Tras nueve meses de paralización, Delta reanuda este viernes 18 de diciembre los vuelos entre Atlanta y Santiago, convirtiéndose en la cuarta línea aérea en retomar los enlaces aéreos entre los Estados Unidos y Chile. De esta manera, el mercado chileno completa la oferta aérea por número de operadores entre ambos países.
Según informa Delta, las operaciones se realizan con equipos Boeing 767-400ER con capacidad para 246 asientos en tres clases Delta One, Delta Comfort+ y Main Cabin (Economy). No obstante y hasta el 30 de marzo, la oferta se reduce de manera significativa por las políticas comerciales de Delta que bloquea la selección de determinados asientos en clase Economy como acción para brindar mayor confianza al pasajero al momento de viajar. La compañía indica que los grupos de tres o más personas pueden reservar asientos adyacentes juntos.
Actualmente, la línea aérea de Atlanta una de las pocas en el mundo que mantiene esta política como iniciativa para continuar generando confianza y diferenciación de sus competidores, aprovechando la baja demanda que existe a nivel global. A nivel de industria, no se recomienda separar a las personas dentro de un avión para dar seguridad a los pasajeros dado que existen los filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air) que eliminan el 99,99% de los gérmenes como bacterias y virus al renovar el aire interior cada tres minutos.
Con el retorno de Delta, Santiago recupera la conectividad con cinco de los seis centros de conexiones en los Estados Unidos, lo que se traduce en un avance importante. Si bien hay una oferta reducida en comparación con 2019, las distintas líneas aéreas que operan entre Chile y los Estados Unidos brindan enlaces sin escalas hacia los hubs de Miami, Nueva York (JFK), Los Ángeles, Houston (IAH) y Atlanta. Sólo queda pendiente la reactivación de la ruta hacia y desde Dallas Fort Worth.
Junto con el retorno de los vuelos a Santiago, Delta también anuncia la reactivación de las rutas desde Atlanta hacia Buenos Aires (EZE) y Quito. La ruta a la capital argentina inicia el 19 diciembre con equipos B767-400ER, mientras que los vuelos a la capital ecuatoriana lo hacen un día antes coincidiendo con la reactivación de la ruta a Santiago utilizando equipos B767-300ER.
“Estamos listos para dar nuevamente la bienvenida a bordo a nuestros clientes y estamos ansiosos por mostrarles cómo hemos transformado la experiencia de viaje, con mejoras en la seguridad que no sacrifican la comodidad o el servicio”, señala Luciano Macagno, director ejecutivo de Delta para América Latina, el Caribe y el sur de Florida.
El reinicio de los vuelos de Delta hacia Argentina, Chile y Ecuador responde a la temporada de verano en el hemisferio sur y la demanda de viajes por las Fiestas de Fin de Año y las vacaciones. Si bien en Chile, todavía persisten restricciones de movilidad en un escenario altamente volátil por las restricciones impuestas por el Gobierno, la compañía valora su oferta hacia estos países como un conjunto.
Con la reactivación de los vuelos hacia Buenos Aires (EZE), Santiago y Quito, marca el regreso de Delta a la mayoría de los países de América Latina que prestaba servicio hasta antes de la pandemia del COVID-19. De esta manera, la operación queda en 35 ciudades desde México, por el Norte hasta Argentina y Chile por el sur, incluyendo la región del Caribe.
“A medida que restauremos el servicio a nuestra extensa red, nuestros clientes descubrirán que, una vez que estén listos, pueden reservar su viaje con confianza y estar seguros de que estamos priorizando su seguridad y la de nuestros empleados”, agrega Macagno.
Considerando el escenario incierto que existe para viajar, Delta señala que los pasajeros pueden obtener información actualizada en el nuevo mapa interactivo desarrollado en su sitio web para conocer los requisitos de viaje del destino a donde se dirigen. Mediante esta herramienta, pueden informarse de las condiciones o restricciones de viaje, qué hacer para prepararse y qué esperar luego de arribar.
Asimismo, Delta destaca que los pasajeros de todas sus rutas podrán beneficiarse de su nueva alianza con del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) para asegurar la trazabilidad. El proceso es voluntario por parte de los clientes que pueden entregar al CDC sus datos a través de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos contribuyendo a disminuir el tiempo de notificación en caso de presentarse una contingencia.
Fotografía portada - Juan Carlos Bascuñán