Con el fin de establecer una nueva hoja de ruta para el desarrollo espacial futura, el 16 de diciembre, la Casa Blanca publica una nueva política de espacial referida a tecnologías de propulsión y energía nuclear. La nueva Directiva Política Espacial (SPD-6, por su nomenclatura) está bautizada como “Estrategia Nacional para la Propulsión y Energía nuclear espacial” y examina responsabilidades, así como áreas de cooperación entre agencias del Gobierno Federal.
Para el desarrollo de distintas capacidades, considera que las investigaciones tomen en cuenta los sistemas de energía nuclear de superficie hasta la propulsión térmica nuclear, conocida como espacio energía nuclear y propulsión (SNPP, por sus siglas en inglés).
“Este memorando establece una estrategia nacional para asegurar el desarrollo y uso de sistemas SNPP cuando sea apropiado para permitir y lograr los objetivos científicos, de exploración, de seguridad nacional y comerciales de los Estados Unidos”, señala el texto de 12 páginas.
La SPD-6 dictamina tres principios para avanzar en los sistemas de propulsión y energía nuclear: establece un objetivo a mediados de la década de 2020; un desarrollo las capacidades de procesamiento de combustible de uranio necesarias para la energía de superficie; y los sistemas de propulsión en el espacio. Hacia 2025, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) debiera completar el desarrollo y las pruebas correspondientes para un sistema de energía nuclear de superficie para misiones hacia la Luna, incluso para atender las misiones a Marte.
El SPD-6 exige una serie de requisitos a cumplir a mediados de la década del 2020. Como por ejemplo, se menciona el establecimiento “bases técnicas y capacidades” necesarias para los sistemas de propulsión térmica nuclear, el objetivo de desarrollar sistemas de energía de radioisótopos avanzados y nuevas versiones de generadores eléctricos a base de radioisótopos (RTG). Estos para ser utilizados para varias misiones de NASA en los próximos 10 años.
Durante el último tiempo, NASA, en conjunto al Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés), vienen trabajando en un proyecto llamado “Kilopower” consistente en desarrollar reactores nucleares de superficie, que incluye esfuerzos para conseguir un reactor adecuado para futuras misiones a la Luna. La agencia espacial también estudia el desarrollo de propulsión térmica nuclear la que ha sido respaldada por miembros del Congreso quienes han reservado fondos para el programa de tecnología espacial.
Actualmente, existe un consenso de que es necesario la energía nuclear de superficie para las próximas misiones espaciales hacia la Luna, con la particularidad de manejar la noche lunar por dos semanas. Sin embargo, en NASA indican que están más interesados en la producción de energía nuclear de superficie, ya que la propulsión eléctrica nuclear se dedicaría exclusivamente para respaldar las próximas misiones a Marte. No obstante, expresan que están aprovechando las capacidades y tecnologías terrestres para que la Luna sea su punto de apoyo.
Otros temas abordados en el SPD-6 es el uso de diferentes tipos de uranio, ya aplicados en pruebas desde 2018 como parte de “Kilopower”. En ese programa se aplica uranio altamente enriquecido (HEU, por sus siglas en inglés), pero bajo un intenso debate entre NASA y DOE para usar uranio en reactores de vuelo. La razón es la preocupación hacia la comunidad por la no proliferación nuclear, es decir genera directamente controversia con el Tratado firmado el 1 de julio de 1968 que restringe la posesión de armas nucleares. Las preocupaciones podrían tener un precedente para la producción de UME, utilizada para las armas nucleares.
El SPD-6 restringe, pero no prohíbe el uso de HEU en sistemas nucleares espaciales. “Antes de seleccionar UME o, para los sistemas de reactores de fisión, cualquier combustible nuclear que no sea uranio poco enriquecido (LEU), para cualquier diseño o misión de SNPP, el organismo patrocinador deberá realizar un examen técnico exhaustivo para evaluar la viabilidad de los combustibles nucleares alternativos”, señala NASA.
La agencia espacial estadounidense afirma que quieren mantener la preocupación sobre la proliferación en primer lugar y que tampoco descarta el uso HEU si es que fuera necesario para lograr alguna misión espacial. De igual manera, lo anterior establece una lista extremadamente alta para el uso no defensivo de HEU en sistemas espaciales, llamando al progreso de uranio no enriquecido de alto análisis que podría suministrar niveles de potencia similares.
La Casa Blanca lanza la SPD-6 una semana después de emitir la nueva política nacional espacial durante la reunión del Consejo Nacional del Espacio. Esta política más amplia aborda brevemente la propulsión y la energía nuclear espacial, donde también se discuten los roles de varias agencias, pero no la hoja de ruta u otros detalles específicos en la nueva directiva.
Fotografía portada - The White House