En un resultado altamente esperable por las afecciones que la crisis del COVID-19 impone al transporte aéreo, American Airlines reporta una pérdida anual de US$8,9 mil millones en 2020. La cifra contenida por las ayudas económicas recibidas que le permiten mantener la nómina de empleados y sostener algunas operaciones. Precisamente, la compañía destaca que moviliza más clientes entre sus competidores más directos. En el cuarto trimestre 2020 (4Q2020) la mayor línea aérea de los Estados Unidos cierra con pérdidas netas por US$2,2 mil millones.
“Nuestros resultados financieros del cuarto trimestre cierran el año más desafiante en la historia de nuestra compañía”, dice Doug Parker, CEO de American. En su mensaje, agradece a los trabajadores de la empresa por el trabajo en asegurar las operaciones donde destaca la recuperación de la conectividad a muchos destinos de Latinoamérica y el Caribe. American Airlines es una de las primeras líneas aéreas en reactivar estos enlaces con los Estados Unidos.
En términos generales, las acciones de American durante 2020 están dirigidas en dos ámbitos: responder a la pandemia y fortalecer el negocio, mediante una reducción de costos y mejoramiento de la posición de liquidez. En ese último aspecto, están las medidas para apoyar los miembros del equipo, clientes y comunidades. Algunas acciones orientadas en ese ámbito son el incremento de los protocolos de limpieza en aeropuertos y aviones, introducir programas de testeo para COVID-19 para ayudar a reanudar vuelos internacionales, eliminación de los cobros adicionales por cambio de pasajes y facilidades para la acumulación de millas en el programa de lealtad AAdvantage.
Como parte de las acciones también destacan las operaciones de carga que por primera vez se realizan desde 1984 para transportar bienes de primera necesidad. Estos vuelos se realizan con aeronaves de pasajeros hacia 41 destinos, incluyendo varios puntos en América Latina como Buenos Aires (EZE) y Santiago de Chile, por mencionar algunos. En total, American Airlines realiza 5.200 vuelos exclusivos de carga en los que moviliza 75.579 toneladas.
Adicionalmente, American también toma compromisos en materia de sostenibilidad. El más importante es alcanzar las emisiones cero de CO2 para 2050, objetivo que está alineado con los compromisos autoimpuestos por la industria aérea.
En cuanto a gestiones para preservar la liquidez de la compañía, la administración elimina más de US$17 mil millones de presupuestos operativos y de capital para 2020. En paralelo, incorpora más de US$1,3 mil millones a través de medidas de ahorros de costos.
A nivel de flota, se retiran cinco modelos de aeronaves entre los cuales están los Airbus A330-200/-300, Boeing 757-200, B767-300ER, Bombardier CRJ200 y Embraer E190. A estos equipos se agregan los B737-800 más antiguos y menos eficientes los que son retirados de manera temporal en distintos aeropuertos estratégicos. En total, American retira más de 150 aviones de la flota regional, corto-medio alcance y largo alcance, proceso que le permitirá operar con equipos más eficientes que proveen más ahorros de costos a medida que se reactiva la operación.
Adicionalmente, la compañía con sede en Dallas Fort Worth acuerda con Boeing para aplazar las entregas de 18 equipos B737 MAX 8 en un proceso ya iniciado. Como parte de estas acciones, también finaliza negociaciones con empresas de leasing para operaciones de venta y arriendo de Airbus A321neo durante este año.
Durante 2020, se reducen gastos de capital no relacionados con las aeronaves por US$700 millones. Se prevé que durante este año se reduzcan US$300 millones con la eliminación de trabajos de retrofit, cancelación de compras de equipos de handling y paralización temporal de inversiones de no críticas y proyectos asociados a tecnología de información.
Como parte de la gestión de flota, es necesario mencionar las nuevas asignaciones de algunos aviones con los cierres de rutas desde algunos centros de conexiones y bases de la compañía. Con el fin de ajustar la capacidad al escenario imperante, se transfieren por ejemplo algunos B787 de la base y hub de Los Ángeles al hub de Miami, además de dedicar algunos B777-200ER a vuelos domésticos de alta densidad.
Proyección para 2021
American considera que este año es la recuperación por el proceso de vacunación en curso y el levantamiento de las restricciones por parte de los Gobiernos. Sin embargo, advierte incertidumbre este proceso al no aventurar una proyección más certera en comparación a algunos de sus competidores como es el caso de Delta.
Para este primer trimestre, proyecta una reducción de la operación al 45% en comparación con el mismo periodo de 2019, mientras considera que los ingresos caerán entre 60% y 65% en el mismo periodo. Dicho escenario está en sintonía con la situación en el hemisferio Norte a medida que se establecen nuevas restricciones no consideradas para este periodo.
Aprovechando las sinergias realizadas en los hubs a través de ajustes de capacidad y cancelación de rutas, American busca operar una red más eficiente. En este proceso entran en juego los acuerdos comerciales celebrados con Alaska Airlines y JetBlue con los cuales se espera un fortalecimiento de las operaciones en Seattle para la costa oeste y Nueva York (JFK) para la costa este. Estas compañías ayudarán a alimentar vuelos internacionales de proyectados para este año: desde Seattle hacia Londres (LHR), Shanghái (PVG) y Bangalore; y desde Nueva York (JFK) hacia Tel Aviv y Atenas.
“De cara al año que tenemos por delante, 2021 será un año de recuperación. Si bien no sabemos exactamente cuándo volverá la demanda de pasajeros, estaremos listos a medida que se establezca la distribución de vacunas y se levanten las restricciones de viaje. Estamos seguros de que las acciones que hemos tomado para mejorar la experiencia de nuestros clientes, mejorar nuestra red y aumentar nuestra eficiencia nos posicionan bien para el futuro”, sentencia Parker.
Fotografía portada – American Airlines