Después de un comienzo de enero totalmente adverso, aún más que diciembre, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) pide a los Gobiernos acelerar la apertura de los países a través de la eliminación de las múltiples restricciones que hoy afectan las libertades de las personas y a la conectividad global. Con un año de pandemia, el transporte aéreo enfrenta un escenario crítico, especialmente con aquellas compañías que aún no consiguen ayudas sean privadas como de parte de sus Gobiernos, tal como ocurre en América Latina, lo que pone en peligro toda una cadena esencial el funcionamiento del normal diario vivir.
En enero 2021, el tráfico mundial de pasajeros (pasajeros rentados por kilómetro o RPK) cae un 72,0% en comparación con enero de 2019, último mes considerado por IATA por no tener distorsiones. El resultado es aún más adverso que el obtenido en diciembre con un descenso del RPK global del 69,7%. Las cifras muestras las consecuencias de las nuevas imposiciones destacando las restricciones en China para el año nuevo lunar y las impuestas por países en Europa y Norteamérica ante la aparición de las nuevas variantes del SARS-CoV-2 en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. En algunos casos, las medidas establecidas son más adversas que las colocadas en los primeros meses de la pandemia y consideran la prohibición de vuelos.
Por lo mismo, se indica que los resultados de enero muestran un escenario “de mal a peor”. Dicha percepción también responde al aumento de la incertidumbre respecto a la vigencia de las nuevas medidas las que no sólo alteran la demanda presente, sino que también la futura, deteriorando las perspectivas de reactivación.
“2021 está comenzando peor de lo que termina 2020 y eso dice mucho”, sentencia Alexandre De Juniac, CEO de IATA. “Incluso con los programas de vacunación tomando lugar, las nuevas variantes de COVID están impulsando a los Gobiernos a aumentar las restricciones de viaje. La incertidumbre sobre cuánto tiempo durará estas restricciones también tiene un impacto en los viajes futuros. Las reservas en febrero para la temporada de viajes de verano del hemisferio Norte estuvieron un 78,0% por debajo de los niveles de febrero de 2019”.
Las perspectivas de la industria aérea aún son inciertas para 2021, pero con ciertas esperanzas por los avances de los procesos de vacunación y la distribución de las dosis en el mundo. En ese contexto, hay dos horizontes que se manejan: uno más auspicioso con un proceso de apertura hacia fin de año que permitiría crecer hacia fin de año por sobre el 50% en comparación con 2020; y uno más adverso con los confinamientos y prohibición de viajes aún presentes que sólo permitirían un crecimiento al 13,0% hacia los últimos meses de 2021 respecto al año anterior.
Si bien la industria aérea continúa dando batalla contra las restricciones de movilidad impuestas por distintos motivos y en distinto grado por las autoridades de los países, también concentra sus esfuerzos en la preparación para el reinicio de la actividad cuando las medidas acaben. Para ello, vuelven a resaltar la necesidad de cooperación entre Gobierno y la industria como acción fundamental para trabajar de manera coordinada, solicitando transparencia en los planes desconfinamientos.
“Esas discusiones están en curso”, comenta el CEO de IATA. “Comprender los planes de los Gobiernos es importante porque reiniciar una línea aérea no es como apretar un interruptor”. Por ejemplo, se necesita tiempo para preparar a los aviones y a las tripulaciones, muchas de las cuales han estado fuera de la actividad por meses y la normativa exige reentrenamientos o cursos de manera de no comprometer la seguridad, prioridad número uno de la industria. Líneas aéreas como Qatar Airways y Delta, por ejemplo, ya advierten llamados pensando en el verano 2021 o 2022.
“Después de un año de bloqueos, esto requiere controles y coordinación”, agrega, mencionando que también se requiere tiempo para la comercialización de los servicios, aspecto que es variable porque también depende de la percepción que tiene la población respecto a la confianza para viajar. Si hay restricciones en destinos, es altamente probable que la demanda no se reactive retrasando los planes de viaje, la reactivación de la industria y con ello, del empleo y de la economía de los países. “Entendemos cuántas personas y empleos cuentan con nosotros para reiniciar las operaciones tan pronto como los Gobiernos lo permitan. Por eso queremos estar listos desde el primer día”.
Con el escenario de vacunación masiva, posibilidad de que estas se transformen en una exigencia y la discusión de los pasaportes sanitarios como herramienta para viajar, IATA aprovecha el contexto actual para definir posiciones. En primer término, indica que su propuesta de Travel Pass no busca ser un pasaporte sanitario o un indicador si la persona está o no vacunada. Simplemente es una aplicación que reúne información respecto a resultados de exámenes o documentación para que los pasajeros la puedan presentar a las autoridades. También podría almacenar datos de vacunación si es que los Gobiernos lo piden.
La Asociación que representa a las líneas aéreas responsables del 82% del tráfico de pasajeros en el mundo también toma posición respecto al uso de las vacunas. “IATA no pide que la vacunación sea un requisito. Son los Gobiernos, no las líneas aéreas, quienes decidirán qué necesitan los viajeros para ingresar a su país”, comenta De Juniac. Considerando la diversidad cultural y de creencias, manifiesta que hay poblaciones importantes que no pueden o no quieren vacunarse, las que no pueden quedar al margen de la libertad de viajar.
Pensando en el escenario más próximo, las directrices de la industria aérea están en lograr una apertura combinada por parte de los Gobiernos entre una combinación de pruebas de salud y una vacunación. También está presente en una solución digital para gestionar los requisitos sanitarios, además de una estandarización en los protocolos la que, a fecha de hoy, no está presente. En el largo plazo, la homologación de los procedimientos y los requisitos están llamados a aportar mayor eficiencia y confianza en los procesos de viaje.
Fotografía portada - IATA