En lo que se considera como una positiva señal previa a la reactivación, American Airlines informa, mediante una carta interna a sus empleados, que gracias a las ayudas económicas autorizadas a las líneas aéreas por el nuevo paquete de estímulo de la administración Biden no será necesario desvincular a 13.000 empleados en las próximas semanas. Adicionalmente, los directivos de la compañía que el escenario más auspicioso que entregan los programas de vacunación más las expectativas de la gente de volar a viajar anticipan una reactivación de la demanda que de ocurrir no harían necesarios nuevas desvinculaciones o licencias.
“No habrá necesidad de ningún despido en American Airlines abril y con las vacunas en aumento, con suerte nunca más”, dice Doug Parker, CEO de American Airlines. Sus comentarios abren esperanzas hacia el corto plazo que pueden sugerir que el fin de los episodios más oscuros de la crisis están quedando atrás para dar paso un horizonte de recuperación. No obstante, los directivos tanto de American como de otras compañías son cautos y advierten que todavía la situación mundial es altamente volátil.
American Airlines es la más reciente compañía aérea que se atreve a dar tímidas, pero optimistas señales de reactivación. En las semanas anteriores, Qatar Airways señala que estaría llamando a pilotos de sus flotas Boeing 777 y B787 para incrementar la capacidad en los próximos meses, Delta podría también reactivar a tripulaciones de vuelo y de cabina que están con licencias para prepararlas para futuros aumentos de la oferta hacia 2022, y United Airlines adelanta y aumenta pedidos de aviones que aseguran puestos de trabajo para los próximos meses.
La pandemia más las restricciones unilaterales impuestas por los Gobiernos, muchas de las cuales aún continúan y en algunos países con nuevas medidas que representan limitantes para una necesaria y urgente reactivación, tienen un impacto muy significativo en la industria aérea. Las líneas aéreas son más pequeñas y la conectividad se ha visto reducida por lo que el número de trabajadores debe ajustarse, especialmente ante la necesidad de recortar costos de manera drástica para asegurar la continuidad de las empresas y de los trabajos, ante la salida masiva de dineros de caja producto de costos fijos, compensaciones y reembolsos, y la falta de ingresos.
En el caso de American Airlines, por ejemplo, más de 31.000 trabajadores han sido desvinculados de la empresa sólo durante 2020 por causas asociadas a la crisis. El número de empleados apartados de sus funciones o llamados a retiros anticipados podría haber sido significativamente superior si el gobierno de Donald Trump no hubiese otorgado dos paquetes de ayudas a través de la Ley CARES (Coronavirus Aids Relief Economic & Security Act).
“Ha pasado poco más de un año desde que el mundo aparentemente se vino abajo. Hemos perdido a muchos en esta pandemia histórica, incluidos los miembros de nuestro propio equipo, familiares y amigos”, escriben Doug Parker y Robert Isom, presidente de American, a sus trabajadores. “Los trabajos que la gente ama se han puesto en peligro extremo y miles de nuestros colegas tomaron decisiones difíciles para poner fin a la única carrera que han conocido. Hoy seguimos siendo un solo equipo, listo para la recuperación”.
El impacto de las medidas colocadas a los viajes repercute en otros sectores productivos del país por el efecto catalizador del transporte aéreo. Con un horizonte probablemente más optimista, el efecto adverso también se revierte y puede anticipar mejores perspectivas en distintos rubros que están seriamente afectados. Cabe recordar que por cada empleo que se crea en la industria aérea se activan tres o cuatro en otros sectores dependientes.
Fotografía portada - American Airlines