Con una semana de diferencia, la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) autoriza el uso de la vacuna contra COVID-19 de laboratorios Pfizer-BioNTech y Moderna para ser aplicadas en pilotos y controladores de tránsito aéreo. La aprobación de la inoculación recoge las peticiones de la industria aérea que califica a los trabajadores aeronáuticos como estratégicos para la seguridad de las operaciones aéreas, pese a que la autorización de la autoridad aeronáutica estadounidense no incluye -por el momento-, a otros segmentos los tripulantes de cabina o el personal de aeropuertos.
En sus recomendaciones, FAA indica que los pilotos que se vacunen deben mantener un tiempo de espera de 48 horas para volver a volar. La medida aplica para ambas vacunas, las cuales deben ser administradas en dos dosis con 21 días de diferencia para Pfizer-BioNTech y 28 días de diferencia para la vacuna de Moderna. Las 48 horas sin volar aplican desde la aplicación de cada una de las dosis, respectivamente.
No es extraño el establecimiento de pedidos de reposo para pilotos posterior a una vacunación. Protocolos similares se aplican también para vacunas contra otras enfermedades como la turberculosis y la fiebre tifoidea, por mencionar algunas.
La autoridad aérea estadounidense dice que no tomará medidas adicionales para garantizar la seguridad por no considerarlas como necesario dado que la ventana de efectos secundarios de ambas vacunas se ha cerrado. Sin embargo, los profesionales médicos de la agencia estarán “monitoreando continuamente” tanto la distribución de la vacuna y los resultado clínicos que se vayan documentando. Desde la autoridad aeronáutica señalan que siempre ajustarán sus recomendaciones según sea necesario.
La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) es la entidad encargada de la aprobación de las vacunas contra el COVID-19 en dicho país. De momento, FAA evaluará otras vacunas a medida que estas vayan siendo autorizadas por FDA y será la encargada de informar a los pilotos y controladores aéreos sobre los requisitos para su uso.
A nivel global, la industria de la aviación solicita a los Gobiernos considerar a los trabajadores aeronáuticos en las primeras campañas de vacunación contra el COVID-19. A los llamados de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), se agregan los del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) para el personal aeroportuario, entre otras organizaciones y entidades. La petición propone que el sector aéreo también sea incluido como “esencial”, pero posterior a los trabajadores de salud y los grupos vulnerables de la población.
Algunos Gobiernos ya consideran a los empleados del transporte público como parte de los grupos esenciales para recibir las primeras dosis de las vacunas COVID-19 por el rol que desempeñan y su alta exposición a la comunidad. Como ocurre en tierra, los trabajadores aeronáuticos también se encuentran expuestos, pese a que los aviones existen las medidas de protección de salud por el equipamiento (filtros HEPA) y en los aeropuertos se han adoptado procedimientos que entregan capas de seguridad.
Además, su rol es estratégico, el personal aeronáutico tiene una tasa de reemplazo “más compleja” que otros medios de transporte por las competencias exigidas. En ese sentido, no es lo mismo reemplazar a un chofer de un bus del transporte público de la ciudad que a un piloto de un avión de línea aérea. Hay una formación y capacitación distintas, entrenamientos y certificaciones específicas que se deben considerar, además de lo tiempos que toma formar un personal aeronáutico sea de vuelo como de tierra.
“No estamos pidiendo que los trabajadores de la aviación estén en la parte superior de la lista, pero necesitamos que los gobiernos se aseguren de que los trabajadores del transporte sean considerados esenciales cuando se desarrollen los planes de implementación de vacunas”, dice Alexandre de Juniac, director general y CEO de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
La aviación reitera su acción vital en el transporte de productos farmacéuticos y en las respuestas para enfrentar la pandemia. Entre las acciones están la distribución oportuna de ventiladores mecánicos, kits de detección del COVID-19, equipos de protección y las vacunas en todo el mundo.
El pedido de la industria aérea se alinea con la hoja de rutas propuesta por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda poblaciones prioritarias para la vacunación, según la situación epidemiológica y los escenarios de suministros de vacunas en el mundo. SAGE también incluye a los trabajadores del transporte junto con el personal de salud, la educación, policía y Fuerzas Armadas.
Petición a los Gobiernos de América Latina y el Caribe
Siguiendo la solicitud a los Gobiernos del mundo, la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), el Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC) la Organización de Servicios de Navegación Aérea Civil (CANSO), y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), piden conjuntamente a las autoridades de América Latina y el Caribe que aseguren que los empleados del sector de la aviación también sean considerados como trabajadores esenciales durante la inminente campaña de vacunación contra el COVID-19.
“El sistema de salud en toda América Latina y el Caribe depende en gran medida del transporte aéreo para la entrega de sus suministros. A diferencia de otras partes del mundo, por ejemplo, América del Norte o Europa, existen pocas alternativas como la carretera o el ferrocarril que puedan proporcionar un transporte rápido, seguro y fiable, especialmente cuando se requieren consideraciones especiales como la refrigeración y el enfriamiento”, comenta Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para las Américas.
"Necesitamos que los gobiernos de la región de América Latina y el Caribe trabajen juntos y colaboren con la industria de la aviación para garantizar la viabilidad de todos los sectores de la aviación", agrega Simon Hocquard, director general de CANSO. La entidad señala que está trabajando con todas las organizaciones internacionales y partes interesadas para apoyar a los vuelos que transportan las vacunas. Para ello, activará el proceso de Rutas Alternativas del Sistema de Vías Aéreas Planificadas (PASA) que permitirá que estos vuelos llegar a su destino por la ruta más rápida.
“El personal operativo de los aeropuertos interactúa con una multitud de interesados para facilitar la entrega rápida y segura de grandes volúmenes de dosis de las vacunas. Al mismo tiempo que garantiza la recuperación de los servicios a los pasajeros que son esenciales para el desarrollo social y económico de nuestros países”, expone el Dr. Rafael Echevarne, director general de ACI-LAC.
Desde ALTA, resaltan que hay evidencia de que es posible reanudar las actividades siguiendo los protocolos adecuados y confían que la vacuna permitirá que todos se sientan seguros en diferentes entornos. “Principalmente, nos permitirá como sociedad recuperar innumerables sectores económicos y millones de puestos de trabajo que actualmente se encuentran abatidos”, señala José Ricardo Botelho, director ejecutivo y CEO de ALTA.
Esta última organización destaca el gran esfuerzo que realiza la industria aérea para mantenerse activa y seguir prestando el servicio esencial a la población y los países. Como muestra, señala la ágil adopción de los protocolos de bioseguridad que permite reanudar viajar y comenzar lentamente con la restauración de la conectividad que es fundamental para la distribución de las vacunas.
“Considerar a los trabajadores de la industria como esenciales durante las campañas de vacunación es clave para fortalecer estos esfuerzos que se traducirán en bienestar económico y social para la población. Vemos que los pilotos de los Estados Unidos recibirán la vacuna y hacemos un llamado para que nuestra región incluya a todo el personal de aviación en las campañas”, puntualiza Botelho.
Co-autor: Simón Blaise
Fotografías portada - Ministerio de Salud Chile