Como consecuencia directa de las drásticas restricciones de movilidad impuestas en Europa, IAG sufre pérdidas por €6.923 millones en 2020. El resultado contrasta con las ganancias de por €1.715 millones de 2019 reflejando el impacto significativamente adverso que tiene la pandemia y las acciones de los Gobiernos.
En el ejercicio del año pasado, IAG reporta ingresos por €7.806 millones lo que corresponde a una caída en 69,4%. Así, parte importante de las pérdidas están al descenso en el número de pasajeros en todos los mercados, lo que se demuestra en la caída de ingresos por este concepto en un 75,5%, respecto a 2019. Otros impactos importantes corresponden a los gastos realizados en coberturas de compras de combustibles antes de la caída del precio debido a la paralización del transporte aéreo en la primera mitad de 2020 y en la depreciación de la flota por aviones retirados o detenidos hasta nuevo aviso. Los ingresos de carga no logran compensar la caída de los pasajeros, pese al alza de 16,9%, hasta llegar a los €1.306 millones.
En términos operacionales, las líneas aéreas que conforman el grupo transportan 31,3 millones de pasajeros un 73,6% menos, con una capacidad anual de 33,5%, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK). En el cuarto trimestre 2020, la oferta apenas alcanza al 26,6% debido a las restricciones en el Reino Unido, principalmente. Aún con la reducción significativa por ASK, el factor de ocupación promedio se reduce en 20,8 puntos porcentuales para situarse en 63,8%.
Por mercados, las regiones más afectadas son Asia-Pacífico y Europa con descensos en ASK por 70,7% y 70,5%, respectivamente. Le siguen Norteamérica con 68,3%, América Latina y el Caribe con 64,3% y África y el Medio Oriente con 61,4%.
El holding británico-español tiene la desventaja de enfrentar los escenarios más adversos por las medidas implementadas en España inicialmente y después en el Reino Unido afectado a todas sus compañías. British Airways e Iberia son las que reporta la situación más adversa, seguida de Vueling, Level (prácticamente paralizada) y Aer Lingus.
Con importantes afecciones en cuanto a caída de la demanda y un tráfico aéreo que está lejos de reactivarse aunque tímidamente comienza a ver señales de reactivación, IAG logra terminar el pasado año con una liquidez de €10.300 millones impulsados por €2.700 millones de ampliación de capital y un préstamo de 2.000 millones de libras esterlinas extendidas por el Gobierno británico. Como consecuencia de los créditos contratados la deuda del holding crece un 28,9% hasta más de €9.700 millones.
“Nuestros resultados reflejan el tremendo impacto que ha tenido el COVID-19 en nuestro negocio. Hemos tomado medidas efectivas para preservar el efectivo, reforzar la liquidez y reducir nuestra base de costes. A pesar de esta crisis, nuestra liquidez se mantiene fuerte”, comenta Luis Gallego, consejero delegado de IAG.
Con un escenario de tímida reactivación ante anuncio de planes de desconfinamiento por el avance de los programas de vacunación contra el COVID-19 en el Europa como en el resto del mundo más el reforzamiento en la liquidez de la compañía, IAG ve en los últimos días un alza en su cotización en Bolsa. En paralelo, Qatar Airways amplía ligeramente su capital en el holding pasando de los 25,1% al 25,143%.
En el corto plazo, el grupo todavía no ve señales claras para establecer proyecciones certeras debido a la alta volatilidad de los mercados y la falta de decisiones respecto a cómo los Gobiernos van a manejar el periodo de urgente desconfinamiento. De manera explícita, la compañía indica que sigue viéndose afectada negativamente por la pandemia de COVID-19, así como por las restricciones de los Gobiernos y las medidas de cuarentena, decisión que durante 2020 han criticado abiertamente. La capacidad proyectada para todas las líneas aéreas de IAG es alrededor 20% para el primer trimestre 2021 en comparación con 2019 y a futuro continúa siendo incierta y están sujetas a permanentes revisiones.
Para dar curso a una reactivación del transporte aéreo, IAG plantea que es urgente que los Gobiernos establezcan políticas claras respecto al levantamiento de las restricciones para que la gente pueda planificar su diario vivir, incluyendo la libertad de viajar como actividad necesaria en el mundo moderno. “La industria de la aviación apoya la voluntad de los Gobiernos de colocar la salud pública como máxima prioridad. Se necesitará una hoja de ruta clara respecto al levantamiento de las restricciones actuales para que la gente pueda volver a volar llegado el momento correcto”, dice Gallego.
Como toda la industria aérea, apoyan continuar con los testeos masivos y también con los pasaportes sanitarios, tema actualmente en discusión por parte de muchos Gobiernos. Pese a que no son aceptados por todos, en el grupo ya ven a los pasaportes sanitarios como una realidad obligatoria frente a los temores que tienen algunas autoridades y sectores, al menos en una primera etapa de levantamiento de las restricciones.
“Sabemos que existe una demanda de viajes contenida y que la gente quiere volar. Las vacunaciones están progresando bien y las infecciones globales van en la dirección correcta. Pedimos normas internacionales comunes en cuanto a test y la implementación de tarjetas sanitarias digitales para reabrir nuestros cielos con seguridad”, puntualiza.
Fotografía portada - British Airways