Con miras a establecer una asociación futura para el desarrollo de una Estación Espacial Internacional, China y Rusia firman el 09 de marzo un memorándum de entendimiento (MoU) en la cooperación en la carrera aeroespacial. La asociación está abierta a otros países para colaborar en futuras investigaciones.
La asociación causa gran revuelo en la Agencia Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en los Estados Unidos, debido a que ponen en duda sus asociaciones y la incorporación de Rusia en el programa Lunar Artemis, por lo que los funcionarios de la agencia estadounidense califican como “decepcionante” tras más de 20 años de cooperación en la actual Estación Espacial Internacional (ISS).
El proyecto entre Rusia y China incluye elementos robóticos y tripulados sobre la superficie lunar, donde esperan posicionarse en el polo sur de la Luna. También esperan colocar una plataforma de investigación a largo plazo en órbita baja en el satélite natural. El objetivo es llevar a cabo actividades de exploración, investigación multidisciplinaria, observación, experimento científico básico y la verificación técnica de la misma.
El concepto del programa de exploración espacial por parte de la Administración Espacial China (CNSA), es mas avanzado que el de Rusia, puesto que tiene completas bastantes misiones lunares y también hitos importantes como el alunizaje por primera vez en la historia de la humanidad en el lado opuesto de la Luna (la misión que aún se encuentra sobre superficie lunar). El año pasado la misión Change’5 extrae 2,5 Kilogramos (Kg.) de restos lunares para traerlas a la Tierra para una de sus investigaciones más importantes también en curso. China es el tercer país en el mundo en extraer restos lunares después de los Estados Unidos en 1969 y la antigua Unión Soviética en 1976.
La próxima misión de China es el Change’6 programada para 2023. Esta misión pretende extraer y traer nuevamente restos lunares, pero desde el polo sur de la Luna. Luego viene la Change’7, la más ambiciosa del momento porque incluye múltiples naves espaciales entre los que están un orbitador lunar, un modulo de aterrizaje, un Rover, una “Tolva” para volar sobre la superficie lunar y un satélite de retransmisión de comunicaciones. Para fines de la presente década, China planea lanzar el Change’8 que también prevé su alunizaje cerca del polo sur, donde cumplirá una misión tecnológica para la fabricación en el espacio y recolección de recursos que pueden ser utilizados para futuras exploraciones lunares e incluso la exploración de Marte.
Por otro lado, Rusia se encuentra trabajando hace varios años en su modulo de aterrizaje Luna 25, que podría ser lanzado a finales de este año. Esto significa el renacimiento del programa “Luna” creado por la ex Unión Soviética en 1963. Continuando la misma línea, se encuentra en preparación también el Luna 26 y Luna 27, misiones de seguimiento que orbitarán alrededor del satélite natural y también buscarán llegar cerca del polo sur lunar. Luna 26 espera ser lanzado en 2025 con equipos e instrumentos de la Agencia Espacial Europea (ESA) como un taladro y mini laboratorio para la investigación científica del suelo lunar. El objetivo es encontrar hielo de agua.
En la conferencia oficial del MoU, China y Rusia no señalan una fecha precisa de cuándo podría estar operativa la Estación Internacional de Investigación Lunar, pero si indican que los primeros aterrizajes tripulados en la superficie lunar están planificados para comienzos de la década de 2030.
El concepto que persiguen los dos países se asemeja bastante al programa propuesto por NASA denominado Artemis que incluye una mini estación de orbita baja en la Luna llamada Gateway, además de misiones tripuladas con el objetivo de llegar al polo sur también. Este programa lunar busca establecer una presencia humana permanente y perfeccionar las tecnologías para las futuras misiones de exploración espacial marciana.
Desde el anuncio del programa Artemis en 2017 – con el cual también se firma la Directiva de Política Espacial 1 por parte del Presidente Donald Trump al autorizar la campaña lunar, se han suman distintos países con múltiples intereses. Así, se firman MoU con la Agencia Espacial Europea (ESA), con los Gobiernos de Japón y Canadá, todos para trabajar en conjunto en las misiones Artemis y en la Estación Espacial Internacional de Órbita Terrestre Baja con el fin de proporcionar los primeros elementos esenciales de la estación espacial Gateway.
NASA manifiesta su descontento por la asociación entre Roscosmos y CNSA, ya que consideran que la Estación Espacial Internacional (ISS) es una gran colaboración. “Creo que nos decepcionó”, dice Kathy Lueders, administradora asociada de la Dirección de Misión de Operaciones y Exploración humana de NASA.
