Poniendo énfasis en que la aviación no es un vehículo de contagio para el COVID-19, la industria aérea critica con fuerza la decisión el Gobierno de Chile de prohibir “de un día para otro” los viajes dentro del país. En el sector aéreo, califican de medida como improvisada cuyo impacto genera un daño importante no sólo a la industria aérea, sino que al país y al propio usuario.
“Nos preocupa de manera importante estas medidas que está tomando el Gobierno”, comenta Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) al comentar la decisión de prohibir los viajes interregionales como parte de las medidas de declarar Fase 2 a Santiago y toda la Región Metropolitana. Resaltando el trabajo de adaptación realizado por las líneas aéreas y los aeropuertos, especialmente con la implementación de medidas sanitarias, hace un llamado a las autoridades a no penalizar el transporte aéreo porque no es el vector de contagio para el COVID-19.
La realidad de “avanzar y parar” es muy difícil de manejar por la propia dinámica que tiene la industria que funciona con un mínimo de planificación. El escenario que se impone contrasta con el aumento que viene registrando el transporte aéreo de pasajeros durante los últimos meses. Para IATA, dicho crecimiento es reflejo que la gente quiere viajar porque tiene una necesidad, pero ahora se enfrenta con restricciones.
De acuerdo con los datos de la Junta de Aeronáutica Civil del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, la industria aérea chilena muestra una recuperación progresiva en los últimos meses, aunque aún se mantiene bajo las cifras de un año normal. En octubre, se transportan por avión 438.106 pasajeros de los cuales 371.324 corresponden a viajeros domésticos y 66.782 a internacionales, lo que se traduce en una reducción de 67,9% y 91,9%, respectivamente. Las principales rutas dentro de Chile en octubre son las que conectan Santiago con Antofagasta, Iquique, Calama, Concepción y Puerto Montt, mientras que a nivel internacional destacan Miami, Lima, Sao Paulo, Ciudad de Panamá y Madrid.
Para el vicepresidente para las Américas de IATA, los países deben aprender a convivir con el COVID-19 realizando un balance entre la salud y la recuperación económica. Si bien resalta las buenas noticias respecto a la fabricación de la vacuna, van a pasar al menos dos años hasta que llegue a todos los ciudadanos. Mientras se aplica, los Gobiernos y la población tienen que saber que habrá altos y bajos en los brotes de la enfermedad, pero no por ello deben detener la actividad. Como ejemplo, pone el caso de los Estados Unidos y Europa, donde a pesar de la segunda ola no se ve un cierre del transporte aéreo.
“En el caso chileno vemos algunos rebrotes en algunas comunidades e inmediatamente ponen restricciones de movimiento. ¡Estamos retrocediendo! Es uno de los pocos mercados a nivel mundial que hemos visto un retroceso una vez que se han implementado medidas para ir avanzando”, sentencia Cerdá.
Desde su perspectiva, resulta algo extraño que el pasajero internacional se puede mover con un PCR negativo, pero el pasajero chileno no lo puede hacer en el territorio de su propio país. Vuelve sobre las medidas de bioseguridad implementadas y también sobre los testeos masivos que se están aplicando en todo el mundo como medida de protección adicional.
“Nos preocupa la normativa que se está tomando, esperemos que sea de corto plazo. Sabemos que el Gobierno va a revisar cada semana la situación del país, pero que no penalice el transporte aéreo porque es el vector del COVID-19 y se han tomado todas las medidas responsables para cumplir con ello”, agrega el directivo de la Asociación que agrupa a las líneas aéreas que representan al 82% del tráfico aéreo mundial de pasajeros.
Si bien el establecimiento de una Fase 2 para la Región Metropolitana es definido como “transitorio” por las autoridades, para la aviación y también para el sector del turismo el daño está hecho especialmente en la temporada alta a la que muchos tenían esperanzas para enfrentar con algo más de holgura la contingencia. En ese sentido, hay un castigo innecesario a las personas que por distintos motivos necesitan viajar como a las que están pensando en hacerlo en las próximas semanas dado que no hay claridad si la normativa se vaya a levantar. Por lo mismo, la industria aérea reitera la importancia de una adecuada coordinación y trabajo conjunto con el Gobierno.
Fotografía portada - Simón Blaise