Considerando el rol estratégico que desempeñan diariamente los pilotos, tripulantes de cabina y el personal de aeropuertos en asegurar los servicios aéreos en cada uno de los países, la industria de la aviación está solicitando a los Gobiernos del mundo considerar a los trabajadores del sector en las primeras campañas de vacunación contra el COVID-19. La petición propone que también sean incluidos como “esenciales”, pero posterior a los trabajadores de salud y los grupos vulnerables de la población.
La petición recoge algunas decisiones de algunos Gobiernos que ya consideran a los empleados del transporte público como parte de los grupos esenciales para recibir las primeras dosis de las vacunas COVID-19 por el rol que desempeña y su alta exposición a la comunidad. Como ocurre en tierra, los trabajadores aeronáuticos también se encuentran expuestos, pese a que los aviones existen las medidas de protección de salud por el equipamiento (filtros HEPA) y en los aeropuertos se han adoptado procedimientos que entregan capas de seguridad.
Además, su rol es estratégico, se considera una tasa de reemplazo “más compleja” que otros por las complejidades el ámbito aeronáutico. No es lo mismo reemplazar a un chofer de un bus del transporte público de la ciudad que a un piloto de un avión de línea aérea. Hay una formación y capacitación distintas, entrenamientos y certificaciones específicas que se deben considerar, además de lo tiempos que toma formar un personal aeronáutico sea de vuelo como de tierra.
“No estamos pidiendo que los trabajadores de la aviación estén en la parte superior de la lista, pero necesitamos que los gobiernos se aseguren de que los trabajadores del transporte sean considerados esenciales cuando se desarrollen los planes de implementación de vacunas”, dice Alexandre de Juniac, director general y CEO de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
En su última Asamblea General, la Asociación que agrupa a las líneas aéreas representantes del 82% del tráfico mundial de pasajeros, adopta una resolución unánime al respecto. En ella se insiste que el personal aeronáutico no afectaría la prioridad que tienen los trabajadores de salud y los grupos vulnerables que las autoridades establezcan. Incluso, plantea que la vacunación ocurra una vez que estos primeros grupos estén protegidos.
En esa línea, la Administración Federal de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), autoriza el uso de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por Pfizer – BioNtech para ser aplicada en los pilotos de las líneas aéreas y controladores de tráfico aéreo. El argumento de la autoridad aeronáutica estadounidense es porque desempeñan una labor indispensable para el traslado del personal y las mismas vacunas.
Para mantener un alto estándar de seguridad, plantea requerir a los profesionales una certificación o autorización médicas, para realizar un seguimiento por 48 horas después del suministro de la vacuna. FAA recomienda esta práctica con la intención de velar por la buena respuesta del personal aeronáutico ante la inyección por la sensibilidad de los cargos como volar una aeronave o gestionar el espacio aéreo. Tomando las especificaciones de las vacunas Pfizer – BioNtech, se propone un seguimiento de dos ocasiones para las primeras personas inoculadas, a fin de evaluar el comportamiento antes de proseguir con más personal.
FAA está estudiando adquirir vacunas de otros laboratorios o fabricantes a medida que se vayan dado las autorizaciones por parte de la Administración de Alimentos y Drogas (FDA). Desde el organismo aeronáutico aseguran que cuentan con la asesoría y recomendación para transmitir la correcta información al personal aeronáutico, según se requiera.
Tomando en cuenta que el transporte de vacunas está en curso y la necesidad de contar con mano de obra calificada para garantizar una gran cadena logística, IATA insiste en que los trabajadores aeronáuticos deben ser considerados dentro de los grupos “esenciales”. “Como muestran los cálculos, se requerirá el equivalente a 8.000 aviones Boeing 747 de carga para la distribución global”, puntualiza De Juniac.
La aviación reitera su acción vital en el transporte de productos farmacéuticos y en las respuestas para enfrentar la pandemia. Entre las acciones están la distribución oportuna de ventiladores mecánicos, kits de detección del COVID-19, equipos de protección y las vacunas en todo el mundo.
El pedido de la industria aérea se alinea con la hoja de rutas propuesta por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda poblaciones prioritarias para la vacunación, según la situación epidemiológica y los escenarios de suministros de vacunas en el mundo. SAGE también incluye a los trabajadores del transporte junto con el personal de salud, la educación, policía y Fuerzas Armadas.
Fotografía portada - Simón Blaise