Como una medida preventiva hasta conocer mayores detalles de la nueva cepa de SARS-CoV-2 descubierta en el Reino Unido, distintos países europeos decretan la suspensión temporal de los vuelos hacia y desde Londres y otras ciudades británicas. Se trata de la primera interrupción del transporte aéreo de pasajeros en Europa durante la llamada “segunda ola” de contagios que anticipa una nueva amenaza de paralización para la industria aérea.
Los Países Bajos son los primeros en establecer la prohibición por 10 días todos los enlaces aéreos con el Reino Unido, a excepción de los vuelos de carga. También quedan exentos aquellos viajes aéreos que se realicen con fines sanitarios o para transportar personal médico. Las autoridades holandesas toman la decisión ante el temor por la nueva cepa descubierta que es “altamente más infecciosa”.
Al dar a conocer la nueva restricción, el gobierno holandés solicita a sus ciudadanos no “viajar al extranjero a menos que sea estrictamente necesario” y está coordinando con el resto de los países de la Unión Europea la restricción de “importaciones del virus” desde Reino Unido. “El gabinete está monitoreando de cerca el desarrollo del virus del COVID-19 en el extranjero y está investigando las posibilidades de medidas adicionales para otros medios de transporte”, dice la autoridad. Por ahora, sólo están suspendidos el transporte de pasajeros por vía aérea, no así por tren o barco.
Bélgica es otro país que toma la drástica determinación de aislar al Reino Unido. Además de paralizar los vuelos de pasajeros, también detiene el transporte ferroviario con el fin de evitar la llegada del virus a su país. En horas reciente, Austria e Italia también deciden suspender todo el tráfico aéreo de pasajeros hacia distintas ciudades británicas. No se descarta que otros países tomen determinaciones similares.
Las autoridades europeas reconocen que la aviación no es mecanismo de contagio para el COVID-19, sin embargo, la nueva variante descubierta en el Reino Unido es desconocida, más contagiosa y difícil de detectar. Por esta razón y hasta no conocer mayores detalles, se decide suspender la conectividad con ese país a fin de evitar incrementos aún mayores de contagios en el continente.
El sábado 19 de diciembre, asesores científicos alertan al gobierno de Boris Johnson del descubrimiento de una nueva variante del virus que está acelerando las infecciones. Por consiguiente, las autoridades británicas determinan un estricto confinamiento en Londres y sudeste del territorio (nivel 4), medida que afecta las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, además de representar un nuevo golpe a la incipiente reactivación económica.
“Parece que esta propagación ahora está siendo impulsada por una nueva variante del virus”, dice Johnson, enfatizando en una transmisión “con mucha más facilidad”. No obstante, el Primer Ministro matiza sus declaraciones al señalar que “no hay indicios de que sea más mortal o que provoque una forma más grave de la enfermedad o que reduzca la eficacia de las vacunas”.
El aeropuerto de Heathrow de Londres permanece abierto y operando con todas las medidas de seguridad. En su sitio web, informa que de acuerdo con las directrices del Gobierno del Reino Unido las personas que estén en un área de nivel 4 no deben viajar a menos que esté legalmente permitido. Si se están en niveles inferiores se puede viajar, aunque recomiendan que lo haga sólo si es necesario. Otros aeropuertos en la zona de Londres siguen operando, así como en el resto de las ciudades británicas.
Hasta ahora, el transporte aéreo no se había visto interrumpido en Europa pese a las medidas de confinamiento por la “segunda ola” y la generación de un exceso de oferta de asientos. Incluso, para las festividades de fin de año varias líneas aéreas tienen programados aumento de vuelos ante la mayor demanda viajes. Ante la situación en el Reino Unido, distintas líneas aéreas indican a los pasajeros las medidas de flexibilidad para cambiar sus planes de viaje en caso de que lo requieran.
Según el Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI-Europa), más de 6.000 rutas aéreas desde distintos terminales aéreos del Viejo Continente se pierden en los nueve meses de pandemia lo que representa una crisis sin precedentes para la industria de la aviación. Los aeropuertos del Reino Unido son unos de los más afectados. Por ejemplo, Londres (LHR) pierde el 92% de su conectividad.
Fotografía portada – Heathrow Airport