Después de más de un mes de retraso, SKY inaugura este 02 de enero sus vuelos entre Santiago y Bogotá, ampliando su presencia en el mercado aéreo sudamericano. Se trata de la segunda oferta aérea por parte de una línea aérea de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) cuya participación está llamada a continuar ampliando la competencia y democratización de los viajes en uno de los mercados que apuesta a ser uno de los más dinámicos en el segmento internacional.
La operación se inicia con tres vuelos semanales lunes, miércoles y sábado por lo que SKY suma 1.116 asientos semanales en ambos sentidos a la ruta Santiago – Bogotá. Todas las operaciones se realizan con Airbus A320neo con capacidad para 186 asientos, misma capacidad que ofrece su competidora más directa (JetSMART).
Inicialmente, SKY considera abrir vuelos a Bogotá en junio, pero el cierre de fronteras de los países como consecuencia de la pandemia del COVID-19 obliga a suspender la operación, así como a retrasar los vuelos hacia Punta Cana y Cancún, este último inaugurado a fines de diciembre. Con la crisis actual, el inicio de una ruta de alta demanda como Santiago - Bogotá puede representar una oportunidad obligada para la búsqueda de nuevos ingresos.
La entrada de SKY a la ruta Santiago – Bogotá no sólo representa un incremento en la oferta, sino que también aumenta la dinámica competitiva por la acción del modelo de negocios de la línea aérea. Como resultado, se traduce en una mayor democratización de los viajes para la población.
El tráfico V.F.R. (Visit Friends & Relatives) y del tipo étnico son algunos catalizadores para esta nueva operación. Se trata de segmentos de viajeros que sintonizan perfectamente con las políticas comerciales de estímulo a la demanda que las líneas aéreas realizan, especialmente las del tipo LCC/ULCC. Bajo la realidad actual, estos segmentos de viajeros más el tráfico turístico entre los dos países, especialmente hacia Colombia por la menor cantidad de restricciones al ingreso en comparación con Chile, deben marcar el comportamiento de la ruta.
Con SKY y JetSMART, más la operación de LATAM en la ruta Santiago – Bogotá queda dominada por operadores aéreos chilenos, poniendo término al liderazgo que ostentaba Avianca desde hace algunos años. Si bien previo a la pandemia, la compañía colombiana mantenía un mayor número de frecuencias, actualmente son las líneas aéreas chilenas las que lideran también en este ámbito impulsado principalmente por el segmento LCC/ULCC que también es protagonista del tráfico entre ciudades secundarias.
Actualmente, la conectividad entre Chile y Colombia está conformada por las rutas Santiago – Bogotá, atendida por Avianca, LATAM, JetSMART y SKY, Santiago – Cali, operada por JetSMART que también realiza los vuelos Antofagasta – Bogotá y Antofagasta – Cali. Con las intenciones de la firma de Indigo Partners de abrir nuevos destinos en Colombia, se espera un mejoramiento significativo de la conectividad entre los dos países.
Con las operaciones de las LCC/ULCC chilenas entre Chile y Colombia, más las intenciones de ampliar el número de pares de ciudades, aumentan los desafíos para la llegada de nuevos competidores, pero no los limita. El crecimiento que se pueda generar tras la recuperación de los mercados en los próximos años ya sea natural por procesos actualmente en curso (como la migración) como por las acciones de estímulo a la demanda, puede continuar abriendo oportunidades.
En 2019, Viva Air manifiesta intenciones de llegar a Santiago que puede manifestarse desde Colombia o el Perú como parte de su estrategia de contar con una red más robusta a medida que incrementa capacidad. Hasta el momento, es la única línea aérea que podría ingresar en el corto plazo a las rutas entre Colombia y Chile.
Tras cubrir el mercado doméstico, las LCC chilenas están concentrando su crecimiento en el segmento internacional. Este se enmarca como parte de la dimensión continental necesaria que tienen estas compañías para dar sustento a este modelo de negocio de línea aérea, especialmente para sortear los desafíos internos que presenta Chile en términos demográficos y económicos, principalmente.
Fotografía portada - Alfredo Vera