En su reporte anual, la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) informa que las líneas aéreas en América Latina y el Caribe movilizan 177,3 millones de pasajeros lo que se traduce en una reducción del 59,2% respecto a 2019. En términos de pasajeros rentados (RPK) la reducción es mayor llegando al 61,9%, mientras que la capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK), se reduce a 55,7%. Como resultado, el factor de ocupación cae 11,5 puntos porcentuales llegando a 71,3%.
Los resultados reflejan el grave impacto que tienen las restricciones impuestas por los Gobiernos de los países de la región como del resto del mundo como parte de las políticas para intentar contener la pandemia del COVID-19. Pese a las “medidas draconianas” que se colocan en América Latina y el Caribe, las cifras muestran también la recuperación exhibida durante el año pasado, especialmente, a partir del tercer trimestre cuando las autoridades comienzan a abrir las fronteras.
Si bien la apertura de fronteras es un proceso tardío respecto a otras regiones del mundo, destaca que durante la “segunda ola de contagios” las fronteras no se han vuelto a cerrar, salvo algunas excepciones como Argentina para ciertos países y casos o las decisiones colocadas por Colombia o el Perú para el tráfico de pasajeros con Brasil. En ese sentido, se puede inferir algo de aprendizaje de parte de las autoridades en comparación con otras del resto del mundo que continúan castigando a la aviación con prácticas inconcebibles y a veces incoherentes.
“Desde abril de 2020, cuando alcanzamos el punto más bajo con 1 millón de pasajeros transportados en el mes, la región ha venido recuperando de a poco, pero sostenidamente, el tráfico de pasajeros alcanzando en diciembre casi 20 millones de pasajeros transportados, más del 50% de los pasajeros que volaron en diciembre de 2019”, dice José Ricardo Botelho, CEO de ALTA.
Los datos reportados por las líneas aéreas de ALTA son similares al promedio global entregado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que muestra una reducción del 60% del tráfico respecto a 2019. Del total de pasajeros transportados en la región Latinoamericana, un 62% corresponde a pasajeros domésticos, reflejando el impacto de las restricciones en los vuelos internacionales que también afectan al mercado extrarregional (fuera de América Latina) con un 62% y un 72% al intrarregional.
Durante 2020, los únicos países que no detienen su actividad aeronáutica son Brasil, Chile y México. Como resultado, estos mercados representan la gran mayoría del tráfico de pasajeros del año. Sin embargo, esto no quita algunas afecciones importantes como es el caso de Chile que a diferencia de los otros dos países de este selecto grupo impone cierre de fronteras (las que continúan de manera parcial) y otras prácticas que afectan al retorno de la normalidad del transporte aéreo.
México reporta un total de 48 millones de pasajeros, lo que representa el 27% del tráfico total en la región. Según ALTA, es el país con la menor reducción de tráfico total con 53% menos pasajeros que en 2019, seis puntos porcentuales por encima que el promedio regional. Brasil también registra un mejor rendimiento que el promedio regional con un total de 49,5 millones de pasajeros y una reducción del 57% con respecto a 2019. México y Brasil representan casi el 60% del total de pasajeros del 2020.
En 2020, 53.498.455 pasajeros viajaron en 2020 desde y hacia América Latina y el Caribe lo que representa un 61,8% menos que en 2020. Dicha cantidad considera el importante movimiento del primer semestre, previo a las restricciones impuestas desde marzo, así como también la reactivación gradual a partir del segundo semestre.
En lo que respecta a RPK, el movimiento en tráfico extrarregional considera una caída de 63,9%, mientras que el ASK lo hace en 57,1% para dar como resultado una ocupación promedio de 69,8%. La reducción importante de los indicadores responde a la colocación de múltiples barreras de entrada comenzando por el cierre de fronteras y cuarentenas obligatorias, estas últimas se mantienen en muchos países de la región y no representan aportes significativos al control de la pandemia ni menos a la recuperación.
Por regiones, el tráfico extrarregional está representado por Norteamérica que representa el 76,4%, seguido de Europa con 22,3%, Asia-Pacífico con 0,5%, el Medio Oriente con 0,4% y África con 0,3%. Una de las afecciones más significativas se da con la pérdida de conectividad sin escalas con el Pacífico que se gestiona únicamente desde Chile a través del aeropuerto de Santiago. Debido a las restricciones no se espera una reanudación en los próximos meses.
Para el resto del año, las proyecciones de ALTA consideran un primer trimestre complejo y para el resto el año se infiere un escenario todavía volátil en la región. Se infiere que las estimaciones pueden considerar las diferencias de los procesos de vacunación entre los países de la región como factor catalizador de la reactivación y la duda si los Gobiernos levanten las restricciones o impongan otras nuevas.
Botelho señala que la recuperación que se venía observando puede que desacelere debido a las segunda y tercera olas de contagios, nuevas variantes del virus, reimposición de restricciones de viaje y retrasos en las campañas de vacunación en algunos de nuestros países. Sin embargo, considera una evolución positiva cuyos impactos debieran extenderse a otros sectores de la economía.
“Las perspectivas de recuperación económica son positivas de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la población mantiene la necesidad de transportarse en un medio seguro y eficiente y, si se mantienen los cielos abiertos, podremos continuar recuperando este sector que genera millones de empleos y bienestar socioeconómico”, sentencia.
Fotografía portada - Ricardo Delpiano