Tras la conformación de Italia Transporto Aereo (ITA) como nueva empresa de Alitalia, la compañía presenta hoy a las autoridades de Gobierno el primer borrador de lo que podría ser el plan de negocios. El documento considera tres puntos relacionados con la red de rutas, la flota y el personal de la empresa nacionalizada.
El tentativo plan de negocios considera a todas las partes de la compañía, incluyendo una participación importante de los sindicatos por las implicancias que tienen en asuntos relacionados con las operaciones, turnos y eficiencias internas (como la cantidad de empleados por número de aviones). La intención es cubrir todos los frentes posibles y minimizar cualquier riesgo de conflicto que pueda producir limitaciones o una paralización de los proyectos en el proceso de relanzamiento de la línea aérea italiana.
La nueva Alitalia tendría una aprobación tentativa de la Comisión Europea a excepción de préstamos anteriores realizados a la firma. De esta manera, la compañía nacionalizada tendría viabilidad, pero sin asumir nuevos compromisos con los cuales pueda ser objeto de críticas por ayudas ilegales.
El cambio de empresa no afecta las pocas operaciones que Alitalia realiza durante la pandemia que consideran rutas de corto y medio alcance en Europa, principalmente, además de algunos vuelos de larga distancia como Nueva York (JFK) o Sao Paulo (GRU) y Buenos Aires (EZE), estos dos últimos previsto a partir del 15 y 19 de diciembre, respectivamente. Precisamente, la reducción operacional por las restricciones impuestas por los Gobiernos le da una ventana de tiempo para conformar la nueva empresa y la estrategia comercial.
Los nuevos controladores de la línea aérea consideran dos estrategias una “más conservadora” que mantiene sin grandes cambios los planes desarrollados durante la última administración, y otra “más agresiva”, destinada a ganar cuotas de mercado en Europa y competir directamente con las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés).
La estrategia “conservadora” está basada en una mayor dependencia de la red intercontinental. En su momento, se justifica como complemento a la red global de Etihad a través de la conformación de un hub en Roma (FCO). Si bien logra tener algunos resultados por un aumento progresivo de ingresos por la captación de un mercado Premium y también tráfico V.F.R. (Visit Friends & Relatives), tiene limitaciones como la reducida red de conexión tomando en cuenta la competencia directa de otras compañías como Air France, KLM, Lufthansa e incluso, British Airways e Iberia, por su mayor cantidad de frecuencias y la red de destinos que ofrecen.
El enfoque “más agresivo” probablemente considere un modelo híbrido de línea aérea en rutas medias o hasta quizás una transformación en una LCC para enfrentar a los competidores directos como easyJet, Ryanair y Wizz Air. Cabe recordar que las LCC y los permisos conseguidos para operar en los mismos aeropuertos de Alitalia son una de las razones que explican la pérdida de mercado (y por consiguiente pasajeros e ingresos) en rutas medias, principalmente dentro de Europa.
El plan “conservador” tiene los desafíos de lograr una demanda para sustentar el negocio en el corto plazo tomando en cuenta que los vuelos de larga distancia y tráfico Premium serán los últimos en reactivarse. Sin embargo, la pronta disponibilidad de una vacuna contra el COVID-19 puede generar un cambio de escenario durante 2021 que, de producirse, podría dar cierta viabilidad tomando en cuenta tráfico V.F.R. en ciertos mercados como Argentina, Brasil o los Estados Unidos, donde existen grandes comunidades italianas.
El enfoque “agresivo” tiene la ventaja de ser flexible y la capacidad de incentivar la demanda a través del precio. Sin embargo, falta ver la disposición de los sindicatos para reducir los costos y aumentar la productividad de la empresa, necesarios para dar viabilidad a una estructura más simplificada. Cabe recordar que los altos costos y falta de productividad son exigencias de los antiguos controladores como de los posibles interesados en adquirir la empresa (Lufthansa Group, por ejemplo). De no disminuir los costos, se corre el riesgo de transformarse en una línea aérea de precios bajos y no del tipo híbrido o LCC.
La flota de la nueva Alitalia se sigue fijando entre 60 a 70 aviones, lo que se traduce en un 30% menos que la actual, ya afectada por las últimas devoluciones de equipos a empresas de leasing. De acuerdo con datos de la industria, posee 22 Airbus A319, 38 A320, cinco A321, 12 A330-200, 11 Boeing 777-200ER, 10 Embraer E170 y cinco E190. Actualmente, está operando principalmente equipos de la familia A320 y E170 para las rutas medias y dos A330-200 para los vuelos intercontinentales. La reanudación de las operaciones a Sao Paulo (GRU) y Buenos Aires (EZE) considera la reactivación de dos B777-200ER.
Respecto de la cantidad de personas, el número final dependerá del tipo de negocio que establezca la compañía y los acuerdos que consiga con cada una de las partes, especialmente los sindicatos. Cuando se presenta ITA, se considera una compañía con 6.500 empleados casi la mitad de los que posee.
Fotografía portada – Alitalia