Aún en los albores de la aviación, un 1º de abril de 1921, la francesa Adrienne Bolland hace historia al convertirse en la primera mujer piloto en cruzar la Cordillera de los Andes. Una hazaña que 100 años después es cotidiana, pero que invita a resaltar la importancia del transporte aéreo como herramienta esencial de conectividad de los países.
Nacida en Caudron, es la última de una familia de seis hermanos. Iniciándose como piloto en 1920, sus primeros vuelos están acompañados de grandes hazañas para la historia aeronáutica mundial. Ese mismo año, es la primera piloto mujer contratada por la Société des avions Caudron en febrero, la primera en cruzar la Cordillera de los Andes y en agosto el Canal de la Mancha, entre otros logros.
Para planificar el cruce de los Andes, Bolland llega a Buenos Aires en enero de 1921 acompañada de su mecánico Duperrier. Posteriormente, se traslada a Mendoza el punto de partida de su travesía.
El 1º de abril tiene lugar la exitosa operación. Sin mapas ni brújula y tampoco, sin saber el resultado de su aventura, parte en su aeronave biplaza Caudron G3. A una velocidad de 50 kilómetros por hora logra cruzar la Cordillera de los Andes cerca de su punto más alto, al pasar por la ladera del Aconcagua a 7.000 metros sobre el nivel del mar. Tras cuatro horas y quince minutos de vuelo con temperaturas extremas de -26ºC y fuertes vientos, aterriza en Santiago de Chile.
La hazaña es celebrada con alegría por las autoridades chilenas de un país que todavía debía esperar ocho años para tener su propia empresa aérea. Con un recibimiento triunfal, resaltan su logro dando cuenta la importancia que tiene la conectividad aérea para un país aislado como Chile.
Cien años después, el vuelo de Adrienne Bolland tiene importancia por dos hechos más allá del aniversario. El primero por destacar el rol de la mujer en la aviación y en la vida diaria al ser capaz, contra todo pronóstico, de superar barreras y adversidades para salir adelante. En segundo lugar por darse en un contexto extremadamente especial marcado por decisiones políticas contrarias que dañan lo construido durante años por miles de personas que con esfuerzo, pasión, dedicación, compromiso y colaboración, permiten mantener conectadas a las personas en todo el mundo.
Para honrar la hazaña y resaltar el valor de la aviación, Air France realiza dos vuelos comerciales con tripulaciones femeninas hacia Buenos Aires (EZE) y Santiago. A bordo de un Boeing 787-9 y B777-300ER, despegan ayer 31 de marzo desde París (CDG) para arribar respectivamente a sus destinos hoy 1º de abril.
La acción tiene el apoyo de la Association Francaise des Femmes Pilotes, mientaras que el Aero-Club de France en París, se encarga de las comunicaciones y difusión. La intención rescatar la historia, dar a conocer el hecho para educar a las futuras generaciones.
La conmemoración de este acontecimiento coincide con la celebración que Air France también realiza con motivo de los 20 años de la ruta sin escalas París (CDG) – Santiago.
Fotografía portada - Collection Air France