Coincidiendo con el anuncio de confinamiento estricto para todo Santiago y la Región Metropolitana, el Gobierno de Chile impone nuevas y drásticas medidas a los viajeros internacionales. Las decisiones advierten una posible caída de la demanda y ponen a la industria aérea chilena en una situación altamente compleja, especialmente ante la ausencia de ayudas económicas.
En la conferencia habitual de los jueves del Ministerio de Salud, el vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, indica que todos los viajeros internacionales, independiente de su nacionalidad o procedencia deberán trasladarse a hoteles sanitarios por un periodo de cinco días. La medida es adicional a las exigencias anteriores (PCR negativo con 72 horas de anticipación, seguro para visitantes extranjeros) y de carácter obligatorio para todos los pasajeros que lleguen a Chile desde el 27 de marzo.
La estadía en los hoteles sanitarios (no mencionados por la autoridad) es por cinco días de carácter obligatorio y debe ser cubierta por los propios viajeros. Transcurrido ese periodo, los pasajeros deben continuar su confinamiento en sus residencias o lugares de alojamiento que indiquen al momento de entrar al país.
Los únicos que están exceptos de cumplir esa obligación son aquellos pasajeros que hayan iniciado sus viajes antes del 27 de marzo. La medida carece de horizonte de temporalidad por lo que se advierte un fuerte impacto para la reactivación de la demanda. Sin embargo, deben acatar las últimas restricciones ya colocadas a principios de esta semana para todos los viajeros internacionales, especialmente de Brasil.
Desde el 25 de marzo, todos los viajeros sean chilenos, extranjeros o extranjeros residentes, de cualquier lugar de procedencia deben cumplir una cuarentena de 10 días sin posibilidad de eximirse con una prueba PCR realizada al séptimo día (beneficio prácticamente impracticable). En el caso de que los viajeros resulten positivos para COVID-19 dentro de los primeros 14 días desde su regreso, deben realizar su aislamiento de 11 días en residencias sanitarias. Del mismo modo, si las personas presentan uno o más síntomas relacionados con la enfermedad también deben trasladarse a residencias sanitarias hasta que se descarte la presencia del SARS-CoV-2.
En el caso de los viajeros procedentes de Brasil todos deben ser trasladados a un hotel de tránsito para permanecer por 72 horas, independiente si cuenta con un resultado PCR negativo. Si es negativo debe continuar con su cuarentena de 10 días en el hogar o lugar de alojamiento definitivo. Todos estos costos deben ser asumidos por el viajero al sacar su pasaporte sanitario de regreso a Chile. En este caso, la autoridad sanitaria indica que la medida regiría al menos por un mes.
Si bien el vocero de Gobierno descarta un nuevo cierre de fronteras como en 2020, uno de los más extensos de la región, en la práctica las nuevas medidas impuestas son un cierre encubierto que amenaza con una nueva paralización del transporte aéreo. Si las cuarentenas en un país de destino desincentivan los deseos de viajar, la imposición de costos adicionales como la cobertura obligatoria de la estadía en hoteles sanitarios lo constituyen aún más. Según datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), un 84% de los pasajeros manifiesta su deseo de no viajar si un lugar está con cuarentenas obligatoria, una percepción mayor que la indicada previo a la pandemia.
Como consecuencia, se advierte un posible efecto similar al ocurrido en el Reino Unido o Canadá con una drástica reducción de la capacidad ofrecida por las líneas aéreas, suspensión de frecuencias y rutas, además del retiro de operadores aéreos, sin que ello represente mejoras en las condiciones sanitarias asociadas a la pandemia. Pese al escenario, el Reino Unido ya anuncia un plan de apertura con la elaboración de una hoja de ruta a discutir a partir de mediados de abril.
A fecha de hoy, 14 líneas aéreas de pasajeros realizan vuelos internacionales en comparación con las 22 que lo hacían al mismo mes de 2020. Las compañías aéreas con rutas internacionales desde y hacia Chile son Aerolíneas Argentinas, Aeroméxico, Air France, Amaszonas, American Airlines, Avianca, Copa Airlines, Delta, Iberia, JetSMART, KLM, LATAM Airlines, SKY y United. Si bien la mayoría operan aún frecuencias y capacidades reducidas, algunas como American Airlines o Iberia muestran una reactivación mayor de su oferta incluso a niveles cercanos de 2019. De todas las compañías aéreas que reanudan sus servicios con Chile, dos han vuelto a suspender operaciones: British Airways y Level. La primera por la prohibición de vuelos que el Gobierno de Chile establece con el Reino Unido y la segunda por la drástica caída de la demanda que hace inviable la operación.
Las modificaciones en el programa “Paso a Paso” continúan reflejando la improvisación en la toma de decisiones, una de las características del segundo gobierno de Sebastián Piñera, al menos desde octubre 2019. También se hace presente inconsistencias de las medidas con restricciones excesivas (y/o redundantes) en algunas partes, mientras que en otras, prácticamente no son atendidas con una notoria ausencia de la autoridad.
Fotografía portada - Simón Blaise