Egipto compra 30 aviones caza Rafale para ampliar la capacidad de defensa

Como parte de su programa de modernización de sus capacidades aéreas, Egipto compra 30 aviones caza Dassault Rafale ampliando su flota de estos aviones a un total de 54 considerando los 24 aparatos encargados previamente en 2015. La noticia se confirma con las declaraciones de los Ministerios de Defensa de la República Árabe de Egipto y de Francia, así como por información la propia Dassault Aviation fabricante del caza.

Con el nuevo pedido, la Fuerza Aérea Egipcia se convertirá en el segundo operador a nivel mundial de Rafale después de la Fuerza Aérea de Francia (Armeé de l’Air). De acuerdo con información del Ministerio de Defensa de Francia, las entregas están previstas tres años después de que entre en vigor el contrato, lo que anticipa una rápida entrega que para Egipto se transforma en una herramienta de disuasión no menor.

Para Dassault Aviation, la compra de 30 nuevos Rafale es un reflejo de la relación estratégica de Francia y Egipto en el largo plazo. También enfatiza en la confianza que tienen las autoridades egipcias en las capacidades de Dassault como proveedor tecnológico para la defensa y de la satisfacción en la ejecución del primer contrato.

“Este nuevo pedido es una prueba del vínculo inquebrantable que une a Egipto, el primer usuario extranjero del Rafale -como lo fue con el Mirage 2000-, con Dassault Aviation durante casi 50 años”, dice Eric Trapier, CEO de Dassault Aviation. “También es un tributo a la calidad operativa del Rafale, ya que esta es la segunda vez que un cliente de exportación elige pedir aviones adicionales. Dassault Aviation y sus socios desean agradecer a las autoridades egipcias por esta nueva marca de confianza y asegurarles su compromiso total para cumplir, una vez más, con sus expectativas”.

La compra se da en medios de cuestionamientos de organizaciones de derechos humanos a la gestión del Presidente Abdel Fatah Al-Sisi por las posibles prácticas represivas que se estarían aplicando contra opositores. Precisamente, estas organizaciones señalan que se están llevando las “peores represiones” en Egipto en décadas, las que se generan como consecuencia de la llamada “Primavera Árabe”.

Pese a ello, en diciembre 2020, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, señala que no condicionará la venta de armas a temas de derechos humanos para no debilitar la capacidad defensiva de Egipto frente a las amenazas a la seguridad. Lo anterior, se entiende por el rol estratégico que desempeña El Cairo en las regiones del Medio Oriente, Norte de África y África Oriental.

Los 30 nuevos Rafale se financian por un préstamo que el Ministerio de Defensa de Egipto adquiere a un plazo de 10 años. No se conocen detalles del valor del acuerdo alcanzado con Francia, sin embargo, trascienden que el contrato también considera misiles MBDA y equipamiento de Safran Electronics & Defense por un valor a €200 millones adicionales al costo de adquirir los 30 cazas.

Entre 2013 y 2017, Francia es el principal proveedor de armas de Egipto. En dicho periodo, se adquieren los 24 Rafales con opción a 12 más. Dichos contratos y otros por más aviones y buques se agotan, pese a llegar a una negociación avanzada.

La compra de los nuevos Rafales se da cuando aumenta la tensión entre Egipto y Etiopía por las aguas del río Nilo. Por lo mismo, no se descarta que la llegada de nuevos aviones caza se interprete como un nuevo elemento de disuasión ante la amenaza que supone la construcción de la Gran Presa del Renacimiento en el Alto Nilo.

La presa actualmente en construcción en Etiopía es la mayor hidroeléctrica en África. Debido a las amenazas de alterar las aguas del Nilo, la decisión de Addis Abeba de continuar con la obra está escalando las tensiones no sólo con Egipto, sino que también con Sudán que alinea posiciones con su vecino del Norte.

Como en la antigüedad, las aguas del río Nilo fundamentales para la vida diaria y la economía de Egipto y Sudán. Controlar las crecidas y evitar inundaciones para manejar la superficie cultivable es estratégico, especialmente en Sudán que tiene apenas un 1% de tierras agrícolas en todo su territorio.

Fotografía portada – Dassault Aviation / A. Pecchi

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