Con un escenario altamente volátil por los retrocesos en el proceso de desconfinamiento en Chile y la imposición de nuevas y cambiantes restricciones, la temporada de verano es totalmente atípica. Para la industria aérea y del turismo, las nuevas medidas dispuestas por la autoridad sanitaria poco aportan a una reactivación, pero es un alivio frente a la crisis. Ante esta situación mantienen sus apuestas en los permisos de vacaciones. Para la población, una oportunidad de distracción y salud mental después de meses de encierros y afecciones.
En la industria aérea reconocen que el escenario es muy distinto a lo que se viene conociendo en años anteriores. Por las decisiones cambiantes y también el temor a las cuarentenas que transmiten algunos sectores, medios e incluso autoridades, cualquier tipo de planificación es difícil de conseguir. Como muestra de la capacidad de adaptación, la oferta aérea se caracteriza actualmente por dos factores característicos: bajos precios y flexibilidad.
Como continuación de la dinámica competitiva, presente desde los últimos años con las distintas olas de democratización aérea impulsadas por las líneas aéreas, la estimulación a través del precio es la clave para atraer a nuevos pasajeros y generar una demanda. Se trata de un escenario anunciado en los primeros meses de la pandemia y que se manifiesta con fuerza desde el segundo semestre 2020 cuando se comienzan a levantar las restricciones.
El aumento gradual del tráfico aéreo de pasajeros que muestran las estadísticas de la Junta Aeronáutica Civil (JAC) en los últimos meses, tanto a nivel doméstico como internacional, demuestra que las personas por distintos motivos necesitan viajar y están respondiendo a las distintas campañas comerciales de líneas aéreas y agencias de viaje. Si bien esto no se traduce ni se debe entender como una muestra de recuperación, representa un primer impulso para comenzar la reactivación no sólo de la aviación sino de muchos sectores que dependen de esta industria.
“Queremos ser facilitadores para todas aquellas personas que necesitan un merecido descanso en uno de los años más difíciles durante el último tiempo. A su vez resulta indispensable jugar un rol fundamental en la reactivación de la economía y todos los sectores que dependen del turismo”, dice Estuardo Ortiz, CEO de JetSMART.
Si bien las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC/ULCC, por sus siglas en inglés) están más asociadas a las políticas estimulación de la demanda, es una realidad que se extiende para todas las compañías aéreas. A fecha de hoy, LATAM, SKY y JetSMART funcionan con esa dinámica beneficiando directamente a los usuarios.
Tomando en consideración la situación sanitaria del país y el escenario variable presente, la flexibilidad para el cambio de fecha emerge como segundo factor. Se trata de un aspecto fundamental para los pasajeros ante los posibles cambios y se debe entender como una herramienta para generar confianza en el momento de la organización -independiente de su proximidad en el tiempo- de que cualquier inversión en viajes queda en cierta forma protegida.
La flexibilidad es algo que siempre ha estado presente en la industria aérea, pero en periodos anteriores sólo se aplica para las tarifas más altas o quienes están dispuestos a pagar más. La pandemia brinda por primera vez la oportunidad única de que todos los segmentos de viajeros, independiente de la tarifa pagada, puedan acceder a este beneficio.
La extensión de las políticas va de la mano con la mantención de las restricciones, pero ya se advierte que sean uno de los aspectos que se mantengan una vez finalizada la crisis sanitaria. De concretarse, la razón es sencilla a las personas les gusta la flexibilidad y es un beneficio que puede demostrar que la industria se abre a los cambios, tal como lo hace en oportunidades anteriores. Algunas líneas aéreas como Viva Aerobus en México, por ejemplo, ya asumen que esta realidad y diseñan su estrategia comercial con políticas que consideran a la flexibilidad tarifaria como elemento clave para fidelizar al pasajero.
“Como sabemos que los planes de nuestros pasajeros pueden cambiar, decidimos extender la flexibilidad comercial de nuestros tiquetes. Los pasajeros podrán realizar cambios de fecha sin multa para todas las compras realizadas hasta el 30 de junio de 2021”, señala Alexandra Vila, gerente global de Estrategia de Marca y Comunicación, LATAM Airlines Group.
JetSMART también extiende la flexibilidad para todas sus rutas con un cambio de flecha para una fecha posterior dependiendo de la disponibilidad. En el caso de vuelo cancelado o reprogramado, aplica el beneficio hasta el 31 de diciembre de 2021.
A través de su sitio web, en SKY indican que los pasajes comprados desde diciembre pueden cambiar la fecha o la ruta por única vez, sin multa para volar hasta 12 meses después de la fecha original para todos los tipos de tarifas y todos los pasajeros. Advierten que deben pagar en el caso que existan diferencias tarifarias o impuestos y tasas fiscalas en caso de que corresponda.
Si bien las condiciones no son ideales, en la industria aérea y los sectores asociados al turismo manifiesta su apoyo a las medidas del Ministerio de Salud de otorga el permiso de vacaciones porque, dentro de las limitaciones, brinda un tímido espacio para la planificación. Por lo mismo, las estrategias comerciales apuntan a un verano responsable fomentando el uso adecuado de los permisos y las oportunidades de volar seguro.
Por los protocolos establecidos en aeropuertos y el equipamiento a bordo (filtros HEPA -High Efficiency Particulate Air-, por ejemplo, que reducen el 99,95% de gérmenes como bacterias y virus), el avión es el medio de transporte más seguro para trasladarse durante pandemia y también el más directo. Gracias a la reanudación de la mayoría de las rutas, los pasajeros cuentan para la presente temporada con una conectividad mínima para llegar a los distintos destinos en el país, a excepción de Isla de Pascua. Lo anterior, considera también los vuelos punto a punto interregionales.
Con la primera quincena de enero ya transcurrida y la decisión de mantener los permisos vacacionales para el resto de la temporada por parte de la autoridad sanitaria, se espera que los niveles de tráfico aéreo de mantengan se mantengan estables en comparación con meses anteriores o incluso puedan continuar con una tendencia al alza por el número de personas que se consideren en los grupos vacacionales. Por el impacto cortoplacista de la medida, en la industria aérea se insiste ante las autoridades a trabajar con políticas que permitan una reactivación segura tomando en cuenta el mayor conocimiento que se tiene del virus SARS-CoV-2, los protocolos que se aplican, un enfoque estandarizado de medidas y las negativas consecuencias -o escasos aportes- que tienen las cuarentenas sobre la población inmersa en la mayor crisis del último siglo.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano