a la reducción de la capacidad de bodega (bellies) como resultado de la paralización de la mayoría de la flota de pasajeros.
Al cierre del 1Q2021, LATAM tiene pérdidas por US$355,7 millones en su resultado operacional. La cifra representa una caída significativa de 470,8% respecto al mismo periodo del año anterior.
Como parte de las medidas de ajustes de capacidad y la mayor demanda de carga que se prevé en los próximos años, LATAM destaca el anuncio de transformación de hasta ocho Boeing 767-300ER a B767-300BCF (Boeing Converted Freighter) en los próximos tres años. La compañía destaca que ya tiene asegurado los slots para llevar a cabo la conversión lo que permitirá incrementar la oferta de carga (ATK) en un 80%.
En LATAM no mencionan cifras en su proyección para los últimos meses dado que el escenario sigue siendo altamente volátil. Sin embargo, tomando como referencia los resultados de la vacunación masiva en los Estados Unidos y la reactivación inmediata de la demanda, no descartan que dicha realidad también pueda producirse en la región o en mercados seriamente afectados como es Chile. Por lo mismo, en la compañía aseguran que están preparados para atender un cambio rápido de la demanda colocando rápidamente capacidad.
“El segundo trimestre puede ser incluso atípico a otros”, dice el CFO de LATAM. “Si vemos que los procesos de vacunación son efectivos y que las normas para viajar y la documentación necesaria es más clara, podríamos ver un segundo trimestre no tan negativo. Como compañía estamos preparados para los dos escenarios”.
En un enfoque más realista plantean que el 2Q2021 todavía puede ser un periodo difícil, pese a la posibilidad de un comportamiento atípico en los resultados financieros. Cabe recordar que en la industria aérea, el periodo comprendido entre abril y junio es el más débil del año por la ausencia de catalizadores. “Creemos que la reactivación va a ser aún más lenta, pero estamos preparados para hacerla más rápida en el caso que sea necesario”, explican.
Fotografía portada – LATAM