Gobierno de Chile amenaza la reactivación del sector aéreo con nuevas restricciones a los viajes interregionales

En el marco de lo que sería un adelanto de las nuevas medidas que el Gobierno de Chile intenta colocar en su llamado “Plan Otoño” contra la pandemia del COVID-19, la subsecretaria del Prevención del Delito, Katherine Martorell, anuncia que los permisos colectivos de trabajo no permitirán viajes interregionales. La medida -vigente en los meses anteriores- no sólo amenaza a más puestos de trabajo, sino que también a la reactivación del transporte aéreo doméstico.

“No se van a autorizar viajes interregionales para estas empresas a menos que lo justifiquen y que dicha justificación esté acreditada en las funciones que realiza el trabajador y también en su contrato de trabajo. Para aquellas empresas que establecen cuáles son sus trabajadores esenciales van a tener que incorporar la función esencial, el porqué es esencial y eso también tiene que estar reflejado también en el contrato de trabajo que tiene la persona”, dice la subsecretaria de Prevención del Delito.

Las nuevas restricciones, sin fecha aún de entrada en vigor, imponen más incertidumbre y amenazan con restringir aún más los viajes aéreos, considerando que el avión es uno de los principales medios de transporte en Chile, especialmente hacia y desde lugares más alejados de la capital o de las grandes urbes. La medida también compromete al negocio de los buses interurbanos, también afectados por las limitaciones de movilidad. La medida también es en cierta forma contradictoria cuando se otorgan más libertades para el funcionamiento de otras actividades que pueden demandar movimiento de personas.

Para fines de marzo, se asume una reducción en el número de pasajeros dado el término en los permisos de traslados por vacaciones el próximo 31 de marzo. Al finalizar dichas autorizaciones, se espera una reducción significativa de los viajes la que sería aún mayor si se concretan las limitaciones o un incremento de la burocracia -junto con la arbitrariedad en la revisión de documentación- para fines laborales esenciales definidos por el Estado en la llamada “comisaria virtual”, la instancia habilitada para la obtención de permisos de movilidad bajo la pandemia.

La reducción del tráfico compromete drásticamente también la reducción de ingresos de líneas aéreas y de los aeropuertos. Por consiguiente, se advierte una eventual situación más adversa a sus ya delicadas situaciones financieras producto de las drásticas medidas impuestas por las autoridades durante 2020 y la ausencia de ayudas económicas al sector.

El sector aéreo en Chile viene registrando hasta diciembre una reactivación gradual de los niveles de tráfico a medida que avanzan las libertades. Sin embargo, el drástico cambio -sin previo aviso- de retroceder en la fase de desconfinamiento, especialmente en la Región Metropolitana -principal fuente emisora de tráfico en Chile- impacta la demanda y aumenta la incertidumbre compensada parcialmente con los permisos de traslado por vacaciones.

De acuerdo con datos de la Junta Aeronáutica Civil (JAC) del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, el tráfico aéreo de pasajeros experimenta un descenso gradual en el transcurso de enero. Al comparar la primera semana de enero 2021 respecto a la última semana del mismo mes, se observa una caída del 7,5% en la cantidad de pasajeros transportados. Los vuelos domésticos muestran un descenso del 7,0%, mientras que los vuelos domésticos reportan una caída de 8,9%, estos últimos también afectados por la imposición de restricciones en otros países.

Chile mantiene una drástica reducción de los pasajeros transportados debido a la mantención de las medidas restrictivas y los constantes cambios que aportan mayores incertidumbres. A nivel nacional, en enero se registra una caída de 78,6% en la cantidad de pasajeros diarios, mientras que a nivel internacional hay un descenso de 64,9%, ambos en comparación con el mismo mes de 2020. La reducción total es de 69,9% en comparación enero 2021 con enero 2020 y de 70,2% si se lo compara con enero 2019.

Las restricciones e incertidumbre también se aprecian en febrero. En dicho mes, LATAM proyecta una reducción de la capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK), para operar al 39,0% en vuelos domésticos en Chile. En dicho mes, también se observa reducciones importantes en vuelos de pasajeros en líneas aéreas como SKY y JetSMART. En algunos destinos, se puede constatar que algunos vuelos en días clave reportan reducciones significativas de pasajeros con menos de 70 plazas ocupadas de un total de 186 que dispone el avión (Airbus A320), por ejemplo.

La posibilidad de incluir nuevas revisiones por parte de los fiscalizadores en las aduanas sanitarias incrementa la burocracia y también la arbitrariedad, demorando aún más la situación de los procesos de tránsito en los aeropuertos. A casi un año de su instauración, las aduanas sanitarias siguen generando demoras y comprometiendo la experiencia de los usuarios en las terminales aéreas con procesos revisión y colocación de aforos en los terminales. En Santiago y en regiones, es posible observar largas filas que recorren el hall público de los aeropuertos y en algunos casos se extienden a la calle. En algunas ciudades se imponen revisiones adicionales a la llegada con filas que se extienden incluso al exterior de la terminal (lado aire), sólo para verificar los mismos documentos que se revisan y autorizan a la salida.

Mientras las líneas aéreas y los aeropuertos trabajan por implementar nuevas soluciones que facilitar y simplifican los procesos de viaje, las aduanas sanitarias son las únicas instancias que generan experiencias adversas y un completo retroceso en materias de viaje. Mientras un check-in con entrega de equipaje puede llegar un tiempo promedio de dos minutos por persona o de hasta 30 segundos utilizando las máquinas de autoservicio, los tiempos en aduanas sanitarias pueden superar los 20 minutos o incluso la una hora de espera en aquellos terminales con restricciones de aforo. También son las causantes de aglomeraciones innecesarias producto de la ineficiencia y burocracia del proceso, siendo contrarias a las recomendaciones que la propia autoridad sanitaria profesa.

Mientras nuevas restricciones amenazan al tráfico doméstico, considerado como el primero en reactivarse, el tráfico internacional sigue afectado con la imposición de cuarentenas a la llegada para los pasajeros sean chilenos, extranjeros residentes o extranjeros. Hasta la fecha no se advierte la posibilidad de cambios lo que dificultando las perspectivas. El aeropuerto de Santiago continúa siendo el único punto de entrada al país ya que en las fronteras para los extranjeros continúan cerradas en regiones lo que complica la reanudación de la conectividad internacional desde regiones alcanza en los últimos años.

Con nuevas medidas se considera eventuales reducciones de capacidad en las líneas aéreas y en algunos casos pueden estar acompañadas de exceso de oferta la que no necesariamente pueda ser compensadas con políticas de estímulo a la demanda. La flexibilidad en los pasajes aéreos continuará siendo la única herramienta que tengan los pasajeros para enfrentar los cambios que coloca la gobierno.

El escenario continúa altamente volátil e incierto para la aviación chilena, especialmente para el transporte regular de pasajeros. Desde el gobierno, indican que el sector debiera reactivar a medida que avanza el programa de vacunación de la población, pero condicionado a la situación sanitaria. Como se evidencia no hay mención aún al término de las limitaciones en especial a la prohibición de viajes interregionales o fin de las cuarentenas obligatorias. Sin plazos, la única fecha comunicada de recuperación para el transporte aéreo en Chile es 2024 que coincide con la entregada por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), pero a un nivel global.

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

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