Estados Unidos suspende de manera temporal la venta del F-35 a los Emiratos Árabes Unidos

¿Señal política o decisión estratégica? Precisamente ese el debate que se abre con las recientes decisiones que la nueva administración de Joe Biden está tomando en distintos ámbitos. La aviación no está ajena. Tanto el transporte aéreo de pasajeros -con la revisión del levantamiento de restricciones- como la industria de la defensa están viendo cambios con el cambio de gobierno.  

En la industria militar, una de las implicancias más significativas es la suspensión temporal de todos los acuerdos de venta de armamento realizados por la gestión Trump. La decisión incluye la paralización del proceso de compra por parte de los Emiratos Árabes Unidos de 50 cazas F-35 Lighting II.  

El objetivo es que el nuevo liderazgo de los Estados Unido, incluido Biden y el secretario de Estado, Antony Blinken, tengan una oportunidad de revisar los pactos a los que había llegado el anterior gobierno”, dice el portavoz del Departamento de Estado. 

La aprobación por parte del Departamento de Estado de los Estados Unidos contempla un contrato de US$23.370 millones que incluye, además, la venta de 18 sistemas aéreos no tripulados (UAS) MQ-9B “Reaper”, sistemas de armas como los misiles aire-aire AMRAAM y bombas JDAM, entre otros. Se trata de uno de los contratos más importantes dejados por la administración de Donald Trump, cuyo impacto tiene un componente externo a nivel diplomático y de balance de poder en la región del Medio Oriente y otro interno como mecanismo de incentivo a la economía a través de la industria de la defensa. 

Previo a la llegada de Biden, se busca apurar las negociaciones para que queden concretadas antes del cambio de administración. Sin embargo, dicho escenario no ocurre y que hoy, se ve parcialmente alterado, al menos en lo que respecta a su puesta en vigor. La suspensión temporal no implica una revisión completa del contrato, pero si agrega un nivel de incertidumbre que, de extenderse en el tiempo, puede abrir la posibilidad a algún tipo de reacción en otro ámbito.  

En la conferencia del Departamento de Estado, se indica que el proceso abierto es “rutinario” y “típico” en un periodo de transición entre las dos administraciones. En ese sentido, se infiere algo de continuidad en el proceso, pero como se menciona no exento de incertidumbre, considerando la presión que Tel Aviv puede ejercer dado su oposición a la adquisición de este material aéreo y armamento por parte de Abu Dhabi.  

Desde hace años, los Emiratos Árabes Unidos muestran su intención de adquirir el F-35, interés que constantemente es vetado por los Estados Unidos. Sin embargo, la administración Trump accede a la venta del moderno caza con la intención de avanzar en las negociaciones por un acuerdo de paz entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, hecho que geopolíticamente genera presión Irán.  

El acuerdo por el F-35 ya supera un intento de bloqueo por parte de senadores demócratas, quienes argumentan que las negociaciones se han dado de manera “muy rápida” y dejan más interrogantes que certezas. De momento, se debe esperar una determinación posterior a esta revisión de contratos de ventas de armas, los cuales tienen una gran significancia en las relaciones exteriores de los Estados Unidos con los respectivos acuerdos de paz alcanzados hasta la fecha en Oriente Medio.  

Fotografía de portada - Lockheed Martin

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