Delta mantiene una baja proyección para el primer trimestre 2021

Con la imposición de nuevas restricciones a los viajes y un escenario altamente cambiante, Delta proyecta un escenario adverso para el primer trimestre 2021 retrasando la reactivación de la compañía. A la baja de las frecuencias y rutas, se agrega una disminución total de la oferta disponible para la venta por las políticas de la propia compañía.

La proyección de Delta considera una capacidad en vuelos programados inferior al 35% en comparación con el trimestre 2019, utilizado como referencia por parte de la compañía dado que es el último periodo considerado como normal. La capacidad disponible para la venta está proyectada es inferior al 55% dado que la línea aérea mantiene las restricciones de bloqueo de asientos centrales o contiguos. Como consecuencia, espera ingresos entre un 60% y 65% inferiores en comparación con el primer trimestre 2019.

Pese a la proyección, la compañía mantiene una visión optimista para este año en comparación con 2020. La misma califica a 2021 como el “año de inflexión” dado que espera volver al crecimiento de ingresos que encaminen al retorno de la rentabilidad.

“Si bien nuestros desafíos continúan en 2021, soy optimista en que este será un año de recuperación y un punto de inflexión que dará como resultado un Delta aún más fuerte que regresará al crecimiento de los ingresos, la rentabilidad y la generación de efectivo libre”, dice Ed Bastian, CEO de Delta.

En 2020, Delta pierde US$12.385 millones en comparación con las ganancias por US$4.767 millones obtenidas en 2019. La diferencia en los resultados refleja el impacto significativo que está dejando la pandemia del COVID-19 en la compañía. El resultado rompe con años de ganancias continuas como consecuencia de una gestión caracterizada por un adecuado control de costos.

Durante el año pasado, los ingresos operativos ajustados alcanzan US$15,9 mil millones lo que representa una disminución de 66% respecto al año anterior (2019). Dicho resultado reconoce una disminución de 61% de la capacidad vendible como consecuencia de las restricciones externas e internas a la compañía.

El gasto operativo total, que incluye US$4,3 mil millones de ítems relacionados con COVID y otros, disminuye US$ 10,8 mil millones con respecto al año anterior. Ajustado por esos artículos y las ventas de refinerías de terceros, los gastos operativos totales disminuyeron a US$16 mil millones de dólares o un 40% en 2020 en comparación con el año anterior.

Para el cuarto trimestre 2020 (4Q2020), Delta reporta pérdidas netas por US$6.839 millones. Los ingresos operativos ajustados llegan a US$3,5 mil millones lo que representa una disminución de 62% en comparación con el mismo período del año anterior. Los gastos operativos totales llegan US$930 millones con una disminución de US$5,2 mil millones respecto al trimestre del año anterior. Ajustado por esos ítems y las ventas de refinerías de terceros, el gasto operativo total disminuye a US$4,6 mil millones o 47% en el trimestre finalizado a diciembre en comparación con el período del año anterior, impulsado por menores gastos relacionados con la capacidad y los ingresos.

Destacando una “sólida gestión de costos” en todo el negocio de la línea, Delta comenta que logra finalizar 2020 con US$16,7 mil millones en liquidez. Dicho monto considera efectivo y equivalentes en efectivo, inversiones a corto plazo y líneas de crédito rotativas no utilizadas.

Hasta marzo 2021, la proyección financiera considera un gasto diario entre US$10 millones a US$15 millones, mientras que la liquidez se estima entre US$18 mil millones a US$19 mil millones. Dicha estimación se construye con una demanda restringida producto de las restricciones, pero debiera ir cambiando favorablemente hacia el resto el año.

“Vemos tres fases distintas en 2021. La primera parte del año se caracterizará por una recuperación entrecortada de la demanda y una curva de reservas que permanece comprimida, seguida de un punto de inflexión y, finalmente, una recuperación sostenida de la demanda a medida que la confianza del cliente gana impulso, las vacunas se diseminan y las oficinas reabren”, dice Glen Hauenstein, presidente de la línea aérea con base en Atlanta. “Para cada fase, Delta tiene las condiciones para actuar y reaccionar con éxito al entorno de demanda emergente, incluida la adecuación de nuestra capacidad de venta a la demanda esperada”.

Fotografía portada - Simón Blaise

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