Destacando sus progresos en distintos ámbitos de la aviación, defensa y seguridad, y tecnología aeroespacial, el fabricante italiano Leonardo reafirma el compromiso de la industria aérea hacia un desarrollo sostenible. Las estrategias desplegadas están orientadas en avanzar en la transformación digital, el desarrollo de soluciones para la seguridad de las personas y potenciar de manera sostenible distintas actividades de infraestructura. Todo se orienta a la lucha contra el cambio climático.
Para contrarrestar el impacto de las actividades humanas e industriales -necesarias para el propio desarrollo de las personas-, la visión empresarial del fabricante combina modelos económicos y sociales de una manera responsable considerando riesgos y oportunidades a corto, mediano y largo plazo.
Distintos premios aseguran a Leonardo que está en la línea correcta, al menos así lo indican en la propia empresa. Como ejemplo, mencionan una serie de reconocimientos obtenidos como la inclusión en la Lista del Clima 2020, con el rango más alto en la evaluación en la lucha contra el cambio climático o la continuidad durante 11 años en los Índices de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI, por sus siglas en inglés).
En cuanto a resultados, Leonardo asegura aproximadamente 73.000 toneladas de residuos recuperados desde 2017, la reducción de 116.000 toneladas de CO2 y la disminución de 750 megalitros de agua en los últimos tres años. Uno de los objetivos es descarbonizar todas sus actividades reduciendo las emisiones contaminantes en un 40% para 2030. Para ello, la apuesta en el desarrollo e implementación de tecnología innovadoras para la gestión de los recursos hídricos que se reflejan en una disminución de 23% en las extracciones de agua para las actividades industriales.
Aprovechando el marco del Día Mundial del Agua que se celebra cada 22 de marzo, Leonardo señala que las tecnologías, en especial las del rubro aeroespacial, son fundamentales para colaborar con el cuidado del recurso hídrico. Desde su perspectiva, el agua es esencial para la supervivencia y la productividad de toda la vida y los ecosistemas. En ese sentido, considera que la observación de este recurso contribuye a apoyar el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos para 2030.
“Gracias a los sensores instalados en satélites, aviones y drones, de hecho es posible monitorear continuamente los recursos hídricos y su uso”, exponen desde la fábrica. “Mediante el análisis de los datos, con el apoyo de la inteligencia artificial y la analítica de big data, se puede obtener información para proteger el “oro azul”, indicando acciones correctivas que permitan gestionar el territorio de manera más eficiente y verificando la aplicación efectiva e impacto de estas acciones”.
La utilización de los satélites tiene una gran incidencia en el desarrollo sostenible de los países al fomentar la agricultura de precisión, el seguimiento de infraestructuras críticas como presas y acueductos, acuíferos, fugas de agua, y la medir la cantidad de agua en la vegetación. Como ejemplos prácticos, se mencionan que los datos satelitales integrados con los de otras fuentes permiten calcular las necesidades de agua de los cultivos y planificar los riesgos evitando sobreconsumos que permitirían ahorras hasta un 60% de agua. También se pueden identificar zonas más áridas y que poseen mayores riesgos de incendios forestales, seguimiento de la evolución de napas subterráneas y calcular los cambios de niveles de ríos, lagos.
Según Leonardo, el espacio juega un papel protagónico en el seguimiento y prevención del mal uso del agua, así como en la verificación de las políticas públicas orientadas a la protección de los recursos hídricos.
Fotografía portada – Leonardo