Conforme a lo previsto el 15 de marzo, el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires reanuda sus operaciones aéreas después de siete meses en obras que demandan una inversión de AR$5.100 millones. Con mejoras en su infraestructura en el lado aire y nuevos equipamientos, además de ampliaciones en la terminal de pasajeros, el principal aeropuerto de Argentina por concepto de movimiento de pasajeros es más grande y funcional que el anterior, elevando la categoría del aeropuerto para mayor funcionalidad, confiabilidad y seguridad de las operaciones y una mejor calidad de servicio a todos los usuarios.
Entre las principales obras están una reconstrucción completa de la pista de aterrizaje para permitir una extensión de esta en 590 metros y un ensanche en otros 20 metros. Como resultado, ahora la pista mide 2.690 metros de largo por 60 de ancho favoreciendo la operación de aeronaves de mayores dimensiones, aunque por el momento el Airbus A320/A320neo y el Boeing 737-800 / y MAX 8 serán los modelos que operen.
Otras novedades están la instalación de un sistema ILS CAT III, el balizamiento correspondiente de la pista y un nuevo sistema automático de observación meteorológica (AWOS) que permiten operar con visibilidad menores. Hasta antes de las reformas, ambos sistemas eran de precisión estándar, la cual permitía realizar aproximaciones mediante instrumentos radioeléctricos en lo que se denomina Categoría I. Los nuevos equipos permiten que los aviones realicen con valores de visibilidad similares a los del aeropuerto de Ezeiza (RWY11). Si bien algunos valores mejoran desde la apertura, como es el caso de los mínimos de despegue, los de aterrizaje deberán ser acompañados de infraestructura de aeropuerto planificada para una segunda etapa.
El nuevo sistema AWOS del Aeroparque forma parte de un total de 18 sistemas adquiridos por la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) para ser instalados en los aeropuertos argentinos. Un AWOS CAT III mide y transmite de manera automática en ambas cabeceras de pista y en su punto medio datos instantáneos de alta precisión de las condiciones meteorológicas actuales: visibilidad, alcance visual en pista, altura de la base de las nubes, precipitación, dirección y velocidad de viento, temperatura, presión atmosférica y otros parámetros. En consecuencia, pueden reducirse los valores meteorológicos mínimos de operación del aeropuerto, y con ello las demoras o desvíos de vuelos.
Por su parte el ILS CAT III posee un nuevo tendido de fibra óptica y enlaces radioeléctricos entre éstas y la torre de control que facilitan la labor del personal de soporte técnico y monitoreo de los equipos por parte del personal de tránsito aéreo. Los equipos poseen redundancia de energía y datos maximizando la disponibilidad lo que es clave en un aeropuerto de estas características.
En la terminal de pasajeros se lleva adelante la remodelación y ampliación de los sectores de salidas y llegadas internacionales generando mejores espacios para una calidad de servicio superior. En una superficie de 3.350 metros cuadrados (m2) en el sector de salidas se readecúan los controles de seguridad y migraciones para mejorar el procesamiento de pasajeros, se suman dos puertas de embarque para pasar de cuatro a seis puertas, además de un mejoramiento de la oferta gastronómica y comercial. En el sector de llegadas, la obra considera 4.600 m2 mejorando posiciones de control, entrega de equipaje y hall de arribos, incluyendo sectores más amplios para migraciones con 14 puestos de atención. También hay cambios en el sector de aduanas con nueva organización de filas y cuatro máquinas de rayos X y oficinas de apoyo.
En resumen, se habilitan 800 m2 nuevos de terminal en el área internacional para disponer en total 9.610 m2 en áreas de arribos y embarque internacionales (considerando espacios prexistentes. La capacidad del terminal permite operar seis vuelos internacionales por hora. Las obras se orientan para garantizar la operación del Aeroparque Jorge Newbery como un terminal aéreo internacional.
De acuerdo con lo indicado por las autoridades argentinas, Buenos Aires (AEP) debe atender tanto vuelos domésticos como tráfico internacional con Uruguay, además de Brasil, Chile y Paraguay. Gracias a las obras de ampliación de la pista, las operaciones aéreas también pueden incluir a país más allá como el Perú.
El reinicio del aeropuerto metropolitano bonaerense debuta con la inclusión de las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) las que reemplazan a firmas que ya no están como LATAM Argentina o Andes que aún no reinicia operaciones. La primera de las LCC en operar es JetSMART que el 16 de marzo realiza su primer vuelo desde esa estación a Ushuaia. La firma de Indigo Partners tiene tres posiciones de estacionamientos y busca reforzar su operación doméstica y también internacional. Para abril está prevista la llegada de Flybondi que pareciera lograr una especie de compensación disputa con el gobierno argentino por el cierre del aeropuerto El Palomar. Su operación en Aeroparque está demorada porque no se le asignan posiciones para el pernocte de los aviones.
Las mejoras en el lado internacional están pensadas para que Buenos Aires (AEP) opere como un aeropuerto regional para todas las compañías aéreas. Por ahora, Aerolíneas Argentinas es la única línea aérea que realiza vuelos internacionales desde y hacia el Aeroparque pero se espera que las otras líneas aéreas argentinas como internacionales también puedan realizarlas. Uno de los puntos en debate guarda relación con las tasas aeronáuticas, aspecto de importancia para las LCC al momento considerar a esta terminal aérea para sus vuelos internacionales. Si son más bajas podrían mudar operaciones en caso contrario mantendrían vuelos desde Ezeiza hasta que El Palomar vuelva a abrir.
Fotografía portada - Gobierno de Argentina