El aeropuerto de Punta Cana se suma a la modernización del procesamiento de pasajeros con la introducción de nuevos sistemas de control biométrico para el control migratorio. Con la tecnología SITA iBorders BorderAutomation, el control de fronteras de uno de los principales terminales aéreos de República Dominicana reemplaza el mecanismo tradicional por uno de reconocimiento facial, mismo que es destacado por adaptarse “a la nueva normalidad” que impone la actual contingencia.
Con la implementación de la biometría, el aeropuerto dispone de un control más efectivo en términos de seguridad, además de un procesamiento más rápido de los pasajeros. De esta manera, la terminal moderniza su servicio de migración de cara al periodo de reactivación después de la apertura de fronteras del país.
Uno de los principales beneficios es la reducción de los “cuellos de botella” para los viajeros y un mejoramiento de la calidad de servicios del aeropuerto. Tomando en cuenta la situación del COVID-19 en el mundo, se eliminan los puntos de contacto físico mitigando los
Frank Elías Rainieri, CEO del aeropuerto de Punta Cana, señala el nuevo sistema implementado va a permitir un procesamiento de pasajeros “más rápido y seguro al ofrecer distanciamiento físico y un menor contacto entre los pasajeros y los agentes de inmigración”. El directivo agrega que la modernización del control migratorio es independiente a las medidas implementadas en términos de seguridad sanitaria implementadas por el aeropuerto, pero actúan en un rol complementario.
La implementación de este sistema coincide con la celebración de la reunión del consejo directivo y la Asamblea Anual del Consejo Internacional de Aeropuertos para América Latina y el Caribe (ACI-LAC) que se celebra en Punta Cana con el auspicio del terminal aéreo. En dicha reunión, los aeropuertos de la región resaltan su compromiso con la estimulación de manera constructiva en la reactivación del transporte aéreo en la región con el fin de propiciar los recursos necesarios para asegurar la continuidad de los servicios.
En ese sentido, los objetivos que se persiguen son propiciar un entorno para conseguir un balance económico, permitir una eficacia operacional, mejorar la experiencia al pasajero y contribuir al restablecimiento de la actividad del transporte aéreo. La acción de abrir las fronteras por parte de los Gobiernos es fundamental y se considera como el primer paso para propiciar la reactivación de los servicios aéreos que son los que activan la demanda para los distintos segmentos de viajes entre estos, el turístico principal actividad de República Dominicana.
“Queremos enviar un mensaje claro de apoyo al transporte aéreo y a la industria del turismo”, comenta Rafael Echevarne, director general de ACI-LAC.
Como en el resto del mundo, los aeropuertos del Caribe están afectos a una grave situación económica a pesar de que cada año están condicionados por fenómenos externos como los atmosféricos (por la temporada de huracanes, principalmente). En ese sentido, si bien su modelo de negocios considera contingencias habituales, la crisis del COVID-19 y las restricciones de viaje impuestas por los Gobiernos representa el mayor impacto en toda su historia por lo que urge trabajar en distintos frentes para propiciar la reactivación y asegurar la cadena.
El aeropuerto de Punta Cana depende del tráfico turístico internacional. Por lo mismo, la inversión de nueva tecnología como el control biométrico es un mecanismo adecuado para transforma la experiencia aeroportuaria con equipamiento valorado por los pasajeros. De esta manera, refuerza su objetivo hacia una recuperación segura y rápida. En noviembre, el terminal aéreo también realiza la instalación de kioscos automatizados de migración con la empresa SITA para la llegada de pasajeros desde el extranjero.
Fotografía portada – Punta Cana International Airport