Industria aérea insta a los Gobiernos a implementar estrategias sanitarias coordinadas y limitadas en el tiempo, según recomendación de la OMS

La ausencia de un enfoque coordinado para enfrentar la emergencia es una las características más evidentes de la crisis de la pandemia del COVID-19. La respuesta entregada por los distintos Gobiernos muestra que en la práctica aún existen enormes desafíos en abordar problemas de seguridad global -como una pandemia u otros-, reflejando que los trabajos multilaterales de los países tienen una escasa efectividad. Pese a ello, el sistema político mundial y aeronáutico continúa apostando a este enfoque como medio para enfrentar las amenazas actuales como futuras.

Con más de un año de pandemia, poco aprenden los Gobiernos en su manejo, aún cuando existe más información del virus SARS-CoV-2 y el actuar de las nuevas variantes no cambian mucho del actual original. Mientras algunos países aceptan la realidad de convivir con el virus mientras vacunan a su población y están en franca reactivación, otros siguen implementando medidas de confinamiento extremas, aún cuando recomendaciones científicas señalan la poca efectividad de estas cuando una pandemia alcanza un gran nivel o cuando las medidas se extienden por un tiempo prolongado en el tiempo. Los casos del cono sur como Argentina y curiosamente Chile son los ejemplos más cercanos en la realidad.

Como muchas organizaciones y comunidades científicas, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) considera que los países y las sociedades deberán convivir con el virus dada la inviabilidad social, económica y política que generan las prolongadas cuarentenas y restricciones aplicadas bajo el argumento de contener la propagación del COVID-19. En es sentido, insta a los Gobiernos a cumplir con las recomendaciones sobre viajes internacionales establecidos en el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (2005) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre testeos y gestión de riesgos para la pandemia del COVID-19.

Específicamente, la industria de las líneas aéreas (y en general de toda la aviación) considera cuatro principios fundamentales que se deben cumplir para salir de la actual crisis que afecta todos los ámbitos de la sociedad:

  • Implementar enfoques sanitarios coordinados y limitados en el tiempo basados en riesgos y evidencia científica;
  • Reducir la carga financiera a las personas para viajes internacionales;
  • No exigir pruebas de vacunación como condición de entrada;
  • Dar prioridad de vacunación a las tripulaciones

La comunidad científica internacional considera que el COVID-19 se volverá algo endémico. Por endemia se refiere cuando una enfermedad ocurre de manera habitual ya sea a nivel mundial, en una región o en una localidad en particular. En ese sentido, se considera que los brotes de contagios por COVID-19 siempre van a existir, pero eso no siempre debe implicar que los Gobiernos recurren a confinamientos permanentes o utilizar argumentos sanitarios para satisfacer necesidades de otra índole, principalmente de carácter político. Algunos ejemplos de enfermedades endémicas son el cáncer, el cólera, el hanta virus, la lepra, la malaria, la rabia, la tuberculosis, entre otras. Con todas ellas la sociedad convive diariamente, incluso con aquellas enfermedades con una mortalidad superior que el COVID-19.

Frente a esa realidad, IATA apoya firmemente las medidas basadas en el riesgo para gestionar de manera segura los viajes internacionales. De acuerdo con la recomendación de la OMS, se insta a los Gobiernos a trabajar de manera coordinada con la industria aérea para establecer planes de reactivación para volver a conectar a las personas y las economías del mundo. Para ello, urge establecer una hoja de ruta y protocolos armonizados que no representen costos adicionales para las personas, además de la vacunación para gestionar los riesgos.

En ese sentido, también solicitan a las autoridades no exigir prueba de vacunación como una condición de entrada. Algunos países, ya comienzan a aplicar criterios de estas características al diferenciar las medidas de ingreso para pasajeros vacunados contra el COVID-19 de quienes no lo están. Si bien no prohíben la entrada, es evidente que aquellos que están vacunados disfrutan de beneficios, por consiguiente, la vacunación se vuelve casi una obligación si se quiere optar a una mayor libertad.

