Tras pocos meses de aterrizar en el mercado corporativo chileno, la brasileña Flapper y socia de Aerocardal incrementa su oferta de servicios con la nueva modalidad de viajes denominada “Empty legs” o también vuelos por tramo. La plataforma de aplicación que conecta la disponibilidad de aeronaves para poner soluciones de transporte a la medida de los usuarios apuesta por continuar estimulando la demanda y acercando la aviación corporativa a más personas.
¿Viajar en un jet privado parece algo complejo o lejano? Es la pregunta con la que Flapper invita a potenciales usuarios para que descubran los beneficios de los vuelos privados, especialmente hacia aquellos destinos que no cuentan con servicios aéreos por parte de las líneas aéreas. Para ello, sus operaciones se apoyan en la extensa red de pequeños aeródromos y helipuertos que pueden ser utilizados por distintos tipos de aeronaves para llegar directamente a los destinos.
La firma liderada por Paul Malicki -su CEO-, indica que la aviación comercial en Chile llega apenas a un porcentaje muy reducido de aeródromos en regiones, pero las necesidades de conectividad pueden ser satisfechas se pueden atender por otros medios aéreos como los vuelos privados en aviones jet o los helicópteros. “En Chile existen más de 350 aeródromos y helipuertos habilitados para volar y la aviación comercial tan solo llega a menos del 5% de ellos”.
En la firma, descartan entrar en disputa con las líneas aéreas ya que su negocio apunta otros segmentos de la población. Independiente de ello, consideran que es posible adoptar prácticas similares para estimular la demanda a través de la comercialización de vuelos mediante precios más bajos o los vuelos “empty legs”. “Con rangos de precios que van desde US$ 179 en un vuelo desde Santiago a Panguipulli, a Pucón por US$ 259, y desde la capital a Lima por US$ 369 o hasta Miami a US$ 2.199, son algunas de las rutas y precios que han sido comercializadas”, expresan.
A fecha de hoy, Flapper indica que a través de la oferta disponible de aeronaves llevan realizado más de 20 vuelos de este tipo. Los servicios se habilitan cuando está la reposición de un avión, el cual vuela sin pasajeros para comenzar su próxima ruta o simplemente se dispone para volver a su base. Dado que hay costos operacionales asumidos, para estimular la demanda la plataforma comercializa el vuelo a precios muy bajos que pueden llegar hasta el 60% menos respecto a su valor original.
Felipe Simões, country Manager de Flapper en Chile, asegura que este modelo es muy común en la industria internacional, el cual brinda la oportunidad de viajar en un jet ejecutivo. Agrega algunos beneficios como discreción, embarque exclusivo de no más 15 minutos previo a la salida y tener una aeronave completamente a disposición de los clientes.
“Es una gran oportunidad para probar la aviación ejecutiva y experimentar realmente qué la diferencia de los otros medios de transporte, y todo a un precio al alcance. El modelo se hace virtuoso para todos en la cadena de valor. El operador logra generar ingresos incrementales para sus vuelos chárter, las agencias de viajes acceden a un producto que antes no estaba disponible para comercializar y el cliente logra viajar a lugares mucho más cerca de su destino final con un producto superior a un vuelo comercial”, señala el ejecutivo.
Apoyada por los servicios de Aerocardal, el principal y más antiguo FBO (Fixed Base Operator) de Chile, Flapper confía que las necesidades de transporte y las largas distancias que existen tanto a nivel nacional como internacional permitirán hacer viable el modelo. Para continuar estimulando la aviación corporativa, agregan que llevarán su negocio a otros operadores y las agencias de viaje.
“Invitamos a que cada vez más operadores se sumen a este proyecto, sin lo cual no sería posible ampliar este negocio. Más adelante, estaremos organizando una capacitación para que los agentes de viajes conozcan más de este y otros productos”, expone Simões.
Mediante distintas acciones, Flapper junto a sus socios operacionales espera contribuir a la tendencia de reactivación de la aviación corporativa, pese a que es el segmento menos impactado por la pandemia. En febrero 2011, la compañía de datos WINGX señala que en febrero el sector reporta una baja de apenas 11% respecto a febrero 2020.
Fotografía portada – Cessna