Bajo el argumento de razones sanitarias, Delta está adaptando nuevamente su servicio a bordo de comidas a bordo. Si bien reconocen que hay un muy bajo riesgo de contraer el COVID-19 a bordo por las medidas de seguridad sanitaria y los filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air) que tienen los aviones, la decisión responde a agilizar aún más los procedimientos de atención y minimizar los contactos.
A partir de esta semana, los pasajeros que viajen en Delta One (Business Class) y Economy Class en vuelos internacionales reciben toallas desinfectantes adicionales durante el servicio de comidas. El servicio de bebidas pre-comida en Delta One se reduce sólo a la comida principal, es decir, en los horarios que esta exista para reducir los puntos de contacto a bordo.
En la medida de lo posible, sujeto a la duración del vuelo, se establece que las tripulaciones de cabina dispongan de un mayor tiempo entre el embarque y el servicio de comidas para disminuir el tiempo de contacto con los pasajeros. A modo de visualización para su propio trabajo y en señal al pasajero, tienen acceso a dos guantes con colores distintos, uno para identificar y realizar todas las tareas de servicios y otro para desinfectar los baños y la cabina. Delta señala que los tripulantes continuarán desinfectando, lavándose las manos y cambiándose los guantes con frecuencia.
“A través de estos y futuros cambios, nuestra entrega consistente de todos nuestros protocolos de seguridad, servicio y limpieza Delta CareStandard continúan siendo cruciales para cumplir con nuestras promesas de salud y seguridad”, explica Allison Ausband, vicepresidente Senior de Servicio en Vuelo. Adelantando que se trata de una medida de carácter indefinido por un tiempo mayor a lo esperando, asegura que es una medida necesaria para transmitir confianza a los pasajeros.
La decisión de la línea aérea se basa en las recomendaciones de Mayo Clinic, entidad con la que Delta posee una alianza estratégica para enfrentar la pandemia del COVID-19. En las últimas semanas, un equipo de expertos de esa institución realiza observaciones de los procedimientos de entrega de comidas y bebidas en un Airbus A330-300 de la compañía en Minneapolis para emitir opiniones de seguridad. El objetivo perfeccionar el servicio en tiempos de pandemia.
“Le pedimos a Mayo Clinic que examinara detenidamente nuestro servicio de alimentos y bebidas, la forma en que los asistentes de vuelo preparan la comida, la forma en que la entregan al cliente, la forma en que interactúan entre sí“, agrega Jaime Jewell, director de Servicio en Vuelo, Estrategia de Marca y Experiencia al Cliente de Delta. “Queremos crear un ambiente en la aeronave en el que los clientes y nuestras tripulaciones se sientan bien, para que tengan la confianza de volver a volar”.
“Estamos pensando en diferentes maneras de ayudar a disminuir el riesgo de transmisión del COVID-19”, comenta Christopher Wittich, profesor de medicina de Mayo Clinic, participante del proceso. En la evaluación considera la cantidad de tiempo en que las mascarillas no se usan (por ejemplo, para comer o beber en vuelo) y los datos científicos.
Delta y Mayo Clinic inician su asociación en junio y desde entonces trabajan estrechamente para revisar, mejorar y perfeccionar los protocolos de salud y seguridad a bordo de los aviones. Si bien se reconocen que hay afecciones significativas en lo que respecta a la experiencia de viaje, la línea aérea considera que se debe buscar un equilibrio entre la minimización de los riesgos de contagio y el servicio normal.
Fotografía portada – Delta