La nueva Estación Espacial Internacional prevé estar operativa no antes de fines de la década de 2020, mientras se espera que una empresa comercial esté lista con un puesto de investigación científica de propiedad privada en órbita terrestre baja. De ser así, NASA y otras agencias gubernamentales podrán comprar acceso a la estación comercial para astronautas y experimentos científicos.
Los funcionarios de NASA señalan que Rusia que ha hecho las cosas muy diferentes, y que han aprendido mucho de ellos. Cuando Roscosmos anuncia su intención por asociarse con China reconocen que se sienten bastantemente desconcertados dado que esperan continuar con el trabajo conjunto, especialmente en los proyectos lunares.
“Creo firmemente que NASA es un camino para nosotros… para poder crear lazos que nos unan en los buenos y en los malos tiempos. Así que espero encontrar algunas formas más de poder ayudarnos a tender puentes entre las naciones y poder trabajar juntos de manera pacífica en el futuro”, añade Lueders.
Una de las ambiciones de NASA era que Roscosmos fabricara una esclusa (traje espacial) de aire para apoyar las caminatas espaciales de los astronautas en las afueras de Gateway. Aún hay esperanzas que las esclusas se fabriquen en 2028 por lo que buscarán a otros futuros socios o empresas que puedan proveer este traje espacial.
“La cooperación entre la NASA, Roscosmos y otras agencias espaciales ha sido fundamental para el éxito a largo plazo de la Estación Espacial Internacional. Estamos ansiosos por ampliar las relaciones y las lecciones aprendidas de la ISS a medida que construimos el Gateway, que formará la piedra angular de las operaciones lunares sostenibles al tiempo que demostrará tecnologías y procesos clave para una misión humana histórica a Marte. Si bien Roscosmos ha informado a la NASA que no desea ser parte de la asociación Gateway en este momento, ofrecieron continuar explorando la interoperabilidad y damos la bienvenida a tal discusión”, comenta Mónica Witt, portavoz de NASA.
Hace un tiempo, los Estados Unidos da a conocer el Acuerdo de Artemis en el que establecen principios básicos de exploración y expectativas que regulan el comportamiento de las investigaciones en el espacio. Estos principios son: exploración pacífica; transparencia; interoperabilidad; asistencia de emergencia; registro de objetivos espaciales artificiales y divulgación pública de datos científicos.
Los primeros países signatarios de este acuerdo son los Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, Luxemburgo, Italia, Ucrania, el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos. Cabe destacar que Rusia no muestra interés en ser parte de este acuerdo, pero también es preciso mencionar que NASA tiene prohibido legalmente las asociaciones bilaterales con CNSA para la exploración espacial.
Roscosmos, el socio más grande de NASA en la Estación Espacial Internacional (ISS), mantiene una cooperación desde 1993 después del término de la Guerra Fría. Sin embargo, producto de las diferencias políticas entre los Gobiernos de los Estados Unidos y Rusia estas relaciones se deterioran en los últimos años.
El director general de Roscosmos, Dmitry Rogozin, dice en 2020 que quería asegurar que su nave espacial de la tripulación Orel de próxima generación, pueda acoplarse a la estación Gateway. Orel es la cápsula que eventualmente reemplazaría a la actual -y popularmente conocida- Soyuz, para cumplir con la misma misión, pero con la cualidad de que podría estar habilitada para viajes más lejanos.
En octubre del año pasado, Rogozin manifiesta su descontento con el programa Artemis. “Nuestros socios estadounidenses lo están promoviendo activamente. En nuestra opinión, lunar Gateway, en su forma actual, está demasiado centrado en Estados Unidos. Es probable que Rusia se abstenga de participar en él a gran escala”, expone en un panel virtual del Congreso Astronáutico Internacional.
Independiente de lo anterior, el director de Roscosmos recalca que si su país no participa en el programa Artemis, no significa que su nave de próxima generación no pueda acoplarse a Gateway. Sus declaraciones demuestran que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos podrían seguir en curso en futuras exploraciones lunares.
Posterior a este anuncio de Rusia, fuentes oficiales de NASA manifiestan que siguen trabajando en conjunto a Roscosmos, pero solamente a nivel de estándares técnicos que les permita garantizar que las naves espaciales estadounidenses y rusas puedan seguir acoplándose a la Estación Espacial Internacional.
Fotografía portada – NASA