En medio de su reorganización bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, Aeroméxico logra un importante acuerdo para asegurar la renovación de su flota de fuselaje angosto y ancho. Como parte de una reestructura del convenio que tiene con Boeing y distintas compañías de leasing, además de entidades financieras, la línea aérea azteca confirma que podrá recibir 28 nuevos aviones en los próximos dos años.
Se trata de 24 B737 MAX 8 y MAX 9 y cuatro B787-9. Según, lo anunciado por la línea aérea, nueve aviones se incorporan este año para apoyar el plan de reactivación durante el verano del hemisferio de Norte. El resto está previsto para el segundo semestre 2021 y durante el transcurso de todo 2022.
Por las características y prestaciones de la nueva flota permitirá a Aeroméxico avanzar en operaciones más eficientes, necesarias para generar ahorros para superar la actual crisis provocada por la pandemia, las restricciones gubernamentales (principalmente en mercados internacionales) y la drástica caída del tráfico aéreo de pasajeros. En esa línea hay dos objetivos clave: el enfoque hacia un negocio más sustentable en el tiempo y también más sostenible en línea con los objetivos medioambientales de la industria aérea.
“Lo anterior representa una etapa fundamental en la transformación de Aeroméxico para los próximos años, bajo condiciones económicas altamente competitivas en comparación con los valores actuales de mercado”, declara Aeroméxico al informar los acuerdos.
Los B737 MAX son necesarios para optimizar las operaciones en rutas medias con ahorros en combustible hasta 15% en comparación con los equipos de la misma capacidad más antiguos y menos eficientes. Dichos ahorros, aportan reducciones en las emisiones de CO2 en un igual porcentaje, además de un 40% en la huella sonora. En el caso de los B787, los ahorros alcanzan hasta el 23% y 25% en las emisiones contaminantes. Estos aviones ya han optimizado de manera significativa los vuelos de larga distancia de Aeroméxico al reemplazar a los B767-200ER/-300ER y B777-200ER, lo que se traduce también en una homogeneización de la flota.
La renegociación de los contratos desarrollada por Aeroméxico incluye también mejoras en el trabajo de mantenimiento a largo plazo, así como reducir costos de arriendo de otras 18 aeronaves de la flota actual. Actualmente, la flota de Aeroméxico está conformada por cinco B737-700, 31 B737-800, seis B737 MAX 8, ocho B787-8, 10 B787-9 y 47 Embraer E190.
Grupo Aeroméxico estima que este acuerdo integral generará un ahorro total aproximado de US$2.000 millones en la línea aérea. Como resultado, asegura que está en condiciones de ofrecer precios más competitivos y aviones más modernos, necesarios para competir frente al avance del segmento de ultra bajo costo y tarifas bajas (ULCC, por sus siglas en inglés). Cabe recordar que en México, Volaris es el primer operador aéreo desplazando el lugar histórico de la tradicional línea aérea mexicana.
“Estos acuerdos representan la confianza de nuestros colaboradores, clientes, arrendadores, fabricantes, inversionistas y socios comerciales en el futuro de la aerolínea bandera de México. Además, nos dará mayor flexibilidad para completar otras negociaciones y seguir fortaleciendo a Aeroméxico para concluir el proceso de reestructura bajo el Capítulo 11 a finales de este año”, señala Andrés Conesa, CEO de Grupo Aeroméxico.
Aprovechando su operación en mercados con mayores libertades, en el primer trimestre de 2021 (1Q2021), Grupo Aeroméxico continúa una recuperación de sus ingresos por tres trimestres consecutivos, pese a que siguen afectados de manera drástica en comparación con los niveles de 2019. De un 84,5% de la caída de ingresos en el 2Q2020 y se pasa a una disminución en el 1Q2021. En términos operativos, la compañía alcanza al 62,5% de operación doméstica en comparación con 2019, mientras que los vuelos internacionales están alrededor del 50,0% por las restricciones gubernamentales, principalmente en Europa y Sudamérica.
Fotografía portada – Boeing