En el Día de la Tierra, la Asociación Latinoamericana y el Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) resalta el avance significativo del sector en materia de sostenibilidad permitiendo mejorar la eficiencia en consumo de combustible, crecimiento neutro y reducciones de emisiones contaminantes. Apostando por el desarrollo tecnológico y nuevas fuentes de combustible, la industria aérea en la región se toma pista hacia un ambiente cada vez más amigable con el medio ambiente.
La aviación es una industria en constante innovación. Esto se manifiesta en los avances en seguridad, eficiencias y beneficios para los pasajeros, así como también en las políticas sustentables que cada año se hacen partícipes en cada línea aérea. Si bien la aviación trae enormes beneficios, su actividad genera un costo que hay que mitigar. A nivel global, el sector es responsable de apenas el 3% de emisiones contaminantes y pese a su reducido impacto en comparación con otros rubros es uno de los que tienen compromisos y metas específicas.
Our World in Data calcula que el tráfico aéreo de pasajeros global, medido en personas pagas por kilómetro (RPK), aumenta en 300 veces su tamaño entre 1960 y 2020. Sin embargo, en el mismo período, las emisiones por actividad aérea se multiplicaron por siete. El rápido crecimiento en la aviación está acompañado de impresionantes mejoras en tecnología y también de mayor accesibilidad para la población. ALTA indica que se eleva en 20 veces la eficiencia medida en kilogramos de CO2 emitidos por RPK desde 1950, al mismo tiempo que se elevan los factores de ocupación de 61% en 1950 a 82% en 2018.
A pesar de los desafíos actuales, ALTA en representación de sus líneas aéreas señala que los objetivos de corto, mediano y largo plazo planteados en 2009 como industria se mantienen intactos y están en línea con el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Destacan por ejemplo, el cumplimiento de la mejora promedio de la eficiencia en 1,5% entre 2009 y 2020, y la estabilización de emisiones netas de CO2 a niveles de 2020 con un crecimiento neutro que se conseguirá con medidas operativas, de infraestructura, tecnología y combustibles sostenibles de aviación (SAF). A estas acciones se suma la reducción de las emisiones netas de CO2 de la aviación a la mitad con base a los niveles de 2005 para 2050.
Para la industria aérea, la tecnología tiene un rol preponderante para avanzar en los objetivos planteados de manera más rápida. Su desarrollo permitirá en el diseño de aviones y motores más ligeros y eficientes, nuevas fuentes de propulsión como el hidrógeno, los aviones eléctricos y los combustibles de la aviación. También resalta la acción que deben tener los Gobiernos para facilitar los caminos en una mejora constante de eficiencia.
“La rápida implementación de los combustibles de aviación sostenibles radica en que no requiere modificación del motor y está hecho de materia prima sostenible que no afecta el uso de tierra y agua, ni degrada el medioambiente. Desde 2016 se han probado en más de 300 mil vuelos y se ha demostrado que, durante el ciclo de vida del combustible, las emisiones de los SAF son en promedio 80% más bajas que aquellas de los vuelos propulsados por combustibles fósiles”, dice José Ricardo Botelho, director ejecutivo y CEO de ALTA.
Los combustibles de aviación sostenibles permitirán a la industria alcanzar entre el 50% y el 75% de las reducciones de emisiones de CO2 en un plazo breve en comparación de otras tecnologías que aún están en desarrollo. Con el apoyo de los Gobiernos, las emisiones netas de CO2 del transporte aéreo mundial se pueden lograr para 2060-2065, pero es probable que algunas regiones alcancen este objetivo antes.
“SAF tendrá un impacto importante en los vuelos de larga distancia, responsables por cerca del 75% de las emisiones totales, por lo que existe una fuerte tendencia en la industria para priorizar las inversiones en continuar el desarrollo de los SAF. Para lograr su implementación, se necesita el compromiso de los Gobiernos, la industria energética, los investigadores y el propio sector de la aviación”, explica el director ejecutivo de ALTA. Como ejemplos de apoyo, menciona que los Gobiernos en esa materia destacan paquetes de estímulo a promover los SAF para la operación mediante inversiones directas, garantías de préstamos y políticas de incentivos, además de regulaciones adecuadas.
En la carrera de despegue hacia una aviación más amigable con el medio ambiente, se plantean cuatro objetivos a desarrollar:
- Aeronaves de nueva tecnología y desarrollo a gran escala de los combustibles de aviación sostenibles.
- Medidas operativas como rodaje (taxeo) con un solo motor, aterrizajes sin reversores, optimización, despegues y aterrizajes con flaps reducido para alcanzar una menor resistencia al aire y, por consiguiente, un menor consumo de combustible).
- Optimización de los espacios aéreos en los países para permitir vuelos más directos, además de aproximaciones y salidas de los aeropuertos continuas y más eficientes para ahorrar combustibles y emisiones.
- Medidas basadas en políticas de mercado como las establecidas en el Esquema de Reducción y Eliminación de Carbono de la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés).
Pese a los desafíos actuales, ALTA dice que las líneas aéreas de América Latina y del Caribe son un ejemplo global. A fecha de hoy, logran eficiencias del consumo de combustible en promedio en 3,5%, superior a la meta de 1,5% marcada en 2010. Esto permite evitar la emisión de un millón de toneladas de CO2 en los últimos siete años, determinado por la renovación en más del 50% de las flotas durante la última década.
“Nuestra industria se está tomando muy en serio el compromiso de reducir su impacto ambiental. Innovar constantemente es parte de la naturaleza de esta industria y esto ha hecho que el impacto de las operaciones sea sustancialmente menor que el crecimiento de la industria”, sentencia Botelho.
Fotografía portada - Simón Blaise