IATA cree que la libertad de viajar a través de las fronteras no debe limitarse a aquellos que pueden vacunarse. Sin embargo, sí apoya a los Gobiernos que abren fronteras a quienes han sido vacunados y que las pruebas también deben desempeñar un papel clave donde la vacunación no es posible. “Las pruebas y la vacunación son medidas claves para que los Estados vuelvan a abrir sus fronteras de manera segura y restablezcan la libertad de movimiento mientras gestionan los riesgos de salud pública del COVID-19”, declaran.

La industria aérea cree que las medidas de salud pública de los Gobiernos no deben transformarse en cargas financieras para las personas. Hoy, muchas autoridades castigan a sus ciudadanos por el hecho de exigir o ejercer sus derechos como la libertad de desplazarse y de viajar imponiendo cargos onerosos como si las personas buscan los contagios a propósito.

En el sistema internacional, los Estados acuerdan que los costos de las medidas sanitarias obligatorias como las pruebas para COVID-19 deben ser asumidos por los Gobiernos según indica el artículo 40 del Reglamento Sanitario Internacional. Con pruebas con valores que sobre pasan los US$100, los testeos son un desincentivo para viajar, aún cuando estos viajes no sean por razones de placer sino por múltiples propósitos: trabajos, estudios, salud, congresos, etc. Así, los altos valores de las pruebas son un daño para la economía de los países. Esto también aplican para las cuarentenas obligatorias y los hoteles sanitarios.

Además de funcionar como un oligopolio, los cobros en las pruebas para detectar COVID-19 también dañan los esfuerzos de una industria que por años avanza en una democratización de los viajes aéreos permitiendo que más personas se suban a los aviones amplíen sus oportunidades en distintos ámbitos lo que se transforma en algo beneficioso para los países.

Curiosamente, los Gobiernos que deben velar por evitar prácticas desleales de competencia, en algunos casos se han transformado en sus promotores. Por lo mismo y ante la gravedad que esto implica urge volver a lo acordado internacionalmente y buscar alternativas económicas y competitivas que permitan un fácil acceso por parte de la población. De esta manera, se facilita y amplía objetivos sanitarios como una mayor capacidad de testeo que las autoridades buscan para el COVID-19. Por ello, la industria aérea está promoviendo el testeo masivo da través de pruebas de antígenos.

Un aspecto en el que si las autoridades de muchos países cumplen es la prioridad de vacunación a las tripulaciones reconociendo la labor esencial que cumplen para la economía de los países como para la superación de la emergencia sanitaria producida por el COVID-19. En IATA señalan que continuar con este enfoque es de “vital importancia” para asegurar la cadena de suministro de las vacunas, medicamentos y equipos médicos.

Fotografía portada – Nuevo Pudahuel

“Estas recomendaciones ayudarán a los gobiernos a manejar los riesgos de COVID-19, mantener a sus ciudadanos seguros y proteger millones de medios de vida que están en riesgo. El objetivo es regresar de manera segura a vidas más normales, incluida la libertad de viajar, mientras se manejan los riesgos de COVID-19 que probablemente nos acompañen durante algún tiempo”, puntualiza Willie Walsh, director general y CEO de IATA.

A lo largo de la historia y en todo el mundo, la aviación es una industria que enfrenta múltiples amenazas y desafíos, por lo tanto siempre apela al enfoque coordinado para su gestión y solución, además de buscar fórmulas permanentes de mitigar riesgos y costos. Por esto, se habla de una permanente búsqueda de eficiencias y sinergias para generar una sostenibilidad en los negocios que también se traduzca en mayor estabilidad en los empleos.

Considerando las discusiones respecto a pasaportes sanitarios, certificados de vacunación y de salud, la industria aérea señala que es un paso fundamental junto con la estandarización de documentación para avanzar en la reanudación de la conectividad entre los países. En ese sentido, los Gobiernos como los organismos internacionales tienen una nueva oportunidad para poner en ejercicio los ansiados enfoques multilaterales que habitualmente se promueven en reuniones y congresos.

“Sin estándares reconocidos a nivel mundial para demostrar que alguien ha sido vacunado o examinado, el potencial de viajeros frustrados, actores fraudulentos y autoridades fronterizas abrumadas es muy real. El trabajo debe acelerarse”, sentencia Walsh.

Fotografía portada – Aeropuerto Tocumen

Destacados

Noticias Relacionadas